MURCIA. Hace 19 años que Rosario Ibáñez fundó la empresa murciana Metaenlace, de la que es directora general. Entonces no imaginó que su trayectoria sería tan brillante ni que le haría merecedora del premio Empresaria del Año de la Organización de Mujeres Empresarias de la Región de Murcia (Omep). Ese proyecto creado junto a su socio, Pedro Muñoz, se ha convertido en una gran empresa que en la actualidad cuenta con 300 trabajadores repartidos por toda la geografía nacional y factura más de 9 millones de euros.
Ingeniera de profesión, la organización empresarial Omep ha subrayado a la hora de distinguirla su recorrido empresarial y “el esfuerzo para colocar a la Región de Murcia como uno de los referentes en el mundo de la ingeniería informática de datos, consiguiendo visibilizar a la mujer en un mundo claramente liderado por hombres”.
Y es que en el sector en el que se mueve, ofreciendo servicios integrales para sistemas de información, que comprenden desde consultoría tecnológica hasta ingeniería e integración de sistemas, no abundan las mujeres. Asegura, no obstante, que no es una superwoman ni ha notado discriminación en el ámbito laboral o familiar.
- ¿Qué significa para usted ser Empresaria del Año 2019?
- Es un premio muy importante. Es el reconocimiento a un trabajo y a un esfuerzo que llevo realizando toda mi vida. Además, es dar visibilidad a mi empresa, Metaenlace, y al valor añadido que ha creado a través del empleo que hemos producido y de los servicios que hemos aportado a los clientes.
- Es la directora general y fundadora de Metaenlace. ¿Cómo nació?
- Mi socio, Pedro Muñoz y yo, la creamos hace 19 años, paso a paso, ofreciendo servicios para internet que en el año 2002 no era algo muy común. Empezamos con ese nicho de mercado que entonces era el futuro y que ahora se ha convertido en el presente.
En mi caso, no he notado diferencia ni noto que soy mujer en mi día a día. Ni en mi empresa ni mi entorno.
- El premio ha destacado que su papel al frente de la empresa visibiliza a las mujeres en un mundo claramente de hombres.
- En mi caso, no he notado diferencia ni noto que soy mujer en mi día a día. Ni en mi empresa ni mi entorno. Siempre ha habido menos mujeres, desde que estudié la carrera, pero nunca he sentido ninguna discriminación. He sido siempre muy buena estudiante y nunca tuve ningún inconveniente en ningún aspecto. Los clientes buscan gente cualificada y preparada, con talento, que les entienda, les escuche y sepan solucionarles problemas. Les da igual si es un hombre o una mujer.
- ¿Qué es lo mejor de ser empresaria?
- Lo mejor es que puedes dirigir hacia dónde vas. Te marcar tus metas, tus retos, tu camino, y nadie te puede decir que no puedes, eres tú misma. Por el contrario, tampoco tienes una guía. Estás sola. Trazar tu propio camino es muy difícil. Te tienes que caer, levantarte y seguir avanzando, que es la más complicado. Es algo intrínseco a cualquier empresario.
- ¿Qué necesidades considera que tienen las mujeres empresarias?
- Lo importante es que nadie se ponga un tope ni una limitación. Cualquier mujer puede trabajar en ámbitos tradicionalmente más masculinos como la ingeniería. No tenemos barreras, debemos elegir lo que nos gusta. No deberíamos tener una idea preconcebida de lo que son las profesiones.
- ¿Y la falta de referentes, cree que influye?
- Es posible que, efectivamente, la falta de referentes determine. Lo que hemos vivido en nuestro entorno y los medios de comunicación hace que tengamos pocos referentes o se distorsione lo que son ciertas profesiones. Hay mucho desconocimiento. En este trabajo debes tener una mente lógico-matemática, de análisis y de mucho conocimiento funcional. Por mi experiencia, que es muchísima, en ingeniería las mujeres están como mínimo igual de capacitadas que los hombres.
- O sea, que las matemáticas no son cosa de chicos.
- Siempre me he guiado por mi instinto. Yo disfrutaba mucho con las matemáticas. He tenido facilidad para los estudios. No tuve referentes pero sabía lo que me gustaba. Yo iba a un colegio de chicas y tengo muchas compañeras brillantes en muchos ámbitos, pero tengo que reconocer que la mayoría terminaron en humanidades.
hay una diferencia muy marcada en el tema de la maternidad y creo que tenemos culpa tanto los hombres como las mujeres. Nosotras mismas asumimos un rol y dejas que los demás te estigmaticen o te lo impongan
- ¿Por qué cree que hay menos empresarias?
- Vivo mi propia realidad y no tengo conflictos. No noto que soy mujer igual que no noto que soy morena. Pero sí hay una diferencia muy marcada en el tema de la maternidad y creo que tenemos culpa tanto los hombres como las mujeres. Nosotras mismas asumimos un rol y dejas que los demás te estigmaticen o te lo impongan. A todas nos gusta estar con nuestros hijos, a mí la primera, pero hay que hacer sacrificios y no ser tu la única que se ocupa. Las mujeres llegan a un conflicto con los hijos. No te quieres perder nada. Los hombre lo tienen más claro, no se plantean tantos conflictos.
- ¿Por qué será?
- La primera que no se tiene que plantear tantos conflictos es la mujer. Tienes que buscar una persona que esté en tu camino apoyándote. Si la persona que eliges no está en la línea de lo que tus buscas, tendrás que elegir otra persona. Es un tema educacional. Tenemos que educar a nuestros hijos de otra forma, pero en nuestra generación no los hemos educado nosotras y no podemos tener esa responsabilidad. Hay que buscar a la persona adecuada y, en muchas ocasiones, también hay que plantarse e imponerse.
- ¿Cree que los hombres deben conciliar igual que las mujeres?
- Totalmente. De hecho, veo que cada vez hay más hombres que lo hacen. Y también que los hombres lo tienen muy claro cuando la mujer tiene un puesto de responsabilidad que no quieren abandonar. Es verdad que cuando los puestos no son de tanta responsabilidad, el hombre no lo tiene tan claro.
- Deduzco que en su caso ha podido compartir.
- Claro. Yo soy una persona normal de carne y hueso, no una superwoman. Y hay gente que da por hecho que hago mucho más en casa, sobre todo hombres. Y yo siempre digo que eso no me pasa. He compartido el trabajo y la vida familiar en igualdad de condiciones. Eso lo es todo. Si sabes que hay alguien que te va a respaldar, puedes emprender. Y ser empresaria consume mucho y necesitas apoyo. Sin embargo, es cierto que las mujeres suelen ver el trabajo del hombre como más importante y los hombres al revés. Eso debe cambiar.
- ¿Cómo ve su empresa dentro de 5 años?
- Espero que sigamos creciendo al mismo ritmo. Siempre hemos dado un paso para adelante, nunca un paso para atrás, tanto en facturación como en contratación de personal. Estoy convencida de que vamos a seguir en este camino. No tenemos una bola de cristal pero siempre intentaremos mejorar.