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Una bala perdida

11/05/2023 - 

Las sabias palabras de mi madre reavivaban viejos recuerdos, una memoria agridulce que  bailaba en el polvo sideral del rayo de sol que entraba por la ventana, al son del silbido de una bala perdida. Tenían el mismo sabor que las palabras de los hombres y las mujeres que dedican su vida a una causa perdida o los que mueren en una guerra sin razón. 

Yevgueni Prigozhin, el jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, bramaba contra el Kremlin mientras sus hombres "morían sin sentido" en Bajmut por la "crónica escasez de municiones", en una guerra condenada a eternizarse deslizándose hacia una lenta agonía.

-Yevgueni Prigozhin: "¡Shoigú! ¡Gerásimov! ¿Dónde está la munición? ¡Miradlos a ellos, perras!". El jefe del Grupo Wagner se dirigía gritando a la cámara apelando al Ministro de Defensa ruso, frente a las filas de soldados muertos. Se quejaba de que sólo recibían un 10% de la munición que necesitaban.

En el otro lado de la trinchera, el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yurii Ignat, alertaba en rueda de prensa y mirando al cielo de que no cuentan con los suficientes sistemas antiaéreos Patriot para defenderse de un ataque de misiles supersónicos Kinzhal, un misil "extremadamente rápido y muy preciso”.

-Yuri YIgnat: "Quiero recordarles que no tenemos suficientes sistemas Patriot que puedan proteger el cielo de Ucrania de este tipo de armamento. Los misiles Kinzhal son armas supersónicas que tienen un alcance de más de 2.000 kilómetros y una velocidad diez veces mayor que el sonido. Además, puede cargar tanto ojivas nucleares como cargas convencionales…”.

Aunque el cielo no tiene fronteras, el ala Oeste del Territorio Europa se pertrechaba tras la vana ilusión de recuperar la industria armamentística que les llevó a ganar y perder dos guerras mundiales en la primera mitad del siglo XX a.C. -antes de la Covid-. La Comisión proponía asignar un presupuesto de 500 millones de euros y adoptaba la Ley de Apoyo a la Producción de Municiones (ASAP) como respuesta a la Vía 3 del plan acordado por el Consejo el 20 de marzo, para entregar urgentemente municiones y misiles a Ucrania, y ayudar a los Estados miembros a recargar sus existencias.

 Foto: WIKIPEDIA.Después de un abril sin agua, el Comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, viajaba a España para reunirse con funcionarios gubernamentales y fabricantes de la industria de defensa, en la ZonaZero-Sur. El objetivo de esa primavera del Año III d.C. -después de la Covid- era emprender las capacidades y necesidades industriales de Europa para aumentar la producción de armamento hasta alcanzar 1 millón de municiones por año. El comisario Breton visitó dos importantes fábricas de material de defensa en Granada y Burgos, para ponerlas al servicio de la guerra de Ucrania.

Estas medidas legales y financieras iban dirigidas a fortalecer la capacidad de respuesta y la industria de defensa de la Unión para garantizar el suministro oportuno de municiones y misiles en Europa. “A la luz del retorno de los conflictos de alta intensidad en Europa, la disponibilidad oportuna en volúmenes suficientes de estos productos es fundamental para nuestra seguridad y para nuestros continuos esfuerzos por apoyar a Ucrania”. 

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo: "Ucrania se está resistiendo heroicamente al brutal invasor ruso. Apoyamos nuestra promesa de apoyar a Ucrania y a su pueblo, durante el tiempo que sea necesario. Pero los valientes soldados de Ucrania necesitan suficiente equipo militar para defender su país. 

-Mira, David, el TerritorioEuropa se estaba rearmando con la excusa de ayudar y suministrar más munición a Ucrania para defender a sus ciudadanos. El aumento de la capacidad estratégica de Europa se escudaba en “la defensa de sus intereses y valores, y para ayudar a mantener la paz en el continente”.

-Había miedo, Laura. Había que proteger el cielo de Ucrania, que había extendido la alarma mientras los misiles Kinzhal alcanzaban los 2.000 kilómetros y a una velocidad diez veces mayor que el sonido. El problema sería que equivocara el rumbo un misil perdido…

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