CARTAGENA. La evolución de la refinería de Repsol de Cartagena tiene un patrón claro y un objetivo bien definido. La empresa energética y petroquímica ha avanzado en un camino sin retorno en la apuesta decidida hacia la descarbonización y pretende que Cartagena se convierta en uno de sus abanderados en el nuevo patrón energético. Ha pasado de los propósitos a los proyectos y, ahora, a la concreción de sus procesos con una millonaria inversión que se hará realidad en el primer semestre del próximo año 2023, con la primera planta de biocombustibles avanzados de España.
El complejo de Cartagena se ha puesto a la cabeza de esa transformación que camina para que éste sea un 'polo multienergético' en el que la baja o nula huella de carbono sea el sello identificativo en los productos que allí se originen. Repsol tiene intención de apostar por las tecnologías ahora disponibles, como el hidrógeno renovable, la economía circular y la captura y uso de CO2.
La nueva instalación fabricará unas 250.000 toneladas anuales de combustibles avanzados -biojet, bionafta y biopropano a partir de residuos- que servirán para propulsar coches, camiones y aviones. La apuesta de la compañía es que esta planta reduzca 900.000 toneladas de CO2 cada año. El objetivo es incrementar la producción de biocombustibles sostenibles hasta los 1,3 millones de toneladas en 2025 y alcanzar los 2 millones de toneladas en 2030.
Aunque los biocombustibles han sido incorporados por la empresa desde hace 20 años, este siguiente paso apuesta por la economía circular, produciendo biocombustibles avanzados a partir de distintos tipos de residuos de la industria agroalimentaria y otros, como aceites de cocina usados. De esta manera, consigue dar una segunda vida a residuos que, de otro modo, acabarían en un vertedero y los transforma en productos de alto valor.
El biocombustible es ese combustible renovable que se obtiene de recursos naturales o de residuos orgánicos, tanto de origen animal como vegetal, denominados biomasa. En la combustión de este carburante biológico se libera CO2, unas emisiones que se consideran cero, ya que se equilibran con el dióxido de carbono absorbido por las fuentes de energía renovables. La biomasa es una fuente de energía que proviene de materiales de origen biológico, como los cultivos energéticos, los desechos agrícolas y forestales, y sus subproductos, entre otros.
Hace tan solo unos días la empresa avanzaba un acuerdo con la factoría Navantia de Cartagena para evaluar el comportamiento de los nuevos combustibles líquidos de baja huella de carbono que suministrará Repsol ̶ biocombustibles avanzados producidos a partir de residuos y combustibles sintéticos ̶ en los motores fabricados por Navantia, tanto de propulsión como de generación. Estos nuevos combustibles representan una alternativa sólida para la descarbonización a corto y medio plazo del sector marítimo, puesto que podrían alcanzar una reducción de emisiones del 100%.
La refinería de Cartagena emplea a 900 personas a día de hoy. Además de empleo directo, genera 400 puestos de trabajo a través de empresas contratistas de manera recurrente, elevándose a los 2.000 para proyectos puntuales.
Ha invertido en el complejo industrial de Cartagena más de 456 millones de euros en los últimos 10 años. A esa cantidad hay que sumar el proyecto de ampliación de la refinería, inaugurado en 2012 y que supuso la mayor inversión industrial realizada en España, por valor de 3.200 millones de euros, lo que situó al complejo a la vanguardia tecnológica en su sector. Hoy en día, esta refinería es un modelo industrial de referencia y se encuentra entre las instalaciones más eficientes de Europa-.
Las cifras de aquel proyecto incluyeron el transporte más pesado. Los reactores hydrocracker fueron los elementos más voluminosos que transportaron en España por carretera. El más pesado alcanza las 1.300 toneladas, equivalente a tres estaciones espaciales juntas.
Records en altura y peso. Las tres chimeneas de hormigón miden 147 metros, 10 más que la pirámide de Keops. El peso de todas las estructuras metálicas suma 20.000 toneladas, más de tres veces el peso de la Torre Eiffel.
Una ciudad de trabajadores. En el proyecto de ampliación participaron 500 empresas y más de 20.000 personas que trabajaron durante más de 22 millones de horas en su construcción. Su extensión era tal que se implantaron líneas internas de autobuses, comedores para más de 6.000 personas y un parking para 4.000 vehículos.
Millones de horas para el coquer. A la planta de coquer, la mayor de España con una capacidad de 3 millones de toneladas, se le dedicaron 400.000 horas de ingeniería y más de 3 millones de horas de construcción.
Cada cámara de la unidad de coquer mide 41 metros, como un edificio de 13 pisos, pesan 340 toneladas y el grosor de sus paredes es de 30 pulgadas superior al de las paredes de los submarinos.
El transporte más voluminoso. La torre de vacío fue el transporte más voluminoso que se realizó por las carreteras españolas: 12 metros de diámetro y unos 50 metros de altura.
La más grande de Europa. Una de las etapas clave en el proceso de ampliación fue el comisionado. En él participaron alrededor de 500 personas, que llevaron a cabo 400.000 tareas de comprobación en los 2.500 equipos instalados.