CARTAGENA. La amenaza de huelga de los trabajadores, en este caso del comité de Empresa de Lhicarsa y la presión de los gobernantes municipales han colocado la pelota en el tejado de Lhicarsa, que el pasado uno de septiembre decidió comunicar a cinco de sus empleados el despido fulminante, sin preaviso y dejando el departamento de personal sin efectivos.
El comité de Empresa, reunido, en Pleno, ha decidido empezar a movilizarse, con la Propuesta de Huelga indefinida "en defensa de los 5 compañeros despedidos, solicitando la reincorporación inmediata en sus puestos de trabajo", explicaba su presidente en un comunicado.
Por su parte, la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, decía que han solicitado la convocatoria urgente de un consejo de administración ya que afirma que "desconocíamos", a la vez de indicar que les ha "sorprendido bastante. Escuchando a esas cinco personas nos ponemos en su piel y lógicamente queremos apoyaras". Aclaraba la propia regidora que lejos de pensar en despidos ahora "lo que necesitamos es más empleo y no más cartageneros en la lista del paro. Necesito ser prudente hasta que me informen de qué motivos han valorado para tomar esa decisión. Con la información que tengo, que es cero, no puedo ponerme más que del lado de los trabajadores y pedir a la empresa que los readmita o frene ese despido hasta que nos den toda la información".
Por otro lado, recordaba que el Ayuntamiento tiene un 10% de la propiedad de la empresa "y se nos debe informar de las decisiones que se van a tomar. Si hay determinaciones que hay consecuencias negativas para trabajadores que llevan más de 30 años trabajando, qué menos que se nos informe y nos den los razonamientos. No puedo valorar si los motivos son o no de pesos. Hoy, la alcaldesa está junto a los trabajadores". El próximo martes, recordemos, se reunirá el consejo de administración.
Cuatro de los trabajadores afectados se reunían la pasada semana con el concejal de Servicios, Diego Ortega, y con la vicealcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, a los que les transmitían su despido. La mayoría de ellos -con edades entre los 52 y los 55 años- contaba con más de 30 años de antigüedad en la empresa y en su expediente no había ninguna falta ni sanción. El despido se produjo sin preaviso de 15 días, dejando a 5 familias en la calle y a la espera de saber los motivos.
Por otro lado, el propio presidente del comité de empresa añadí en la nota de prensa "las deficiencias" de las nuevas instalaciones situadas en El Hondón donde está ubicada la empresa desde hace pocos meses, deficiencias, tales como el "mal acondicionamiento de los vestuarios, falta de climatización de los mismos, falta de agua para el aseo personal, falta de aparcamiento para el personal, también, se solicitara el reconocimiento de las categorías que gran cantidad de trabajadores no tienen reconocida y que están trabajando en categorías diferentes y superiores a las contratadas, con lo que se pondrá también en conocimiento de magistratura de trabajo".