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ENTREVISTA al presidente de la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur)

José María Tortosa: "Nuestra experiencia para superar dificultades debe tenerse en cuenta para la recuperación"

18/04/2021 - 

MURCIA. En casi un centenar de webinars ha tomado parte la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur) durante el año de la pandemia con el fin de informar, acompañar y facilitar la toma de decisiones al colectivo al que representa. Al frente de este despliegue se encuentra José María Tortosa, presidente de Amefmur, quien demuestra fe ciega en el asociacionismo como herramienta para el beneficio común. Orgulloso del sector al que representa, considera que la empresa familiar está siendo esencial en esta pandemia y que tiene mucho que decir en el esperado proceso de recuperación económica, que se va a apoyar en los fondos europeos. 

- El porcentaje de empresas familiares en la Región de Murcia es muy elevado. ¿Qué se siente liderando una asociación que tiene tanto peso en el tejido económico?

- Ser empresario familiar es un orgullo. Tener la oportunidad de presidir en estos momentos la Asociación Murciana de la Empresa Familiar, año en el que cumplimos nuestro 25 Aniversario, lo es todavía más. Tenemos la suerte de contar en esta región con excelentes familias empresarias, que son ejemplo de compromiso, capacidad de gestión, responsabilidad y visión de futuro. No se pueden tener mejores compañeros de viaje. A eso hay que sumar que creo firmemente que el asociacionismo debe ser herramienta esencial de la sociedad civil, ya que es la mejor manera de conseguir mejoras imprescindibles con beneficios para todos.

"Las empresas familiares han vuelto a demostrar que están muy cerca de la realidad de sus empleados. cada persona ha recibido un trato personalizado adaptado a su realidad durante la pandemia" 

- ¿Cuáles son las líneas de trabajo que se ha marcado la asociación en esta nueva coyuntura económica provocada por la situación sanitaria?

- Nuestro papel debe ser doble, pero siempre pensando en que nuestra misión fundamental es acompañar a las empresas familiares en todo aquello que necesiten: en momentos complicados, como el actual, o cuando el contexto sea más favorable. Por un lado, debemos seguir ofreciendo información, formación, espacios de intercambio de experiencias, networking... Para ello, hemos sido capaces de adaptarnos, de aprovechar las nuevas tecnologías para que las limitaciones sanitarias no nos impidan seguir cerca. En el último año, hemos organizado 90 webinar junto a entidades, empresas y organismos con los que tenemos firmado convenio (que son 15 en total, además de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum). Y, podemos anunciar que estamos a punto de firmar la creación de una nueva Cátedra con la Universidad Católica de San Antonio-UCAM. Además, aportamos información actualizada a nuestros asociados con el objetivo de facilitar su toma de decisiones. Para ello, hemos colaboramos con otras organizaciones, a escala regional y nacional, como, por ejemplo, el Instituto de la Empresa Familiar, Croem, Asociación de la Empresa Familiar de Alicante y el conjunto de Asociaciones Territoriales de Empresa Familiar. Por otro, estamos reforzando nuestros canales de comunicación corporativa, potenciando la información compartida para trasladar a la sociedad el importante papel desarrollado por todo el colectivo y, más específicamente, la labor que están realizando nuestros asociados, que está siendo fundamental y de aplaudir. Prueba de lo que acabo de comentar es la campaña 'Damos La Cara', dónde ponemos en valor lo esenciales que estamos siendo en esta pandemia las empresas familiares, antes, durante y en un futuro.

- ¿Cree que las empresas familiares de la Región han aguantado mejor el terremoto de la covid que otro tipo de compañías?

- Las empresas familiares representan el 92,5% del tejido empresarial, así que la situación actual les afecta igual que si pensamos en las empresas en general. La situación varía en función de los sectores en los que están presentes, la realidad es muy diversa. Lo que sí tienen en común, y esto es algo que ya se ha visto en otras crisis anteriores, es que las empresas familiares han vuelto a demostrar estar mejor preparadas, lo que ayuda a afrontar con mayores garantías momentos como el actual. Reaccionar rápido, tener planes de contingencia preparados y ser flexibles. 

"el sector del transporte, el agroalimentario y el químico han sido considerados modélicos en su proceder en todo el territorio nacional e internacional"

- ¿Es cierto que las empresas familiares han recurrido menos a los ERTE?

- Según los datos que nos ha aportado un estudio que hemos realizado en todo el país junto al resto de asociaciones territoriales y el Instituto de Empresa Familiar, las cifras de empresas familiares que han aplicado un ERTE oscila entre el 65 y el 70%. Ese mismo estudio también señala que casi la mitad de las empresas familiares ha conseguido reducir la caída del empleo por debajo del 20%, y que todas ellas han aplicado medidas para fomentar el teletrabajo y favorecer la conciliación de sus empleados.

- ¿Considera que la empresa familiar se ha puesto al día con la digitalización y el teletrabajo durante la pandemia?

- La empresa familiar se ha adaptado perfectamente a las circunstancias. Forma parte de nuestra esencia, nuestra capacidad anticiparnos y saber qué necesitamos en cada momento. La digitalización era un proceso ya en marcha en el colectivo y su implantación responde a una apuesta estratégica por aprovechar todas las herramientas disponibles y ser más eficientes y competitivos. Tenemos ejemplos de empresas familiares que son pioneras en proyectos dirigidos a digitalizar su actividad, como por ejemplo ha sido el Corte Inglés, por citar una de las más conocidas. El teletrabajo es otra figura que ya existía, aquí las empresas familiares han vuelto a demostrar que están muy cerca de la realidad de sus empleados y cada caso, cada persona ha recibido trato personalizado adaptado a su realidad. Es algo de lo que nos podemos sentir orgullosos.

 - ¿Son buenos tiempos para el relevo generacional?

- El relevo generacional es el principal reto al que tenemos que enfrentarnos. El contexto influye, claro, pero hay muchos componentes que tienen que ver con la planificación, con la formación de las nuevas generaciones o con la cultura empresarial que son más relevantes. Aquí también tenemos excelentes espejos en los que mirarnos, con empresas centenarias que han sido capaces de afrontar la sucesión de forma ejemplar. Actualmente, el 65% del tejido empresarial está integrado por empresas de 1ª generación. Las empresas de 2ª generación representan el 25% del total, mientras que las de 3ª y 4ª generación suponen el 9% y el 1%, respectivamente.

- ¿Cuáles están sido los sectores más dañados por la covid dentro de la empresa familiar? ¿Y los que menos?

- De alguna forma u otra, todas las empresas familiares están sufriendo la situación actual. Pero hay algunos sectores que por su realidad o por las restricciones se han visto especialmente afectados como el canal Horeca, el comercio o la industria automovilística. Luego hay otros, como alimentación, transporte o construcción, que han sufrido menos el impacto. Pero todos, de alguna forma u otra, están sufriendo las consecuencias de esta situación. Quiero resaltar que, más concretamente, alguno de nuestros asociados a Amefmur, como pueda ser el sector del transporte, el agroalimentario e incluso el químico, han sido considerados modélicos en su forma de proceder en todo el territorio nacional e internacional.

"El compromiso con el lugar en el que la empresa familiar desarrolla su actividad implica que se trascienda lo empresarial para protagonizar la vida social" 

 - ¿Cuáles estima que son los puntos fuertes y débiles de las empresas familiares de la Región?

- Las empresas familiares vertebran nuestra sociedad. Son agentes sociales imprescindibles para entender nuestra realidad. Lo son por su capacidad para generar empleo y riqueza, por supuesto, pero también por su compromiso con el lugar en el que desarrollan su actividad. Esa vinculación, esa implicación es la clave de lo que son las empresas familiares, porque trasciende la actividad empresarial que realizan para convertirse en protagonistas de la vida social. Como en todos los sectores, las empresas familiares estamos en un proceso constante de mejora continua, pero el impacto es indudablemente positivo a todos los niveles. Uno de nuestros puntos fuertes es nuestro compromiso con el mantenimiento del Estado de Bienestar y la Responsabilidad Social Corporativa de nuestras empresas.

- ¿Cómo considera que se va a producir la recuperación una vez que la situación llegue a estabilizarse?

- De lo que no tengo dudas es que las empresas familiares vamos a ser fundamentales en ese proceso. Ya lo hemos vivido en crisis anteriores. Por eso, a la hora de planificar la recuperación es muy importante que se nos escuche. Que nuestra experiencia para superar situaciones difíciles, nuestra capacidad para anticiparnos y planificar sea tenida en cuenta a la hora de establecer las medidas que van a permitir la recuperación. Necesitamos estabilidad institucional y solvencia en las decisiones de política económica.

"El cuándo va a estar el dinero de los fondos europeos y el cómo gastarlo bien es ahora el mayor reto al que nos enfrentamos, ya que no se pueden cometer los errores del pasado en la asignación de recursos"

- ¿Cuál es la postura de Amefmur de cara al reparto de los Fondos europeos para la recuperación?

Para mí, deberían representar para España y sus empresas familiares una oportunidad histórica, no solo para amortiguar los efectos de la crisis, sino también para transformar nuestro modelo productivo, acometiendo las reformas estructurales que nos garanticen un futuro de  estabilidad; empleo, especialmente juvenil; colaboración entre empresas y administraciones; alianzas empresariales que produzcan la transformación, el cambio, el crecimiento de las empresas familiares españolas y la promoción de ideas transversales entre diferentes sectores. Pero, además, los fondos deberían ser la recuperación de la confianza de la sociedad y, en particular, de los ciudadanos y su tejido empresarial en sus instituciones. Esta confianza exige seguridad jurídica, profesionalidad, credibilidad y ética en la gestión pública. La transparencia en el proceso de ejecución necesita que las reglas de acceso a los fondos tengan que ser muy claras. El cuándo va a estar el dinero y el cómo gastarlo bien es ahora el mayor reto al que nos enfrentamos, ya que no se pueden cometer los errores del pasado en la asignación de recursos. Estos fondos no se pueden convertir en un nuevo plan E, por lo que considero y estoy absolutamente de acuerdo con todas aquellas voces que piden que haya un organismo independiente para vigilar la gestión de los fondos. Y, finalmente, deberíamos aprovechar los fondos europeos de recuperación para pasar a la acción como país, conscientes de la acuciante necesidad existente. Es una oportunidad histórica. Y, una vez más, las empresas familiares españolas somos la solución y, por tanto, imprescindibles para ejecutar dichos fondos.

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