MURCIA. El Centro Párraga acoge desde este miércoles la exposición Mirada Abisal, en la que el artista multidisciplinar Diego Lobenal analiza la nueva cultura digital y el uso de la imagen en las redes sociales. Este nuevo proyecto - comisariado por Rodrigo Carreño e incluido en las series de Lobenal Quién eres_ y KKA/OS- busca crear un espacio dónde el espectador sea consciente de cómo, a través de la apropiación, la multiplicidad o la velocidad de Internet, surgen nuevas estrategias que sitúan al espectador ante un nuevo rol: el de observar, analizar, comprender y pensar la imagen. Ya no se trata de ver, se trata de visualizar.
Para la puesta en marcha de la exposición, y siguiendo la idea de Matrix y la estética de la hiperconectividad entre los seres humanos y la red de Internet a través de las Power Plants, el artista realizó una performance durante 12 horas en las que, centrado en especial en Instagram, intentó encarnar el algoritmo y se apropió de los perfiles de sus seguidores en esta red social para crear la imagen que el artista tiene de ellos según el material publicado.
De esta forma, la imagen obtiene el sentido que le da
el observador y refuerza la idea de que actualmente somos seres mirados. Además, durante esas horas, la sobreexposición a las pantallas ha causado agotamiento en el artista que se deberá enfrentar a esa hiperconectividad que se ve reflejada también en el tratamiento del material digital creado.
De esta manera, Lobenal ha trabajado parte de las imágenes que a partir de ahora se pueden ver en la exposición, que se inaugura a las 20.30 horas en la Sala de Máquinas del Centro Párraga, como parte de su investigación en la relación entre espectador, cuerpo performativo y discurso político.
Lobenal reflexiona así sobre el papel que juega internet y la imagen en la cultura digital de esta nueva era, dando al observador un papel protagonista, entendiendo que aquello que vemos en las redes sociales tiene sentido en función de quien lo observa y no por quien lo difunde.
“Nos encontramos en un momento en el que la imagen digital, que no tiene original y es de producción ilimitada, rige nuestro tiempo y se presenta ligada a las pantallas, a la red y a Internet. Estas imágenes digitales son imágenes que pertenecen a un mundo de conexión global, a la comunidad de usuarios”, explica el artista.
Carreño destaca que “el lenguaje visual se ha transformado y ahora cualquier persona puede crear imágenes y difundirlas de forma rápida y sencilla. Así es como las imágenes, que habitan una nueva realidad –virtual–, nacen para ser vistas por los demás. Todo esto nos sitúa en una nueva posición como observadores."
Durante las últimas décadas, y especialmente con la llegada de Internet, añaden, los parámetros visuales han cambiado. Ahora, el acontecimiento visual, es decir, la interacción entre el observador y aquello que observa, se produce a través de una pantalla. Es por esto por lo que nos encontramos en un momento en el que no se trata de ver si no de visualizar.
Así, al adentrarnos en el abismo de Internet, debemos ser conscientes de que las imágenes pueden engañarnos o transportarnos a lugares inexistentes. Se produce por tanto un juego entre el difusor y el observador, ya que la imagen ha perdido su poder de trasmisión por sí sola y depende de quien la difunde y de quien la visualiza. Este acto de hacer ver las imágenes o de recibirlas en las redes sociales es el eje sobre el que se centra el artista Diego Lobenal como proceso creativo para desarrollar las obras que pueden verse en la muestra.