Nunca me ha gustado la política de actualidad. Entiéndeme, la de la radio y la tele. Sí que me ha encantado desde siempre tener la oportunidad de 'cambiar el mundo' y lo intento ahora desde estas líneas, de manera inocente y a veces metiendo el dedo en la llaga de formas tan sutiles que no te has dado cuenta hasta que me introduzco en tu cocina intelectual y te he cambiado de sitio todas las cacerolas.
En mi adolescencia también tenía la ilusión de cambiar el mundo, a lo Ismael Serrano. Era tan romántico e ilusionante, como inútil y auto-engañoso, al igual que algunas relaciones sentimentales.
El caso es que me interesa la política social por la carga moral que representa. Es muy liberador para muchas personas poner el foco de lo que les va mal en su vida y achacar su falta total de auto-responsabilidad a los políticos que copan las portadas de los diarios. Y ya que nos ponemos, en su equipo de fútbol local o visitante.
Mi opinión es que las personas que se enervan con las, a veces sensacionalistas y amarilleadas noticias de los diarios, sean del color que sean, tienen el mismo criterio que los que ven Gran Hermano, la Isla de los famosos desnudos o cualquier otro 'reality chou' que pongan en 'prime time'. Lo triste es que quien lo ve, se cabrea y discute como si supiera de primera mano el hecho fáctico y sin adulterar que está captando, y suelta su bomba de negatividad cargada de subjetividad emocional (según cómo le haya ido el día) a los amigos, a sus hijos o a su pareja, en lugar de gastar el tiempo en cosas mucho más productivas.
Ves en los perfiles de las redes sociales de algunas personas con cargos de responsabilidad en empresas grandes, que por la calle parecen completamente normales, desahogarse por escrito con expresiones que son auténticas barbaridades, plasmadas con una rabia y un nervio propios de quien quiere salvar al último tronista.
De esta manera, la sociedad que opina de manera tan personal de lo que está pasando (en la tele, no en su propia realidad) no se da cuenta que está dentro de ese mismo reality televisivo, retroalimentándolo y creyéndose su propia mentira, ya que opinando de esta forma tan desgarradora y personalizada adquiere un papel protagonista de ilusión de control del que carece en su propia vida real.
Es importante para la sociedad de hoy saber en qué términos nos movemos. Tiene usted que saber, querido ciudadano, que todo está cuidadosamente manipulado para su propio bien. Debes saber que los tiempos están medidos, la intensidad y carácter de las noticias, la motivación de partido (y a veces personal o empresarial) de los palmeros de turno de cada político de turno, etc. Cualquier acontecimiento si es descontextualizado un sólo milímetro puede llegar a tener el significado contrario.
Ya hemos comprobado que una "noticia escrita" (no el hecho en sí) puede ser interpretada de formas totalmente opuestas según el medio que las publique. El hecho es el mismo, no así su publicación en el medio, cuidadosamente escrita para su comprensión estudiada por un público previamente adoctrinado.
El partido esta controlando tu realidad. La guerra es la paz, porque mientras el mundo esté en conflicto, los ciudadanos tienen miedo y aceptan ser controlados por los gobernantes, que de esta manera mantienen sus privilegios ya que los ciudadanos confían en ellos para mantener su paz.- (Orwell, 1984).
Ya no es cuestión de tener "criterio propio", porque todos creemos que somos libres y que nuestra realidad no está influenciada, pero esto no es así (y además lo sabemos). Existe en las masas una extraña sensación de miedo asistido por la seguridad que nos da saber que estamos haciendo lo correcto porque lo dice la tele.
Entonces, a ver listilla, ¿qué hacemos?
Pues como en todas las soluciones de problemas, apelamos a la natural Programación Neuro-Lingüística o PNL, resumidos de forma tan simple como útil en Los 4 Acuerdos:
- Sé impecable con tus palabras: Todas tus palabras están cargadas de significado, no propagues chismes si son para herir.
- No te tomes nada personalmente: El papel de víctima de la sociedad está muy manido, el mundo contra mi ya no es creíble. Soluciona tus problemas tú mismo.
- No hagas suposiciones: No adivines nada sin asegurarte antes. Controla las emociones explosivas que puedan derivar de un evento, a priori negativo, y ten paciencia para permitir su curso natural.
- Haz siempre tu máximo esfuerzo: Un error es un resultado no esperado, no es un fracaso. Aprende de cada uno y continúa en el camino, esta vez con más experiencia.
Y eso es todo amigos, espero que hayan disfrutado la lectura y apliquen estos principios para elevar su nivel de paz ante estos tiempos que corren, y podamos convivir enriqueciéndonos y aprendiendo de todo lo que está ocurriendo.
Laura García Sánchez
Ingeniera en Telemática. Docente de Formación Profesional.
Especialista en Marketing Digital PNL y Storytelling
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