MURCIA. Ir de 'shopping' no volverá a ser lo mismo, al menos durante un tiempo. Pero las tiendas de ropa están inmersas en un proceso de adaptación a las nuevas circunstancias provocadas por la pandemia del coronavirus que permita, aunque sea en parte, recuperar ese placer que supone para muchos ir de compras. Si antes los clientes se probaban alegremente todas las prendas que deseaban y recorrían los establecimientos sin control, ahora la realidad ha cambiado. Se imponen medidas de higiene extremas, la cita previa será preferente en muchos sitios, la atención, más personalizada, y los cambios de ropa se evitarán en lo posible. El miedo a un posible contagio marca la pauta.
"Esto ya nos ha cambiado el modo de funcionar para siempre", asegura Minuca Carreño, gerente de la marca murciana Titis Clothing. "Vamos a fomentar pedir cita por whatssap, entre otras medidas. Hay que adaptarse y buscar alternativas para sobrevivir a esta situación. Yo quiero pensar en positivo".
Si esta semana, en la ‘fase 0’, los pequeños comercios (de menos de 400 metros cuadrados) pueden abrir con cita previa, a partir de la próxima semana, en la que comenzará la ‘fase 1’, podrán abrir sus locales al público general. De hecho, la mayoría de las tiendas de ropa ha optado por esperar hasta la próxima semana y abrir con garantías.
"Abrimos el día 11. No hemos querido comenzar esta semana mediante cita previa porque hemos considerado que era muy precipitado y tampoco hay tanta gente en la calle. Estamos vendiendo online y, afortunadamente, los últimos 20-25 días se ha incrementado los pedidos por esta vía", cuenta Carreño.
Asunción Alonso, dueña de la tienda Teatro de Sueños, también volverá abrir el día 11 y señala que "es una situación complicada. Debemos prepararnos para las medidas y hacer una inversión cuando llevamos dos meses cerrados y tampoco nos han explicado mucho".
En Murcia, explica, marzo y abril son meses muy importantes en el sector por eso señala que será complicado vender el género que las tiendas tenían listo para una época en la que predominan bodas, comuniones y bautizos, ya que "hay cosas que no sirven". No obstante, defiende, "tenemos que intentar remontar como podamos. No tenemos muy claro cómo, va a ser duro, pero no tenemos otra opción". Afortunadamente, ya tiene citas con clientes la próxima semana y admite con alivio que "la respuesta de la gente está siendo buena".
Algunos, como el diseñador José Manuel Egea, de la firma Manuel de la Vega, comenzarán la temporada con ofertas. "Yo abro con el 50% de descuento. Cada uno tiene que hacer su estrategia", indica. Dice que su caso es peculiar porque muy poca gente de la calle donde tiene la tienda diseña su propia ropa, y que vende tanto online como in situ. Además, por problemas en el taller se retrasó la colección primavera/verano y justo llegó el coronavirus. "Por eso no tengo stock de esta temporada y no me ha conllevado ningún gasto extra".
Para Egea, la labor de ayuda que están haciendo muchos dueños de los locales donde se encuentran estas tiendas es muy importante. "La mayoría ha entendido la situación y han llegado a un acuerdo, con descuentos o exención del pago para que no tengan que cerrar". Su caso, subraya, es de los mejores: su casera le ha liberado del pago del mes de abril. Otros que conoce, han tenido que cerrar justo lo contrario. "La gente piensa que los autónomos tenemos una máquina de hacer dinero, pero no es así. Son muchos gastos y sobrevivimos mes a mes. Según salga el mes, así vamos", recalca.
Como ellos, muchos comercios están aprovechando esta semana para adaptar sus locales a la normativa actual. Deberán limitar el aforo y cumplir con las medidas higiénico-sanitarias requeridas. Éstas incluyen desinfección de la tienda dos veces al día, que los clientes entren de uno en uno o que no superen al número de dependientes, disponer de dispensador de gel hidroalcohólico y recomendación de uso de mascarillas dentro del local. Además, la ropa debe ser tratada después de cada cambio para que no pueda ser portadora del virus.
"Las normas que hemos recibido es que la limpieza y desinfección debe ser exhaustiva. Nosotros pediremos el uso obligatorio de mascarillas, por seguridad. También daremos gel hidroalcohólico antes de entrar y al salir, y aplicaremos amonio en la alfombrilla de la entrada para desinfectar el calzado", explica Carreño.
Uno de los grandes quebraderos de cabeza de estas tiendas es qué hacer con la ropa que se hayan probado los clientes. "La gente tienen ganas de comprar pero también hay miedo a probarse cualquier prenda en estos momentos", señala Carreño. En Titis Clothing han optado por un sistema de planchado vertical que tira vapor a 70 grados "que elimina virus y bacterias". Además, resalta, "cada vez que alguien se pruebe algo la prenda será apartada en el almacén 24 horas. Es una faena pero queremos extremar precauciones. También intentaremos que la gente toque lo menos posible y la bisutería no se va a poder probar".
En Teatro de Sueños también realizarán una limpieza continua y desinfección cada vez que un cliente salga del probador. Además, utilizarán ozono y planchas de vapor para la ropa. "Cada prenda se apartará y desinfectará, y después pasará de nuevo a tienda. No tenemos mucho tallaje y podemos controlar bastante lo que hay", apunta Alonso. El asesoramiento, asegura, va a ser más específico. "Siempre somos de trabajar con el cliente pero ahora más. Lo de probarse y tocar, ahora no".
Si este nuevo sistema de trabajo al que obliga el coronavirus será rentable está por ver. "Va a ser difícil. Es más dedicación, más trabajo y mayor inversión. Solo en el tiempo que debes dedicar a desinfectar se te pueden ir dos horas extras al día. Pero bueno, hay que empezar", indica Carreño. Lamenta que la rentabilidad o no del proceso se irá viendo con el tiempo, pero que es muy posible que "dejé a muchas tiendas atrás si se extiende demasiado tiempo".
El Gobierno ha retrasado la apertura de los establecimientos de más de 400 metros cuadrados hasta el 25 de mayo, ante las dudas que han surgido en el sector. Entre ellas están empresas como El Corte Inglés, Zara o H&M.
Aunque aún no pueden abrir también las grandes cadenas están desarrollando planes ante la nueva situación. El Corte Inglés tomará la temperatura corporal al personal y a los clientes, y realizará un control de aforo para garantizar la distancia de dos metros.
La firma de ropa sueca H&M ha anunciado que cerrará, de momento, los probadores. Una medida que podrían imitar otras marcas para garantizar las medidas higiénicas en la ropa.