VALENCIA. Carlos Bertomeu ya sabe lo que es superar con éxito una zona de fuertes turbulencias. Lo hizo en la crisis financiera de 2008, cuando arriesgó con una profunda reestructuración para transformar Air Nostrum de arriba a abajo y, años más tarde, cuando junto a los socios fundadores del IVI aportó el capital necesario para asegurarse el control de una aerolínea abocada por entonces a acabar en manos de fondos de inversión extranjeros. Aquellas crisis parecen menores comparadas con el escenario que ha quedado tras la covid, de la que Air Nostrum sale con una deuda de más de 300 millones y la necesidad de recuperar la rentabilidad cuanto antes para poder devolverla.
"Debemos mucho dinero a mucha gente", resumió este martes el también consejero delegado de la aerolínea valenciana para explicar el reto que se le presenta por delante. El reciente visto bueno de la SEPI para acceder a 111 millones de ayuda del fondo para salvar empresas estratégicas (Fasee) le asegura de momento poder seguir volando, porque lo contrario hubiera significado tener que apagar motores. Pero lo que queda por delante no será fácil porque Bertomeu ha preferido la fórmula del crédito participativo a costa de asumir un coste financiero más elevado para mantener intacta la solvencia y gozar de más independencia en la gestión en aspectos clave como la constitución de coberturas en el precio del combustible.
Aunque en el momento que pidió el crédito de la SEPI, hace ya catorce meses, se planteaba que fuera la mitad, finalmente se ha optado por recibir el 100% de este crédito a siete años como participativo, pero con unos elevados intereses del 3,5% entre el tercer y cuarto año, del 5% en el quinto y del 7% desde el sexto y hasta el vencimiento. "Hemos elegido tener un balance fuerte con un coste financiero mayor", explicó el empresario.
Con esta fórmula, Bertomeu y sus socios continuarán teniendo todo el control de la compañía, pero la SEPI tendrá un observador en el consejo que deberá recibir puntualmente toda la información relevante de la empresa. Además, ni Bertomeu ni el resto de socios podrán repartirse dividendos en los siete años de vigencia del crédito de la SEPI ni tampoco ir cobrándose sus créditos con la empresa, ya que los compromisos financieros con los socios quedan supeditados a la devolución de ese crédito y de los 142 millones prestados por dieciocho bancos con el aval del Instituto de Crédito Oficial (ICO).
De ese modo, Air Nostrum entró en la pandemia con una deuda por debajo de 40 millones y seis años de beneficios continuados y sale con más de 300 millones de deuda, unas pérdidas de casi 150 millones en solo dos años y un horizonte plagado de incertidumbres en forma de crisis de costes, particularmente intensa en el coste del queroseno, y una alta inflación que puede acabar impactando en la demanda de pasajeros a partir del otoño.
Con todo, Bertomeu defendió la solidez del plan de viabilidad aportado a la SEPI para avalar su carácter de empresa sistémica y estratégica para la conectividad en España.
"En los últimos meses del año pasado y en lo que llevamos de este año vamos a estar relativamente mejor que otros porque tenemos cubierto el 80% del coste del combustible hasta abril de 2023, un porcentaje superior al de la media porque es nuestra política como empresa. Sin esas coberturas, el impacto en nuestra cuenta de resultados hubiera sido de 55 millones de euros", explicó Bertomeu.
Desde la invasión rusa de Ucrania, el coste del queroseno ha crecido un 54% un nivel que, de mantenerse en el tiempo, pondría en peligro su previsión de poder regresar a número negros este año. De ahí la importancia que Betomeu ha dado al mantenimiento de la solidez en el balance para tener margen en la negociación de coberturas.
A su juicio, las incertidumbres de la guerra, sobre todo por esos costes del combustible y el impacto de la inflación "desbocada" en la economía de los particulares y en todas las capas empresariales, añade un componente "muy peligroso" que puede contraer demanda y puede cambiar los hábitos de la gente.
El presidente de Air Nostrum también rechazó que la ayuda de la Sepi sea un "rescate" porque es un crédito que hay que devolver con sus correspondientes intereses, pero el acceso al mismo les permite "digerir con mucho el coste del impacto de la crisis, con el intestimable valor que le damos a haber mantenido nuestro capital humano y los acuerdos con nuestros proveedores". "Hemos mantenido todos los empleos gracias al esfuerzo del grueso de los trabajadores de Air Nostrum que han reducido su trabajo y su salario durante mucho tiempo y ahora están empujando para la recuperación", destacó el presidente de la aerolínea.
Cualquier operación que afecte al accionariado de la empresa también tendrá que contar con el visto bueno del observador de la SEPI en el consejo de Air Nostrum. "Es normal, nos han dejado 111 millones", asumió Bertomeu. Y es que, según explicó, la prioridad ahora es recuperar la hoja de ruta previa a la pandemia sobre la base del "sólido" plan de viabilidad aprobado por la SEPI para generar tesorería suficiente y disponer de caja y seguir devolviendo los préstamos.
Ese plan incluye el acuerdo con la irlandesa Cityjet para crear el mayor holding de aviación regional de Europa y liderar de ese modo el proceso de consolidación de aerolíneas regionales europeas que se avecina. Formalmente no es una fusión, ya que la operación consistiría en crear una nueva sociedad matriz en la que se integrarían las dos empresas con una participación a determinar en función de la ecuación de canje acordada.
La intención se mantiene, pero las dos aerolíneas están actualmente renegociando "de forma intensa" los términos del acuerdo porque su situación ha cambiado sustancialmente con la pandemia. Air Nostrum ha mantenido su volumen de plantilla y de flota, pero ha incrementado deuda por los préstamos suscritos con la SEPI y el avalado por el ICO. CityJet, por su parte, sí ha reducido su tamaño, número de empleados y flota, pero también tiene menos deuda, por lo que se tienen que recalcular los parámetros de la ecuación de canje: "Hay que ir a otra fórmula porque lo que estaba pactado no vale".
Como siempre ha defendido, Bertomeu cree que la consolidación de la aviación regional europea va a ocurrir "sí o sí" y Air Nostrum quiere ser "uno de los actores principales". De ahí que, además confiar en que la operación con CityJet pueda cerrarse "cuanto antes" porque su complementariedad "sigue siendo total", Bertomeu se mantiene atento al radar ante las oportunidades que puedan surgir para sumar a ese grupo compañías que sean viables y que quieran formar parte del proceso de consolidación europeo.