MURCIA. Indignada por la maniobra del PP y por la actitud de los tres diputados de Ciudadanos que le han dado la espalda, la líder naranja, Ana Martínez Vidal, cargó contra el que ha sido hasta hace dos días su socio de Gobierno: "Acabamos de asistir al mayor caso de corrupción política en la Región de Murcia. En una Región asolada por 26 años de Gobierno de un PP que ha hecho de la corrupción una forma de entender política". La coordinadora autonómica del partido acusó a los populares de "robarles" la posibilidad del cambio político en la Comunidad Autónoma.
Apenas cuarenta minutos después de la intervención de López Miras e Isabe Franco en el Palacio de San Esteban -confirmando que el tamayazo- Martínez Vidal compareció en la sede de Ciudadanos, en Centrofama, respaldada por el portavoz liberal en la Asamblea, Juan José Molina, y los cuatro concejales de Murcia, con Mario Gómez al frente. La dirigente naranja ha cargado contra los tres diputados díscolos, que, según su testimonio, le mostraron su apoyo a la moción de censura. "Ninguno de ellos nos dijo que estuviera en contra". Precisamente Valle Miguélez había sido elegida como miembro del equipo negociador de Ciudadanos para abordar con el PSOE el programa de Gobierno en coalición.
Vidal sostuvo que Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez "habían comprometido su voto a favor de la decisión del partido y durante dos días han ratificado constantemente esa voluntad". Y criticó su cambio de posición: "Nuestros afiliados y votantes sienten vergüenza ante esta subasta de voluntades. Los que hoy han dado este paso, tendrán que retratarse ante todos los murcianos y retractarse de la palabra dada".
Todo voló por los aires este viernes. Un tsunami respondió a otro tsunami. El anuncio de la moción de censura de Ciudadanos y PSOE que dinamitaba toda la política regional fue contrarrestado por el PP con un acuerdo con tres parlamentarios naranjas que hacía fracasar el proceso de destitución de López Miras. El PP, en una operación dirigida por el ciezano Teodoro García Egea, no sólo amarraba su voto en contra de la moción sino que además los nombraba como nuevos miembros del Gobierno de Miras: Valle Miguélez se convertía en la nueva portavoz y consejera de Empresa, Francisco Álvarez pasaba a ser titular de Empleo y Franco se mantenía en la Vicepresidencia.
A pesar de todo, liberales y socialistas persisten en votar la moción de censura, y se niegan a retirarla. "En esa votación todos y cada uno de los 45 diputados murcianos tendremos que decidir entre corrupción o dignidad". Martínez Vidal fue muy crítica con ellos: "La dignidad, para algunos diputados, sí tiene un precio. Y es de 76.000 euros brutos anuales y un chófer en la puerta de su casa".
Vidal también ha señalado que el grupo parlamentario se reduce a Juan José Molina y el presidente de la Cámara, Alberto Castillo, además de ella misma. También hizo referencia a las amenazas que, dice, ha recibido por "denunciar la corrupción". Y apostilló: "Si los corruptos creen que van a intimidar a aquellos que realmente somos de Ciudadanos, se equivocan. Seguiremos luchando, con más fuerza que nunca, pensando siempre en lo mejor para todos los ciudadanos de esta gran Región".