El arte de los niños conquista Los Molinos del Río de la mano del artista Rafael Fuster

MURCIA. La Sala Canal de Los Molinos del Río acoge un nuevo proyecto del programa Reactivos Culturales de la Línea Cuartel de Artillería, gracias al cual los niños tomarán este espacio cultural de la mano del artista Rafael Fuster. La exposición Covid Art, se inaugurará este viernes y se podrá visitar hasta el próximo 27 de marzo.

La pandemia interrumpió el proyecto pedagógico El Arte de los niños, dedicado a fomentar la creatividad en la infancia, a través de talleres realizados exclusivamente en museos, pero Fuster decidió mantener esta actividad a través de talleres online, desde su estudio. Tras el confinamiento, el artista se trasladó al Museo Salzillo de Murcia, donde creó una forma única y diferente de visitar, ver y estar en un museo. Ahora, las obras realizadas por los niños murcianos durante este tiempo se muestran en Los Molinos del Río.

El Arte de los niños acerca a los más pequeños al patrimonio familiarizándoles con esos lugares que son suyos, que les pertenecen y que forman parte de sus raíces, de su vida y de su cultura. 

El concejal de Cultura y Recuperación del Patrimonio, Jesús Pacheco, ha indicado que "Fuster ha sabido reinventar su manera de trabajar con los niños y adaptarse a las distintas situaciones con el fin de mantener esta actividad dando muestra que la cultura es algo esencial en nuestra sociedad".

Nueva edición de 'Conectados desde el Salzillo'

Por otro lado, el Museo Salzillo va a seguir promoviendo y fomentando el conocimiento del escultor murciano más allá de los muros del Museo. Para ello, ha puesto en marcha la segunda edición del proyecto Conectados desde el Salzillo, ofreciendo los talleres online para niños, de entre 4 y 12 años y, como novedad, visitas online 'al detalle' para adultos.

Según la directora del museo, María Teresa Marín, "el formato online ha dado luz a la misión de mostrar y dar a conocer la obra y vida de Francisco Salzillo, una nueva modalidad –el formato online-, que llegó para quedarse. Por este motivo, vamos a seguir fomentando y promoviendo este tipo de iniciativas". Apunta Marín que "esta nueva edición se enmarca dentro del programa de actividades que estamos organizado para conmemorar el 80 aniversario del Museo Salzillo de Murcia".

Ambas actividades estarán dirigidas por el artista Rafael Fuster, quien ha llevado a cabo un trabajo minucioso de observación y selección de aquellos elementos que son imposibles de visualizar hasta en las mismas visitas presenciales.

La primera edición fue todo un éxito, ya que cerca de 350 niños de diferentes puntos de la geografía española, con la que se creó una manera única y diferente de estar, conocer y visitar el Museo Salzillo de Murcia. El objetivo es que la pandemia no entorpezca la educación y se pueda seguir fomentando la creatividad entre los más pequeños.

En cuanto a los talleres online para niños, se seguirán impartiendo en las propias salas del Museo, conviviendo entre las obras del genial escultor. Además de ver el Museo, se mostrarán fotografías en primerísimo plano de las tallas o las piezas del Belén, obras de otros autores, trabajos de los niños y ejemplos de obras realizadas con materiales reciclados, así como videos confeccionados exprofeso. Todo este material se seguirá intercalando con las intervenciones de Fuster y la de los propios niños para dotar a las sesiones de gran dinamismo y diversión, herramientas imprescindibles para captar la atención de los niños.

Respecto a la novedad de esta segunda edición, 'Salzillo al detalle', se pretende crear una ventaba abierta al mundo de la cultura y el arte.  La idea es adentrarse en sus salas y ofrecer una mirada diferente, nueva; incluso una mirada imposible de ofrecer al espectador en una visita presencial.  Esta iniciativa ofrecerá un acercamiento a las tallas del escultor en un primerísimo plano; seleccionar temas o fragmentos muy destacados: manos, miradas, ángeles, las alas en Salzillo, sus “milagrosos” bocetos en barro donde vemos sus huellas dactilares, la policromía o las telas, estudio de calidades… Todos esos detalles que un museo de esculturas -por medidas obvias de conservación- no permite al espectador esa cercanía extrema.