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El ruido, una ordenanza en la que ni hosteleros ni vecinos aún han dicho su última palabra

18/12/2019 - 

CARTAGENA. Aunque esta misma semana la comisión informativa de Urbanismo y Medio Ambiente del ayuntamiento de Cartagena daba el visto bueno a la Ordenanza municipal de Protección del Medio Ambiente contra la emisión de ruidos y vibraciones, la realidad es que para que ésta entre en vigor aún queda un camino por recorrer, que no se prevé nada sencillo. Si bien es cierto que la concejal de Medio Ambiente, Cristina Mora, se ha encontrado con el visto bueno de PP, Ciudadanos, los seis concejales no adscritos y Unidas Podemos IU Equo, y la abstención de MC Cartagena y Vox, ni hosteleros ni vecinos han dicho aún su última palabra.

En el caso de los negocios de restauración que son finalmente una de las patas fundamentales para dicha ordenanza, aseguran que si bien el dado es un paso adelante tras años de retraso, no están del todo conforme con lo que algunos artículos dicen en la ordenanza. Se refieren, principalmente, al impedimento de montar nuevos negocios en aquellas calles que tengan un ancho inferior a los cinco metros o aquel artículo en el que se prohíbe montar dos locales de ocio si no guardan una distancia mínima de 50 metros.

Por su parte, el colectivo de vecinos del centro de Cartagena, SIR Cartagena, esgrimen que los conciertos de pequeño formato que aprueba esta nueva ordenanza, la escasa contundencia en las sanciones a aquellos que incumplan los límites de horarios y ruido en sus locales o la gran cantidad de actividades en las que se anuncia la suspensión de los objetivos de calidad son argumentos para rebatir y tratar de mejorarlos.

"Hay artículos que tenemos que negociar", explicaba a murciaplaza.com el presidente de Hostecar, Juan José López. "No estamos demandando nada del otro mundo, pero no puede frenarse la posibilidad de implantar nuevos negocios en la ciudad en calles del centro como Cuatro Santos, Escorial o Campos que tienen una anchura inferior a cinco metros. Eso puede retraer a nuevos inversores y, por tanto, implica que se limite más la diversión y el ocio en la ciudad". La hostelería “se resiente”, añade Juan José López, pero recuerda que "también las zonas de diversión de cartageneros y visitantes".

Los vecinos, por su parte, también están dispuestos a presentar batalla en defensa de lo que consideran sus derechos legítimos; de ahí que hayan empezado a prepararse para este periodo de alegaciones para evitar que los locales pequeños puedan dar conciertos, a la vez que advertir a la concejalía que la suspensión de los objetivos de calidad de forma prolongada y con diferentes actividades a lo largo del año puede ser motivo de denuncia.

Tras la aprobación inicial y una vez que transcurra el período de exposición pública, se reunirá una mesa de trabajo para estudiar alegaciones, incorporar las que se crea oportunas y elaborar un borrador, finalizando con la aprobación definitiva por el pleno de la corporación municipal.


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