EL EUROCRISTIANO TIBIO / OPINIÓN

¿Durará Sumar más que la Primera República?

27/06/2023 - 

CARTAGENA. ¿Durará Sumar más que la Primera República, que apenas llegó a tres años? Las semejanzas son obvias. En efecto, nueve de las quince opciones políticas que conforman Sumar son de carácter identitario territorial. Tales son, por ejemplo, Compromiso y la Junta Aragonesista. Equiparando España a un archipiélago político, nueve nacioncitas estarían representadas en Sumar: Cataluña, Madrid, Valencia, Baleares, Canarias, Andalucía, Asturias, Navarra y Aragón. En suma, Sumar es un enjambre confederalista, solo que asimétrico e incompleto (entre otras regiones, faltan las Castillas, nada menos). Pero padece otro problema. Ya que IU y Podemos se definen como confederalistas, resulta que hay en Sumar nueve partidos que encarnan el confederalismo, y otros dos que predican ese modelo sin ceñirse a él. ¿Se puede ser confederalista aspirando a estar presente en toda España (perdón, en todo el Estado)? ¿O es más coherente que las formaciones confederalistas resulten de la yuxtaposición de tantos partidos como regiones haya en España (perdón, tantas naciones como haya en el Estado)? 

"IU y Podemos defienden la desagregación de España desde arriba, mientras que Compromís y la Junta Aragonesista dicen que ellos mandan en valencia y en Aragón"

Pues bien, aunque a los miembros de Sumar no les parezca extraño, ese fue el origen del fracaso de la Primera República española: la pugna entre los que querían distribuir las demarcaciones desde el Gobierno español y los que querían establecer primero cantones locales. En Sumar, IU y Podemos defienden la desagregación de España desde arriba, mientras que Compromiso y la Junta Aragonesista dicen que ellos mandan en la Comunidad Valenciana y en Aragón respectivamente. Esa diferencia, que recuerda a la de los moderados frente a los intransigentes de la Primera República, se da en el seno de Sumar sin que nadie se sobresalte. Se trata de un conflicto latente, que puede que propicie la una división análoga a la que se dio entre unitarios y trinitarios entre los cristianos. En ambos casos, un misterio insondable.

Por si eso no bastase, aunque la región gallega jugó un importante papel en la Primera República, en Sumar no hay ninguna formación específicamente galleguista. Eso tiene su gracia, toda vez que Yolanda Díaz, su máxima dirigente, es gallega. Quizás ahí esté la clave. En su tierra natal, Yolanda ha comparecido en diferentes formaciones a distintas elecciones: primero, Esquerda Unida; luego, Alternativa Galega de Esquerdas (AGE); finalmente, Mareas Galegas (con Beiras). Fiel a su estilo, para entrar en el Congreso español rompió con las Mareas y fundó Galicia en Común, ante el supino cabreo de Beiras. Una vez diputada nacional y con el apoyo de Iglesias entró en el Gobierno de España. Nominada por Iglesias, se convirtió en la candidata de la extrema izquierda española para las próximas elecciones nacionales. Finalmente, se desentendió de Podemos y fundó Sumar. Esa trayectoria explica por qué no hay ningún grupo específicamente galleguista en Sumar. Los tres por los que Yolanda ha pasado ya no existen o se sienten traicionados. Tanto es así que corre el rumor de que bastantes de los antiguos votantes gallegos de Yolanda optarán esta vez por el Bloque Nacionalista Gallego. Al loro.

Por miedo a perder electores, a los comunistas españoles no les gusta ahora que los demás los llamen comunistas. Entre ellos está permitido, e incluso es motivo de gala, pero desde fuera se lo toman a mal. Eso no tendría importancia si no fuese porque el Partido Comunista de España (PCE) forma parte de IU, integrada en Sumar. Es más, Yolanda milita en el PCE desde joven. Así, al frente de Sumar estará una comunista de toda la vida. Aunque no lo divulgan, es así. De hecho, el candidato de Sumar por Córdoba es el secretario general del PCE. Su fundación es posterior a la Primera República, pero ahora puede contribuir a desgastar el confederalismo de Sumar. Y todavía hay más.

Recientemente, Yolanda ha fundado un nuevo partido. Se llama Movimiento, pero es un partido. Lleva el nombre de Sumar, pero no es Sumar. ¿Lo captan? Como les aterroriza que los llamen por su nombre, comunistas, prefieren Movimiento Sumar. Lo que no sabemos es si Yolanda ha dejado de militar en el PCE. Puede que se encuentre en una situación de doble e incluso de triple militancia: la comunista, la del movimiento sumarista y la simplemente sumarista. No importa. La peña, que no está para complejidades lógicas, lo admite con total naturalidad. Pero añade inestabilidad.

Todo eso sugiere que acaso veamos en Sumar lo que ellos llaman tránsfugas. Nadie lo excluye. De hecho, basta leer las declaraciones de Águeda Micó, candidata de Compromiso, para comprender que Sumar no durará. Desde su concepción plurinacional de España, dice la buena de Águeda que lo único que ha hecho Compromiso es firmar un convenio bilateral con Sumar para que la voz de Valencia se oiga en el Congreso (que ella llama Madrid). Y que, en coherencia, intentarán formar su propio grupo parlamentario. Inmune a la realidad, predica un doble despropósito: afirmar que su opción ha firmado un pacto bilateral con otras catorce formaciones, cuando es obvio que Compromiso solo es una entre quince, y decir que formarán grupo propio, cuando se han presentado en una lista común (¿no era eso transfuguismo). Y lo más grave es que lo mismo pensarán varias de las otras catorce formaciones de Sumar. Aunque Yolanda ha incluido en el pacto la pérdida de los derechos económicos a los que se salgan del grupo parlamentario de Sumar, lo que valdrá será el reglamento del Congreso. Así que toca leérselo desde ya, porque es difícil imaginar que todo este tinglado dure cuatro años. Y con el cabreo de la excluida Irene, madre del Solo Sí es Sí, todavía más difícil. Como en la Primera República. O peor. Probablemente se peleen en el mismo acto de constituir los grupos parlamentarios.

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