Alberto Castillo dice adiós a la Asamblea entre lágrimas

MURCIA. No pudo contener la emoción. La Asamblea Regional da sus últimos pasos de la legislatura y su presidente no pudo detener las lágrimas en su discurso tras finalizar la reunión de la Comisión Permanente, celebrada este miércoles. Alberto Castillo se quebró cuando hacía mención a sus compañeros de la Mesa: "He tenido la suerte de que todos mis compañeros de esta Mesa de la Cámara", dijo entre lágrimas, "hayan sido personas de una cualidad humana excepcional y de una cualificación y rendimiento profesional fuera de de lo común, identificado con los niveles que exige este trabajo".

Para la máxima autoridad legislativa de la Región ha sido "un honor" presidir la Asamblea. Castillo, periodista de profesión que llegó como independiente por Ciudadanos, fue elegido en 2019 presidente de la Cámara. Desde entonces ha afrontado la que posiblemente haya sido la legislatura más intensa y tormentosa de la historia del parlamentarismo regional, marcada por la pandemia y por la moción de censura y sus efectos colaterales.

Castillo también tuvo palabras de cariño y agradecimiento para "los trabajadores de la casa" y subrayó que la Asamblea fue uno de los parlamentos más activos de España. Emocionado, Gloria Alarcón le dedicó muestras de consuelo.

La Mesa de la Cámara, el órgano que gobierna la Asamblea, está constituida por los populares Miguel Ángel Miralles (vicepresidente primero) y Mari Carmen Ruiz Jódar (secretaria primera) y los socialistas Gloria Alarcón (vicepresidenta segunda) y Antonio José Espín (secretario segundo). No fueron los únicos compañeros de viaje, pues en el primer año el socialista Emilio Ivars ocupó la Secretaría segunda, hasta que renunció por motivos personales. Además, durante casi toda la legislatura uno de los puestos de la Mesa estuvo ocupado por el diputado de Vox (aunque repudiado por su partido) Francisco José Carrera de la Fuente, hasta que perdió el grupo parlamentario y fue reubicado en el Mixto.

Antes de los discursos, la Cámara convalidó dos decretos. Uno para regular la quema controlada de restos vegetales en explotaciones agrícolas para evitar plagas y otro, para aumentar las zonas de protección de la avifauna en espacios más sensibles.