MURCIA. A finales de abril, el Gobierno de España entregará a Bruselas el Plan de Recuperación para que pueda ser evaluado por las autoridades comunitarias y, en base a esa evaluación, ir liberando en los próximos años los fondos Next Generation que, en nuestro caso, pueden llegar por un montante total de 140.000 millones de euros. Se supone que si se hacen bien las cosas y los proyectos son los adecuados, esta ingente cantidad de dinero supondrá un fuerte impulso a la transformación y modernización de nuestra economía.
Sin embargo, creo que deberá explicarse muy bien cada uno de los objetivos que se persiguen con la aplicación de estos fondos, el camino que se va a seguir para la correcta adjudicación de los mismos y cómo se va a evaluar el impacto de cada uno de estos proyectos en nuestra economía. Es decir, el sentido económico y de rentabilidad de cada uno de los proyectos y de las inversiones.
Porque creo que se corren dos riesgos. Por un lado, defraudar las muchas expectativas que se han generado con estas ayudas y, por otro, y así lo dicen los antecedentes, no se sea capaz de hacer una gestión eficiente de los mismos.
"de nada sirve acometer planes de transformación y modernización de nuestra economía si como consecuencia de la crisis me he quedado sin tejido productivo que modernizar o transformar"
La posibilidad de que las grandes expectativas generadas puedan ser defraudadas se basa en la misma concepción y definición de estos fondos. Ya hemos comentado otras veces que estos recursos Next Generation han de invertirse en una serie de prioridades estratégicas que ha definido la Unión Europea (transformación digital, transformación ecológica, cohesión territorial, entre otras). Son las mismas prioridades que ya tenía definidas antes de la pandemia. Y, como casi todo lo que diseña la UE, son actuaciones a medio y largo plazo. Con ellas se trata de transformar y modernizar la economía de nuestros países mediante planes estratégicos y proyectos tractores que habrán de hacer ver sus resultados, pero no de manera inmediata.
Como le leí a un directivo del Consejo General de Economistas, nuestras necesidades perentorias a corto plazo son otras, como la falta de solvencia, y se necesitan medidas urgentes para paliar la grave situación del tejido empresarial español compuesto en un 98% de pymes y autónomos. Así lo han entendido otros países de nuestro entorno europeo, que no han esperado a la llegada de estos fondos. Así lo han entendido también Estados Unidos e incluso China, que han pospuesto temporalmente sus objetivos estratégicos de transformación y modernización y han primado las ayudas directas a empresas y familias. Porque, nuevas inversiones aparte, es sobre estas empresas ya existentes sobre las que he de pivotar , en gran medida, la posterior recuperación. Todos estos países han apostado fuertemente por esa línea desde el minuto uno. España lo ha hecho tarde y en cantidades absolutamente escasas .
Como he expresado otras veces en este foro, de nada sirve acometer planes de transformación y modernización de nuestra economía si como consecuencia de la crisis me he quedado sin tejido productivo que modernizar o transformar.
Y es esa concepción de los fondos la que puede hacer que muchas pymes, ahogadas por la crisis, vean defraudadas sus expectativas porque hayan percibido, de manera errónea por mal explicada, que esos fondos son su tabla de salvación.
Eso en cuanto a las expectativas, pero ¿nos hace ser más optimistas los antecedentes y lo que hemos visto hasta ahora en el diseño del plan de recuperación y en otras actuaciones? Me temo que no. Ahí van algunos titulares:
1. En el periodo 2014-2020 España sólo ha utilizado un 39% de los fondos que podía disponer en lo que supone una más que insuficiente capacidad de ejecución y gestión. O lo que es peor, una falta total de planes estratégicos serios capaces de hacer que surjan proyectos que pudieran optar a esos fondos. Ese antecedente implica un riesgo para la situación actual y es que, para que no vuelva a suceder, se quieran presentar proyectos poco definidos, poco eficientes y poco rentables para los fines que se persiguen con tal de recibir los fondos. Algo así como el riesgo de hacer un Plan-E como el de Zapatero, con escaso o nulo sentido económico y de rentabilidad.
2. El Gobierno ha tramitado un real decreto para agilizar los trámites y acortar plazos de resolución, agilizar la contratación administrativa. Esto tiene un tremendo peligro tal y como refleja el dictamen del Consejo de Estado que se quiso ocultar, porque puede llevar, como poco, a la arbitrariedad en la concesión de los fondos.
3. Por supuesto, en España, nada de agencias independientes, ni comités de expertos, ni comités mixtos técnico- políticos como han hecho casi todos los países de nuestro entorno. En esos países han sido estos comités independientes quienes han desarrollado sus planes estratégicos serios, así como los mecanismos de evaluación y control pertinentes. Bien, pues aquí, no. Aquí es una comisión formada por los ministros, o sea, el Gobierno y, eso sí, su oficina de Comunicación. Supongo que por aquello de que importa más el relato que los datos. Ya de consenso político, ni hablamos.
4. La UE exigirá reformas para optar a esos fondos. Reformas en la Administración, reforma laboral, pensiones, etc. Me temo que las reformas que exige la UE en estos campos van justo en el sentido contrario a lo que tienen firmado en su acuerdo los dos partidos de la coalición de Gobierno. ¿Presentaremos las reformas que exige Bruselas ? ¿Serán creíbles?
5. Tampoco ayuda mucho algunas actuaciones llevadas a cabo últimamente, aunque no hayan sido financiadas con fondos europeos. Por ejemplo, la concesión de más de 50 millones de euros a la compañía aérea Plus Ultra. No entro en quien está detrás de esta compañía. Si el gobierno de Venezuela o cualquier otro. No entro en quienes forman parte de su accionariado. Que eso lo expliquen los políticos. Pero de lo que nadie me va a convencer es que una compañía aérea de las características de ésta en cuanto a cuenta de resultados, cuota de mercado, activos, etc, pueda ser considerada estratégica en un país como España. Es ridículo. Un avión en propiedad y otros dos en régimen de alquiler. Cuota de mercado de menos del 0,1%. Puesto 166 en cuanto a volumen de pasajeros en el ranking de compañías aéreas que operan en España con 156.139 pasajeros en todo el año 2109. ¿ Estratégica?¿ Todos los proyectos estratégicos del Gobierno van a ser como éste?
Esos antecedentes son los que pueden tirar por tierra la gran oportunidad que presentan los fondos Next Generation. Ojalá sean bien empleados con criterios de eficiencia y rentabilidad y no defrauden las expectativas. Veremos