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Hipgnosis, los genios del diseño gráfico tras las mejores portadas de discos de los años setenta

Anton Corbijn estrena en Sundance un documental sobre el dúo creativo tras los álbumes más icónicos de Pink Floyd, 10cc, Peter Gabriel y Led Zeppelin

29/01/2023 - 

MURCIA. Una noche que Noel Gallagher llegó tarde a casa, a su hija Anaïs le sorprendieron las razones. El antiguo guitarrista de Oasis había estado reunido largas horas con los responsables de la portada de su nuevo disco. A la centenial no le cabía en la cabeza que su padre dedicara tanto mimo y presupuesto a aquella imagen que en su consumo musical queda reducida al tamaño de un sello. El compositor y cantante se aferra, en cambio, a los tiempos de gloriosa simbiosis entre la música y el diseño gráfico. 

“A nadie le interesan ya las portadas, nadie piensa en el concepto del álbum, en la historia tras las canciones”, se lamenta el autor de Wonderwall y Don't Look Back in Anger, en un documental dedicado, precisamente, al duo epítome de la creatividad analógica y el riesgo artístico en los años setenta, Hipgnosis. La película, titulada Squaring the Circle (The Story of Hipgnosis) se acaba de estrenar en la sección Spotlight del Festival Sundance y viene firmada por el holandés Anton Corbijn, erudito de la fotografía y responsable de retratos icónicos de músicos y directores como Joy Division, Depeche Mode, Tom Waits, U2, los Rolling Stones, Martin Scorsese y Clint Eastwood, y autor de videos musicales para, entre otros, Johnny Cash, Arcade Fire, Nirvana, Metallica, Nick Cave y Coldplay.

El proyecto que le ha llevado a debutar en el género documental celebra una época en la que la audiencia elevaba la música al concepto de arte y percutor de cambios sociales, y donde la identidad visual no podía disociarse del conjunto.  En la cúspide de esa época se encontraban Storm Thorgerson, fallecido en 2020, y Aubrey "Po" Powell, las iconoclastas mentes que fundaron el colectivo de diseño gráfico de inglés Hipgnosis en 1968. El nombre, una fusión entre sabiduría y estar en la onda, lo garabateo un día Syd Barrett con bolígrafo en la puerta del piso que los tres compartían. Se habían conocido en Cambridge y habían entablado una estrecha amistad  con un grupo de gente joven entre los que se encontraba Roger Waters y David Gilmour. 

Mugidos y combustión de la industria musical

Tanto si eres fanático de Pink Floyd como si no, lo más probable es que sepas cómo son las caratulas de los álbumes Atom Heart Mother, una vaca en un prado mirando al objetivo de la cámara, y Wish You Were Here, un par de hombres encorbatadas tendiéndose la mano mientras uno está, literalmente, ardiendo. El dúo creativo detrás de esas imágenes icónicas eran Storm y Po. Al alimón acuñaron algunas de las portadas más reconocibles de todos los tiempos, como Band on the Run de Paul McCartney y Wings, y Houses of the Holy, de Led Zeppelin. El tándem nunca tocó un instrumento, pero cambió para siempre la forma en que vemos la música al convertirse en su lente de aumento.

“Alguien dijo una vez que el vinilo es la colección de arte de los pobres. Los pijos tienen todo ese arte en sus paredes, mientras que la clase trabajadora la tiene en el suelo apilada contra la pared”, vuelve a participar Gallagher en la película. También lo hacen varios de los supervivientes de entonces, como Robert Plant, Jimmy Pagem, Peter Gabriel, Graham Gouldman, Paul McCartney, Roger Waters, David Gilmour y Nick Mason. El metraje, elegantemente fotografiado en blanco y negro y cuajadito de anécdotas que invitan tanto a la carcajada como a las nostalgia, está punteado de temas emblemáticos de Pink Floyd, Syd Barrett, The Soft Machine, The Nice, Paul McCartney and Wings, Led Zeppelin, 10cc, Peter Gabriel y Throbbing Gristle.

Foto: Courtesy of Sundance Institute

1973, el año de la asunción

Los Picasso de las carátulas no se caracterizaban por aplicar métodos convencionales ni presupuestos razonables. El trato, al menos con Storm, no era fácil. De hecho, como él mismo reconoce en imágenes de archivo, siempre se le consideró una persona difícil con la que trabajar. Se le tachó de narcisista, gruñón, discutidor, extraño y con un ego del tamaño de un pequeño planeta. Pero era un visionario intrépido que junto a Po manipuló hábilmente las imágenes fotográficas mucho antes de que los gráficos por computadora se hicieran omnipresentes.

La primera vez que tuvieron proyección fue con la portada de Elegy, de la banda inglesa de rock progresivo The Nice. El dúo se fue al Sáhara con 60 pelotas de fútbol de los años sesenta deshinchadas y las extendió en la arena.  “Causó conmoción. Nos dimos cuenta de que podíamos hacer land art y venderlo como una portada de álbum”, recuerda Po.  

El año 1973 marcó un punto de inflexión. Los Hipgnosis recibieron una llamada de Paul McCartney, o como bromea Audrey, Dios, para que se inspiraran en cuadros vivientes para la portada de su disco Band on the Run. En la recreación de una pretendida fuga de prisión, el ex Beatle enroló a celebridades como Christopher Lee, John Conteh y Lee Marvin. También fue el año en el que diseñador la carátula de Houses of the Holy, de Led Zeppelin, de los que recibieron una ronda de aplausos cuando les mostraron su collage inspirado en el libro de Arthur C Clarke, El fin de la infancia. Pero con la portada con la que se coronaron fue con la de The Dark Side of the Moon, un enigmático prisma que refracta la luz descomponiéndola en un arco iris, y de la que Pink Floyd vendieron 65 millones de álbumes. 

Su carrera se volvió estratosférica. En aquel entonces, los músicos ganaban un dineral e Hipgnosis se llegaron a embolsar 50.000 dólares por la portada de un álbum. “Me sentía como la quinta rueda del coche, los cuatro miembros de la banda y yo viajando con ellos en Concorde. Me sentía como Riley”, compara Po. 

Un ramo de flores que fue corona mortuoria

De 1968 a 1980 fueron ubicuos, con los trabajos de arte más importantes en el mundo de la música y protagonizaron verdaderos dispendios presupuestarios, como el que protagonizaron al viajar hasta Suiza para trasladar una estatua art déco de Demétre Chiparus para hacer una sesión de fotos en la cima de una montaña nevada con la que ilustrar la portada de Wings Greatest, o viajar hasta Hawai para fotografiar a una oveja sobre un diván para la portada de Are you Normal? de 10cc. A la vuelta, Storm opinó que la instantánea debía medir unos escasos 35 milímetros y darle preponderancia a la tipografía.

Iniciada la década de los ochenta, Storm visitó a Po con un ramo de flores para decirle que las portadas de álbumes estaban desfasados. La generación MTV había llegado. Thorgerson era graduado en cine por la Royal Collegue of Art, así que siempre había deseado ser director. Empezaron a hacer videos. Storm tomó los mandos y empezó a gastar sin control, con lo cual, la compañía de cine colapsó después de dos años. Las fricciones fueron tan graves, que la pareja de amigos dejó de hablarse durante 12 años. 

Como opina el director de arte Peter Saville en el documental, “las megaestrellas de entonces fueron víctimas y estragos de sus propios excesos e Hipgnosis estaban ligados a ese periodo de desfase del que ahora nos reímos”. Como remata Gallagher, “representan la era dorada del negocio de la música y tsu trabajo ha resistido el paso del tiempo”.

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