CARTAGENA. La Roma cartagenera se estaba convirtiendo en un más que floreciente negocio turístico para la ciudad portuaria, hasta que el virus lo paró todo, lo último a los trabajadores de Puerto de Culturas, que se marchan a casa tras un ERTE que afectará al 95% de la plantilla. El objetivo con esta medida, aducen desde el gobierno municipal, es garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y reducir un déficit que podría acercarse al millón de euros para asegurar la supervivencia de la red de museos de Cartagena.
Precisamente ahora, cuando Puerto de Culturas ganaba día tras día visitas a sus instalaciones y su buque insignia, el Teatro Romano, junto con su museo, era la instalación más visitada de la Región otro año más.
La ciudad ha sabido articular su negocio turístico alrededor de los yacimientos romanos, que se han ido abriendo a lo largo de los últimos años de forma paulatina, pero con un volumen de visitas creciente. Tanto es así, que Puerto de Culturas ha sido capaz de cubrir cerca del 75% de su presupuesto gracias al negocio en la venta de entradas, visitas guiadas y espectáculos o actividades promovidas durante todo el año. Valga como dato que en 2019 los ingresos fueron de 2,4 millones de euros, gracias al más de medio millón de personas que acudieron a sus centros de interpretación.
Un terremoto en forma de virus ha sacudido nuestro planeta y el pasado romano, en forma de gran escenario preparado para su exhibición, ha tenido que poner el pause y esperar a que todo pase, que la famosa desescalada se produzca, que los centros y museos puedan abrir de forma paulatina y que los trabajadores se incorporen a sus puestos de trabajo.
Ahora, el Teatro Romano, el Foro, el Castillo de la Concepción o el Fuerte de Navidad son territorio exclusivo de gaviotas y palomas, que contemplan desde la altura la desolación y la tristeza de estos espacios vacíos, sin alma, a falta de los turistas.
En parada forzosa queda también, el gran proyecto de este 2020, el Museo del Foro, ubicado en el Parque Arqueológico del Molinete. Estaba prevista su apertura para antes del verano, pero queda congelado en el tiempo, al menos momentáneamente y su retraso será mayor del que cualquiera podía esperar. Es éste un espacio reservado para la Carthago Nova de época romana, por la Carthago Spartaria del periodo bizantino, por la Cartagena renacentista de los siglos XVI y XVII, y por el barrio del Molinete en el siglo XIX, afamado en todo el Mediterráneo por sus cabarets y popularmente conocido como la Pequeña Marsella.
A los trabajadores, por su parte, les toca esperar. Se ha acordado la creación de una comisión de seguimiento para que, una vez al mes, se reúna y analicen la evolución de la crisis sanitaria con el objetivo de avanzar y estar preparados y regresar a la normalidad cuando finalice la alarma.
Desde el equipo de Gobierno se ha informado a los trabajadores de que según evolucione la situación, el Ayuntamiento estudiará posibles medidas para compensar la reducción de salario durante estos meses, ya que el ERTE garantiza el cobro del 70% del sueldo. La incorporación, como antes indicábamos, será gradual.