CARTAGENA. Este verano, los vecinos y veraneantes del principio de La Manga del Mar Menor, concretamente de la zona del Entremares, no lo han tenido fácil a la hora de poder comprar el periódico, ya que el único y veterano establecimiento donde vendían prensa desde hace décadas ha sido traspasado (por lo que para hacerse con un diario o una revista hay que desplazarse a las Sirenas o Cabo de Palos). Se trata de un negocio más de los muchos que con el tiempo han ido 'chapando' en el que fuera el primer complejo comercial de una Manga de la que, allá por 1967, se sacaba pecho en el Nodo. Ya en aquellas imágenes, en un entorno casi virgen, se apreciaban construcciones como la del supermercado y los bajos comerciales de forma hexagonal que conforman este laberinto de locales concebidos para satisfacer la demanda de los turistas.
Hoy en día, sin embargo, quedan poco comercios abiertos, estando estos principalmente en la parte exterior. Algunos de ellos son muy veteranos, abren todo el año y cuentan con una fiel clientela. No obstante, si uno se adentra en el interior del laberinto se encontrará con un notable abandono y pintadas en las paredes, que no parece ser la mejor tarjeta de presentación para una zona turística como esta.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de La Manga y Cabo de Palos, José Espinosa, apunta que poco se puede hacer ya que se trata de locales privados. Señala que este centro cuenta con comercios que dan al exterior que funcionan bien, como también ocurre en el Zoco, aunque es verdad que la mayoría de los que se encuentra en el interior están cerrados o funcionan como almacenes.
De la misma opinión es Isaac Guerrero, de la Asociación vecinal de Cultura, Ocio y Deporte de La Manga, quien comenta que el centro depende de una comunidad de propietarios, habiendo comercios que funcionan muy bien, sin olvidar el supermercado Día que también está integrado en el conjunto. De hecho, recuerda en este sentido que este espacio está situado frente al hotel Entremares, "uno de los más chulos y que más reformas ha llevado a cabo" (y donde Julio Iglesias, por cierto, rodó la película La vida sigue igual). No obstante, y aunque nadie se ha quejado al respecto, reconoce que es una pena que no presenten una imagen más cuidada.
Uno de esos bares que funciona todo el año es el Euflo, un histórico que desde hace seis años regenta Mirela. Esta empresaria confiesa que el mantenimiento de este centro comercial es un tema complicado de gestionar, ya que no siempre se ponen de acuerdo el Consorcio y la comunidad de propietarios, quedándose algunas cuestiones en "tierra de nadie". Mirela, por ejemplo, se encarga ella misma de arreglar el jardincito y podar las palmeras que tiene en su terraza porque nadie se hace cargo, al igual que se las ingenia cuando el parking se inunda cuando llueve o para borrar algunos grafitis (aunque dure poco). "Lo hago porque tengo que cuidar a mis clientes, muchos de los cuales vienen todo el año", manifiesta Mirela, quien apunta que no se puede quejar de cómo ha ido el verano, aunque reconoce que el año pasado fue mejor.
No es el único establecimiento muy valorado por los vecinos de este centro comercial, que también cuenta con la cafetería Exágono o bar El Bucanero, estando enfrente un restaurante chino también muy veterano o las demandadas pizzas del Andiamo. Además, hay comercios dedicados a artículos de playa, regalos y recuerdos. Una veraneante madrileña comenta que echa de menos, por ejemplo, la tienda Noray, donde todos los veranos se compraba un bañador. "Con más estilo que los que encontraba en Madrid", asegura. También se acuerda de que frecuentaba una tienda de zapatos de piel de "mucha calidad". Pero es que, a pesar de lo que cante Julio Iglesias, los años pasan y la vida no sigue igual. Con todo, "no cambio esta zona de La Manga por ninguna otra", concluye esta madrileña.
