MURCIA. El reto que les espera a las empresas regionales es mayúsculo para superar la crisis que ha provocado la covid-19. Así lo señala el Boletín de Coyuntura Económica de Croem del II trimestre 2020, que señala dos objetivos principales para el resto del año: garantizar la supervivencia de las empresas y abordar debilidades estructurales.
Y es que la recesión ocasionada por el coronavirus en la economía regional "se profundizó en el segundo trimestre al ser el periodo más afectado por el confinamiento". Además, la desescalada "no ha permitido retomar la normalidad anterior en muchas empresas y actividades", apunta el informe.
Además, persisten las dificultades para converger con los niveles nacionales de renta y PIB por habitante, se cronifica la debilidad de la productividad empresarial, y se adolece de una política tecnológica e industrial sólida. "Son debilidades conocidas, y reiteradas en la reciente Memoria 2019 del Consejo Económico y Social de la Región de Murcia".
Es un mal punto de partida porque penaliza a la Región en un contexto de gran fragmentación empresarial y "el coronavirus va a impedir que muchos negocios retomen su actividad", aseguran. "El reto que se afronta es mayúsculo y va a requerir actuar en una doble vertiente".
Así, a corto plazo será necesario garantizar la supervivencia de empresas viables a las que las circunstancias extraordinarias han creado un problema puntual de liquidez. En un horizonte más lejano, es obligado abordar las debilidades estructurales que persisten. "El retorno a una situación que pueda calificarse como normalidad es, a día de hoy, un horizonte nublado en el que apenas se ven claros", lamentan.
"Especialmente sangrante" es la situación del turismo, el comercio, la hostelería y el sector hotelero, ya que fueron de los más perjudicados del estado de alarma al no considerarse actividad esencial. Al cierre de este boletín, en plena fase de rebrotes de la pandemia, "vuelven a una situación límite que amenaza con la supervivencia de miles de negocios y de puestos de trabajo".
El boletín económico recoge que para el segundo trimestre se prevén mayores descensos del PIB a nivel global debido a que las medidas restrictivas han derivado en una notable caída de actividad y el consumo. De de este modo, los principales organismos internacionales siguen revisando a la baja sus previsiones (las cuales se estiman que desciendan entorno al 6% para el conjunto de la anualidad).
En lo que respecta a la economía nacional, la pandemia continuó generando un severo impacto, por la prolongación del confinamiento, de manera que entre abril y junio la contracción trimestral podría haberse situado entre el -16% y el -21,8%.
Con respecto a la economía regional, en el segundo trimestre muy posiblemente se han profundizado las pérdidas que ya se registraron en el primero debido a una extensión superior a lo inicialmente previsto de la crisis sanitaria y el cese de actividades no esenciales para evitar la propagación. A tenor de los indicadores, el deterioro podría haber sido menor al nacional, aunque en el conjunto del año la contracción del PIB podría situarse entre el 8,3% y el 10,6%.
El boletín analiza cómo ha afectado la pandemia a la situación de los diferentes sectores regionales. Así la agricultura, sin protagonismo de fenómenos extremos, tuvo resultados muy dispares según la variedad, mientras la pesca desembarcada registró una caída de dos dígitos en el Puerto de Cartagena. El sector industrial regional continúa con su tendencia a la baja, profundizándose en el segundo trimestre, aunque con tasas más favorables que las nacionales.
La construcción se mantuvo en niveles mínimos de actividad por la debilidad de la obra pública y de la actividad residencial (que no tuvo visados nuevos en abril). El sector servicios, aunque se ha visto muy afectado por el cierre comercial derivado del estado de alarma, ha resistido mejor que su correlativo nacional el primer semestre del año. En particular, la cifra de negocios se contrae un 5,5% hasta mayo, el menor descenso autonómico donde en promedio la caída es del 18,5%.
En lo que atañe al mercado laboral, entre marzo y junio la Región de Murcia registró 8.617 nuevos desempleados, al tiempo que se constatan 5.450 afiliados menos a la Seguridad Social, con Huerta de Murcia y Cartagena-Mar Menor como comarcas más afectadas. No extraña, pues, que la tasa de paro se sitúe en el 15,6%.
Otro punto de gran importancia según el boletín es el reparto de las ayudas europeas para la recuperación económica y destaca que "no es deseable que se repita la misma situación que ya se produce en materia de financiación autonómica, donde la Región de Murcia es clara perjudicada de un sistema injusto que necesita una revisión urgente para corregir los desequilibrios del Estado de las Autonomías de una manera definitiva".
Por último, apunta a que "los empresarios venimos exigiendo de forma reiterada la máxima responsabilidad de nuestros gobernantes y del conjunto de partidos políticos", aseguran, solicitando al Gobierno de España que propicie el consenso necesario ante la grave situación y que "solo tiene un camino, que es la unidad de todos en defensa de España y de los españoles".