CARTAGENA. No es un momento sencillo para emprender este año 2020. Nunca lo es, pero esta pandemia ha golpeado a todos los sectores empresariales, especialmente a los emprendedores, siempre con palabras de aliento por parte de las administraciones, pero no siempre correspondidos en los hechos. Más de 1.700 empresas han desaparecido en la Región este año, pese a que la comunidad de Murcia arroja una media de 5 empresas nuevas cada día.
Pese a la tormenta, no han sido pocos los valientes que se han aventurado a abrir su propio negocio en un momento tan excepcional como el que atravesamos. La mayoría tenían ya el negocio en marcha desde comienzos de año, por lo que no abrir hubiera sido peor que tirar para adelante, como así fue. "En mi caso tenía la pandemia encima. Lo empiezo a madurar en julio. Tenía que tirar para adelante. Curiosamente, en cierta manera nos ha beneficiado, porque ahora se necesitan más ordenadores", cuenta Germán Vila, propietario del negocio Fix and Chip en Cartagena, que proporciona servicio técnico para la reparación de ordenadores y venta de estos. "La apuesta nos ha salido bien. Lo normal es empezar a tener beneficios a medio plazo, pero ya el primer mes al menos no hemos perdido dinero", señala Vila.
Si el teletrabajo ha podido beneficiar a el sector de la informática, la hostelería ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis, con un confinamiento de por medio y una limitación de aforo que en muchos casos deja tiritando las cuentas de los restaurantes. Sin Semana Santa ni un verano pleno, parecería una locura sacar un restaurante al mercado. Eso es lo que ha hecho Claudia Orellana, natural de el Salvador, criada en el sur de California y que ha crecido profesionalmente en España, al montar su restaurante Nanami Gastro Sushi, dado de alta a través de la ventanilla única de la Cámara de Comercio de Murcia. "Teníamos pensado el proyecto desde hacía un año y estábamos buscando local. Cuando encontramos el local que queríamos, nos pusimos en marcha. Esto sucede por el mes de diciembre. Nadie espera que tengas un obstáculo como este para abrir", señala Claudia. "Abrimos finalmente el 28 de mayo, pero teníamos previsto abrir una semana antes de Semana Santa. Sientes impotencia, te replanteas cómo hacer para que esto funcione…Nosotros no podíamos dar servicio a domicilio al principio. No te arrepientes, porque saliera mejor o peor, tenías que intentarlo". "Si no lo ponía en marcha, hubiera perdido toda la inversión realizada. No había otra opción que seguir". Pese a las dificultades, desde su apertura no ha ido mal el restaurante. "Al principio estuvo flojo porque no nos conocían. Con el verano, al tener terraza y estar en un buen sitio (Puerto de San Pedro del Pinatar), no nos ha ido mal".
Aunque muchos negocios han podido ir tirando, la dificultad del día a día es palpable a poco que se rasque entre los emprendedores. Es el caso de la peluquería canina Estilismo canino Jeni Illescas, también dados de alta a través de la Cámara de Murcia. "Empezamos las obras de la peluquería en enero y llega el confinamiento a dos semanas de salir. Hasta mayo que pudimos abrir. No es fácil, pero lo terminas asimilando porque no te queda otra. Hay mucha incertidumbre y vemos que la gente tiene más precaución a la hora de gastar", señala Lorena Martínez, una de las socias de la peluquería. "No podía echarme atrás porque me metí en una obra y tenía ya un contrato con los propietarios del local. Al comenzar la pandemia, la inversión ya estaba hecha". Más complicado resulta para un servicio fotográfico, como el montado por Sergio Carbonell, también desde la Cámara de Murcia. "A principios de marzo me di de alta como autónomo. Pensé en dejarlo pero al final he seguido aunque ahora está todo muy parado. Apenas hay celebraciones, como bodas o bautizos. Voy haciendo cosas, pero todo está parado y es complicado", señala.
No hay periodo electoral en el que todos los partidos abanderen la defensa de los autónomos y promuevan el emprendimiento como gran motor económico de España. "No he tenido prácticamente ayuda. Fui a distintos organismos y no sabían ni de qué forma podían ayudarme. Ponen demasiadas trabas para acceder a las ayudas. Es un desastre", cuenta Vila, de Fix and Chips, sobre su experiencia. "En mi caso tenía financiación propia y no he necesitado muchas ayudas. Las subvenciones que he pedido me las han concedido, por lo que no tengo queja", señala por su parte Orellana, de Nanami Sushi. "He tenido derecho a alguna por tener paro, pero por no abrir antes de marzo no he podido tener acceso a alguna ayuda. He tenido acceso a ayudas de jóvenes emprendedores, por ejemplo. Me hubiera gustado que algunas medidas abarcaran más", señala Lorena. "En mi caso, al tener 35 años, no soy ni joven ni muy mayor, y me quedo en tierra de nadie para acceder a algunas ayudas. Te ponen trabas para acceder", señala Sergio. En tiempos de pandemia, los emprendedores siguen peleando para activar la economía de la Región.