Interior de un autobús tras su transformación en vivienda. Foto: KIKE TABERNERMURCIA. Si pensamos en el concepto de camper, tradicionalmente nos viene a la cabeza una furgoneta con una cama y algunos enseres para poder hacer vida en carretera. Estos vehículos, en especial tras la pandemia, se han convertido en una opción atractiva, que combina movilidad, turismo y vivienda sin perder la mayoría de comodidades del día a día, e incluso con una serie de ventajas respecto a otras opciones.
Las camper, no obstante, son algo más que eso. Han evolucionado con el paso del tiempo para ofrecer mayor comodidad y calidad de vida a quiénes deciden lanzarse a la carretera con una de ellas. Ya no son (únicamente) furgonetas con lo necesario para pasar un fin de semana fuera de casa, sino que ahora se camperizan todo tipo de vehículos para adaptarlos a las necesidades concretas de cada usuario, con todo tipo de detalles: desde un sillón relax en un autobús-vivienda hasta un televisor de 42 pulgadas en una furgoneta para poder trabajar en cualquier parte del mundo.
De este tipo de trabajos se encarga VanBox Camper, una empresa ubicada en La Pobla de Vallbona que lleva desde 2017 dedicada al mundo de la camperización. Los socios fundadores, usuarios de este tipo de vehículos desde hace más de dos décadas, decidieron empezar a hacer kits modulares de "quita y pon". Cuando el negocio empezó a coger forma, pasaron a hacer camperizaciones completas de vehículos, "algo que no nos asustaba porque tenemos todos los conocimientos necesarios para ello", explica Marcial, uno de los fundadores, que rechaza atribuirse un cargo "porque esta empresa es como una familia, donde no hay cargos.
El tipo de cliente más habitual con el que trabaja la compañía es el particular que trae su vehículo propio para realizar una camperización, aunque VanBox Camper también trabaja con compraventas y concesionarios para buscar vehículos que puedan cumplir con las expectativas de los clientes. En líneas generales, recomiendan elegir un vehículo "que no hayan llevado cargas pesadas y esté en un buen estado general", en el caso de que sea de ocasión.
Desde la compañía consideran que antes de la pandemia había un ritmo de trabajo bastante positivo, pero que tras ella se ha producido un "boom de las campers", ya que la gente empezó a requerir soluciones vacacionales "sin muchas aglomeraciones". "En este tipo de vehículos la gente podía estar en su capsulita con sus cosas, sin que nadie las tocara", destaca Marcial, que reconoce que la pandemia "ayudó" al sector a aumentar su volumen de negocio.
No obstante, el aumento de la demanda ha provocado un crecimiento de los talleres de camperización de vehículos. En la actualidad, "se está empezando a notar la recesión a nivel nacional", aunque desde VanBox Camper aseguran tener "bastante trabajo". No obstante, lamentan que "los bancos ya no están tan alegres como antes a prestar dinero" a este tipo de negocios. En todo caso, confían en la "profesionalidad" y la "calidad" de acabados como señas de identidad de la compañía para mantener el buen ritmo de clientes.
El "reto" más grande al que se ha tenido que enfrentar esta empresa valenciana es a la camperización de un autobús. El vehículo, que no escatima ni en equipamiento ni en calidades de acabados, cuenta con tres camas, un baño, una cocina equipada con todos los electrodomésticos y cinco asientos para el transporte por carretera, tres de ellos con función relax.
La camperización de este autobús, de 15 metros de largo, en un inicio se planteó con el objetivo de ubicar el vehículo en un terreno donde no es posible construir una vivienda. El autobús se plantea como una alternativa a las casas con el objetivo de poder tener un hogar en un espacio donde la legislación no permite construir una vivienda.
Además, en el caso de estos vehículos, se añade un aliciente: el precio. Los autobuses de transporte de pasajeros por carretera no se pueden dedicar a este fin pasados unos años, por lo que son vendidos a precio de derribo, ya que solo pueden tener un uso particular. El propietario del autobús camperizado asegura que desde los 3.000 euros existen autobuses, "aunque este cuesta más". Los precios suelen variar en función de la longitud y los kilómetros del vehículo.
"Ha sido todo un reto, porque aunque es muy grande y caben muchas cosas, pero hacerlo todo bien para que todo funcione siempre es un problema", explica Marcial sobre el trabajo para convertir el autobús en una vivienda. "Esto es como una casa pero desconectada de las redes, tanto del agua como de la luz", sintetiza el socio fundador de VanBox Camper acerca del proyecto.
"Hay elementos como aire acondicionado o lavadora que en una furgoneta normalmente no los tienes", explica Marcial, que añade que este vehículo cuenta con depósito de 1.000 litros para aguas limpias y otros 1.000 litros para aguas sucias, "lo que permite que pueda estar parado una larga temporada en cualquier sitio". Además, equipa un sistema de osmosis, y en materia de suministros cuenta con baterías de almacenaje de energía eléctrica, un generador y un sistema de placas solares, así como una toma de corriente exterior para poder conectarse a la red eléctrica.
El autobús cuenta con materiales de primera calidad, en especial en cocina y baño, donde muchos de los elementos porcelánicos y de grifería están elaborados por firmas valencianas de prestigio. "El WC es especial porque no funciona con químicos, sino que es un incinerador", explica Marcial. De forma habitual, las camperizaciones cuentan con inodoros químicos o de compuesto, soluciones más económicas. Un inodoro como el que equipa este autobús ronda los 4.500 euros.
Un proyecto como el de este autobús ronda los 130.000 euros de coste de camperización, explican desde VanBox Camper. Aunque el precio depende de las necesidades del cliente y los acabados de los materiales: "Hay gente que lo que necesita es una cama y una batería y le sale todo por cuatro duros". "El desde y el hasta es lo que se quiera gastar una persona", explica Marcial.
El teletrabajo ha creado un nuevo concepto, el de 'nómadas digitales'. Este término designa aquellas personas cuyo trabajo les permite una completa deslocalización, y debido a ello deciden viajar alrededor del mundo o pasar largas estancias en lugares fuera de su domicilio habitual. Una de las formas de pasar estas temporadas fuera de casa es con una camper, diseñada de forma especial según las necesidades del usuario.
Los nómadas digitales, explican desde VanBox Camper, son un perfil de cliente que optan por furgonetas de gran volumen porque suelen pasar mucho tiempo dentro del vehículo trabajando. Además, en el caso de que el usuario viva todo el año en carretera, se puede encontrar con diferentes condiciones climáticas que le obliguen a no poder salir de la furgoneta durante varios días.
En el momento de la realización de este reportaje, VanBox Camper se encuentra en la fase final de un proyecto de furgoneta orientada a un cliente de este perfil. Desde la empresa señalan que en este caso concreto "se trata de una configuración más o menos estándar pero con una cama retráctil que permite poder ganar espacio durante el día para poder teletrabajar". Esta furgoneta en concreto cuenta con un equipo de sonido especial, baterías de gran volumen, y un televisor de 42 pulgadas, todo ello adaptado a las exigencias laborales del futuro usuario.
En el caso de las furgonetas para nómadas digitales se realiza un diseño adaptado al teletrabajo, es decir, centrado en cuestiones como la capacidad eléctrica, y una buena conexión a internet, mediante un router Wi-Fi portátil. "El consumo eléctrico es mucho mayor, son personas que están ocho o diez horas al día pegadas a un ordenador", recalca Marcial. Debido a ello, el coste de este tipo de vehículos aumenta respecto a otras camperizaciones debido a la capacidad de las baterías de almacenaje eléctrico.
"Camperizamos desde un monovolumen hasta un autobús de 15 metros", apunta el socio fundador de VanBox Camper. Aunque, obviamente, la comodidad no es la misma en todos los vehículos: "Las diferencias en cuanto a funcionalidades es la que nos da la cantidad de espacio. A mayor espacio mayor disfrute dentro del vehículo". En todo caso, hay personas que tan solo buscan un kit modular con el que poder salir de ruta los fines de semana.
"Hay kits por menos de 1.000 euros con almacenaje y cama, y kits más completos de entre 1.800 y 2.500 según las funciones que tengan", asegura Marcial. Estas soluciones se plantean tanto para los monovolúmenes como para las furgonetas de pequeño tamaño de carga donde apenas cabe una cama y el kit de planteado por VanBox Camper. "En algunas de estas furgonetas puedes tener hasta cocina, fregadero y nevera, pero depende del espacio que tenga el vehículo", puntualiza el socio fundador de la compañía.
"Se hacen kits para todo tipo de clientes. Hay personas que usan una furgón de gran volumen para trabajar durante la semana y que el fin de semana usan uno de nuestros kits para disfrutar e irse de viaje", añade Marcial. En este caso, se trata de una solución que va "fijada a la carrocería con unas palometas para que sea de quita y pon pero estable".
En definitiva, un sinfín de soluciones adaptadas a las necesidades de cada tipo de usuario que pretenden hacer de casi casi cualquier vehículo una pequeña (o no tanto) casa portátil con la que poder disfrutar de la carretera sin dejar de lado la vida en familia, el trabajo, así como las comodidades que se tienen en el día a día.
