MURCIA. La desaparición de las sucursales como parte habitual del paisaje mobiliario avanza inexorablemente. La red bancaria se recorta cada vez más y se queda en cifras exiguas si se compara con el mapa financiero que existía hace una década. Es una tendencia que sucede en la Región de Murcia, pero que responde a una realidad nacional e incluso global. Solamente en el último año, un total de 135 oficinas echaron el cierre en la Comunidad murciana, según los datos del Banco de España, recopilados por el Observatorio Financiero de la Región de Murcia en su segundo informe anual, publicado este martes.
Este dato significa que una de cada cinco entidades bancarias tuvo que bajar la persiana el pasado ejercicio. No en vano, el 2021 terminó con una cifra total de 543 oficinas en toda la Región, cuando al principio del año había 678 establecimientos, tal y como apunta el estudio. Estos cierres se dieron lugar en 35 de los 41 municipios de la Región que a día de hoy cuentan con al menos un local de crédito.
Este panorama de recortes se debe a un contexto de digitalización y adaptación a los nuevos tiempos. Pero conlleva también un perjuicio: la exclusión financiera, definida por el Observatorio como "el conjunto de dificultades de acceso a los servicios bancarios elementales", tales como "disponer de una cuenta para depositar los ahorros, poder efectuar transacciones con dicha cuenta o poder disfrutar de un crédito". Además, la desaparición en localidades menos habitadas y con menor renta per cápita causa "una exclusión financiera geográfica cuyo problema se acentúa por producirse en lugares con menor capacidad de desarrollo económico y con peores comunicaciones".
En 2008, justo antes de que estallara la crisis financiera, el mapa bancario de la Región contabilizaba 1.353 sucursales. Es decir, 810 más que hoy, lo que supone una reducción de más del 50%. En el resto del país la tendencia fue similar: en 2008 había 45.662 oficinas frente a las 20.330 del tercer trimestre del 2021. Hay que remontarse a los años 70 para encontrar niveles similares. La caída, por tanto, ha sido continua en todo este tiempo.
Así las cosas, la Región cuenta a día de hoy con 543 entidades de crédito abiertas. De todas ellas, más de la mitad se encuentran en Murcia y Cartagena, las dos urbes más pobladas. En concreto, la capital del Segura suma 192 dependencias mientras que la ciudad portuaria se queda en 78, siempre según los datos del Observatorio.
El siguiente municipio con más oficinas es Lorca, con 30, seguido de San Javier (18), Molina de Segura y Torre Pacheco (ambos con 15), Águilas y Yecla (los dos con 12), así como Cieza y Mazarrón (con 10). El resto tiene menos de diez, como Alcantarilla que a pesar de ser la quinta localidad más habitada de la Región apenas tiene 9 oficinas. En cambio, aparecen sin sucursal Albudeite, Ojós, Ulea y Villanueva del Segura.
Desde el Observatorio subrayan que la "concentración de las entidades financieras en búsqueda de mayor tamaño, solvencia y conseguir una entidad más rentable ayudada por la digitalización está provocando una exclusión financiera en la Región". Las fusiones han jugado un papel clave. "En la mayoría de las ocasiones, la reducción en el número de oficinas ha sido la consecuencia de los procesos de fusiones y adquisiciones para evitar el solapamiento entre las oficinas que pasaban a formar parte de la misma entidad". No en vano, en 2008 había 198 entidades de crédito (entre bancos y cajas de ahorros) y ahora hay solamente 112 en España.
En la Comunidad murciana tres bancos acaparan tres cuartas partes de todas las oficinas: son Caixabank (43,9%), Banco Sabadell (19,2%) y Banco Santander (12,5%). Estas tres entidades dominan el panorama a escala nacional con un 48,4% del volumen total de sucursales. En cambio, las cajas rurales mantienen un puesto marginal en la Región, con apenas el 8,4% de las oficinas bancarias. En otras provincias se da el efecto contrario: en Teruel y Cuenca suponen el 71,4% y el 55,1%, respectivamente.
Los economistas del Observatorio también consideran que la reducción de las sucursales contiene una vertiente positiva: "Disminuyen los costes operativos y aumenta la resistencia de las entidades financieras a las fluctuaciones del ciclo económico". Esto significa, añaden, que si las entidades bancarias son menos frágiles, "las empresas tendrán un acceso más estable a la financiación, lo que redundará en un mayor crecimiento y competitividad del tejido empresarial".
Los técnicos también lanzan otro argumento favorable: "Unas entidades financieras más grandes también tendrán mejor acceso a los mercados internacionales y a una mayor variedad de productos financieros, pudiendo así proporcionar un mejor servicio a las empresas". En cambio, como aspecto negativo, "la concentración reduce la competencia entre los bancos por atraer nuevos clientes (ofreciendo mejores condiciones en forma de menores tipos de interés y garantías), y redunda en una menor diversidad de opiniones y soluciones financieras".
Cabe reseñar que el Observatorio Financiero es una iniciativa avalada por el Instituto de Crédito y Finanzas de la Región de Murcia (ICREF) y la Cátedra de Competitividad, encabezada por el Colegio de Economistas de la Región de Murcia y que cuenta con la implicación de la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena.