MURCIA. El confinamiento temprano, la temperatura y la humedad son factores que han colocado a la Región de Murcia en una posición privilegiada en lo que respecta a la propagación de la covid-19. Así lo señala Joaquín Gómez, que fuera catedrático de Medicina en la UMU y jefe de infecciosas en el hospital Virgen de la Arrixaca, donde trabajó durante 42 años. "Los tres factores han ayudado a que la transmisión del virus se ralentice y que el número de infectados sea de los más bajos del país. Creo que estamos en un buena posición y que la evolución aquí será positiva".
Gómez, que no está en la profesión de forma activa desde hace un lustro, ha dedicado el confinamiento a rastrear todo los estudios que se han realizado a lo largo y ancho del mundo en los últimos meses. En total, asegura que se ha leído más de 200, sobre todo de EEUU, China y Europa. Señala las siete carpetas que se amontonan en las estanterías y explica que los ha ido ordenando por temáticas, y durante la entrevista muestra varios de ellos, escritos en inglés, publicados en diferentes revistas científicas, y va desgranando lo más importante que ha descubierto en ellos. Entre las conclusiones: el virus no tiene un origen natural, está manipulado.
"Llevo dos meses de confinamiento y he leído más de 200 estudios que se han realizado en todo el mundo. Lo más importante es detectar los casos lo antes posible y tratarlos y aislarlos. Pero en marzo eso era casi imposible de hacer”, explica. La pandemia, señala, nos pilló desprevenidos y sin protocolos, sin experiencia alguna para gestionarla.
"Empecé a estudiar la covid-19 porque un amigo mío se puso enfermo y tenía la clínica clara. Sin embargo, cuando llegó al hospital le dijeron que no cumplía los criterios del ministerio. A los dos días, insistiendo, le hicieron una radiografía y le diagnosticaron neumonía". Sin embargo, no le hicieron la PCR, ni a él ni a su mujer, aunque lo empezaron a tratar con una medicación que él mismo sugirió. "La actitud que tomamos en ese momento, a principios de marzo, es la que ahora impera. Eso fue lo que me motivó a estudiarlo más".
Uno de los puntos más interesantes que indica es que el diagnóstico microbiológico, es decir, la PCR, durante los primeros tres o cuatro primeros días puede dar negativo. Donde se puede detectar el virus de forma más fidedigna es en un escáner diagnóstico, donde ya desde el principio se observa una inflamación en el pulmón. "El escáner es la mejor prueba diagnóstica para detectar la covid inclusive antes del estudio microbiológico. El microorganismo tiene tres fases en el pulmón y la primera es ya inflamatoria. Hay un estudio con 1.014 casos de China que lo corrobora. Casos de PCR negativa en los primeros días pero con escáner positivo en el 75% de los casos. Es lo más fiable”.
La sintomatología es otro de los factores sobre los que más estudios se han realizado. Uno de los más importantes descarta el dolor de cabeza como síntoma principal, a pesar de que es lo que más se ha señalado durante el periodo de confinamiento. "La sintomatología es muy variada. Diarreas, vómitos, fiebre y tos, alteración del olfato y el gusto. El dolor de cabeza, en realidad no es tan frecuente”. Así lo señalan dos estudios en China y España, con más de 40.000 enfermos en cada lugar, que concluyeron que la fiebre, tos, disnea (fatiga o sensación de ahogo), se daba en un 75-85% de los casos. Después escalofríos, diarrea, dolor de garganta, alteración del olfato y el gusto, en menor proporción. “En las mujeres, diarreas y dolor de garganta es más común”. Además, en las personas mayores, cualquier catarro que de fatiga hay que considerarlo caso posible de covid, apunta.
La evolución de la enfermedad y su expansión por el organismo es lo que hace el virus tan peligroso. "Este virus lo invade todo. Produce fallo cardiaco, cerebral, renal... Los microrreceptores a través de los cuales penetra están en todo el organismo, no solo en las células epiteliales de los bronquios. Por eso su evolución puede ser tan grave”. Al cabo de siete días, indica, el virus destruye todas las defensas celulares y produce una elevación de todos los marcadores inflamatorios agudos, una cascada de la citoquinas o síndrome de activación macrofágica (SAM), que invade el pulmón y provoca un fallo respiratorio que, si no se trata inmediatamente, agrava el estado del paciente hasta la muerte.
"El principal elemento terapéutico de este proceso es dar el mejor antiviral en el momento más precoz. Más del 80% de los pacientes se curan en el transcurso de 11-12 días. En los enfermos de más de 60 años, es donde te la tienes que jugar y más si son hipertensos, diabéticos o asmáticos", explica. De hecho, el Remdesivir, recién aprobado en la UE para su comercialización, es lo único que inhibe la polimerasa del virus. Es el que mayor eficacia tiene. Aún se ha utilizado poco. Es de una compañía norteamericana y según el estudio que han realizado la evolución es mejor en todos los parámetros”.
La mortalidad de la covid se diferencia de otros virus similares entre los mayores de 65 años porque es muy elevada y varía mucho de unos países a otros. En España, hasta junio, era del 11,5%, muy similar a la gripe en porcentaje, aunque en las cifras oficiales solo computan los que tienen una PCR positiva. En EEUU, el porcentaje se reduce a un 6%, en Alemania del 4-6%. Francia con un 19,5%, Italia con un 14,3% y Reino Unido, con un 14,1%, superan la tasa nacional.
"Hay varios factores a considerar en esta diferencia entre países. Detección temprana y tratamiento precoz. Pero también la inmunología. La codificación genética de la inmunidad puede ser diferente y hacer que resistan mejor al virus en uno países que en otros”, aboga.
Otros factores que influyen en la evolución de la enfermedad son la polución y el tabaco. “No es que favorezca el virus pero si eres fumador y te pones grave, tienes más posibilidades de morir”. Está relacionado con la nicotina, que favorece la penetración del virus en los receptores. En un estudio con 191 pacientes, fallecieron el 9% de los fumadores y 4% de no fumadores.
También influye la temperatura y la humedad. "Hay estudios que atestiguan que la temperatura dificulta la transmisión a partir de 20 grados. No lo elimina pero lo ralentiza. También la humedad, que debe ser mayor al 60%", explica.
Entre las conclusiones que subraya, la más llamativa es que este nuevo virus no surgió de forma natural. “No es un virus cualquiera”, asegura. “Hay división de opiniones pero parece claro que está manipulado. Tiene una proteína que no la tenía el virus previo que aislaron en los murciélago, el Sars, y que hace que su capacidad de difusión sea mayor”. Si llegaremos a saber la verdad es algo que no se atreve a predecir. "Igual nunca nos enteraremos de cómo ha sido. Hay muchas implicaciones comerciales y políticas".
Gómez prepara una conferencia con los resultados de los estudios que ha analizado, pero admite que la tarea se ha complicado en las últimas semanas. "Hay una producción de estudios en todo el mundo tremenda. Ya no se pueden seguir todos". Lo mejor, indica, "ya no es un desconocido. Cada vez sabemos más sobre él".