MURCIA (EFE).- Los autores José Martínez Ros (Cartagena, 1981) y Miguel Sánchez Robles (Caravaca de la Cruz, 1957) han recogido el premio de los XXXV Premios Tiflos de Literatura en sus modalidades de Poesía y Novela, respectivamente. Martínez Ros lo ha hecho por su trabajo titulado Una educación sentimental, mientras que Sánchez Robles ha sido premiado por su obra Te llamaré tristeza, informaron fuente de la ONCE. Ambos han recogido su premio como ganadores absolutos de estos reconocimientos literarios durante una gala celebrada este lunes en el palacete de los Duques de Pastrana, en Madrid.
En palabras del poeta Luis Alberto de Cuenca, integrante del jurado, el poemario ganador de José Martínez Ros, Una educación sentimental, es una obra que “mezcla referencias de autores clásicos con otras de autores de la órbita pop". "Es un libro bien concebido, con una unidad interna relevante. Nos ha sorprendido gratamente a los miembros del jurado que este autor había obtenido ya premios de poesía tan prestigiosos como el Adonais o el Blas de Otero”, ha añadido De Cuenca.
Efectivamente, el primer poemario de este autor cartagenero, La enfermedad, ganó el premio de poesía Adonais en 2004. Posteriormente, ha publicado Un amanecer, con el que ganó el Blas de Otero. Su tercer libro de poemas, con el título Trenes de Europa, fue editado en 2010 por la Fundación José Manuel Lara. Es miembro de la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL).
En cuanto a la obra ganadora en el género de Novela, de Miguel Sánchez Robles, la escritora Pilar Adón, miembro del jurado, afirma que “se trata de una novela muy personal y bastante arriesgada, y esa apuesta por la literatura nos ha gustado a todos”. Miguel Sánchez Robles es catedrático de Geografía e Historia y escritor. Su trayectoria poética está jalonada de galardones y reconocimientos literarios de primer orden como el Gabriel Celaya, José Zorrila, Leonor, Esquío, Bienal de León o el Ciudad de Zaragoza.
En novela ha obtenido el Premio Internacional Javier Tomeo, el Fray Luis de León por La tristeza del barro, y ha sido finalista del Ateneo de Valladolid y del Torrente Ballester.