MURCIA.En el argot de la inversión un 'cisne negro' es un evento no esperado con grandes consecuencias en la economía, un evento que de producirse cambiaría totalmente el curso de los acontecimientos. En estas fechas son muchos los que publican los posibles 'cisnes negros' que podrían darse en el año entrante, pero también son fechas para hacer balance de los sucedido en el año en curso y valorar qué nos ha enseñado. 2022 ha sido un año muy difícil y por lo tanto un año de mucho aprendizaje. Para muchos inversores y operadores lo mejor es que está terminando. Podríamos decir que este año no hemos tenido un 'cisne negro' sino una bandada de ellos sobrevolándonos, demostrándonos que muchas de las conclusiones dadas por supuestas en el mundo de la inversión se han demostrado carentes de fundamento.
Esto es lo que suele pasar en las crisis, ya sean económicas o personales. Nos damos cuenta que vivimos con una serie de ideas equivocadas y sin ver la realidad. Lo bueno es que -aunque duela- si sabemos reconocer nuestro error, sobrevivimos y aprendemos, todo habrá sido para bien. Pero, ¿qué hemos aprendido este año sobre la inversión?, ¿qué realidad no queríamos ver y nos ha golpeado en la cara diciéndonos 'aquí estoy'? Creo sinceramente que hay unas cuantas pero que, aunque no lo parezca, la que más ha destacado está relacionada con la renta fija. Tradicionalmente se ha entendido como una inversión segura, pero ¿realmente lo es? Para entenderlo simplemente consiste en prestarle dinero a una empresa o a un gobierno a cambio de un interés; a ese préstamo se le llama bono y, tiene un interés cierto hasta su vencimiento, mientras puede ser vendido o comprado en el mercado y, por lo tanto, puede subir y bajar de precio.
En la época que hemos vivido de tipos negativos el interés cierto de los bonos se redujo mucho, los gobiernos y empresas pagaban muy poco interés por los prestamos que pedían. Como la inflación era baja pues no había problema, poca rentabilidad igual a poca inflación. De repente llega la inflación y la subida de tipos. La mas agresiva desde los años 80 en EE UU, la más rápida de la historia para el BCE y claro el mercado de renta fija explosiona. Aquellos bonos que ofrecían unas rentabilidades mas bajas -dignas de una época de 'tipos cero' ya nadie los quiere, y se comercian en el mercado secundario con grandes descuentos.
Los inversores quieren bonos nuevos con interés más altos. El resultado: las mayores pérdidas de la historia en la renta fija y con ello fondos tradicionales de renta fija y planes de pensiones, que aglutinan en sus carteras muchos bonos diferentes), perdiendo mucho dinero. Desde el -3% de los más conservadores hasta el -7% de los más agresivos dentro de esta inversión conservadora.
Miremos el cambio en las rentabilidades de los bonos en muy poco tiempo para ver el tremendo terremoto que ha vivido ese mercado:
Esto ha supuesto que muchos inversores muy conservadores vivan un tremendo drama. Imaginemos lo que significa para inversores cuyo horizonte de rentabilidad es de un 2%/3% anual y cuyo máximo interés es no perder dinero asumiendo perdidas del -5%. Un desastre que se come la rentabilidad de varios años, les mete el miedo en el cuerpo y les deja fuera de juego sin entender qué pasa y sin saber qué hacer.
La renta fija no es tan fija, por lo menos no a corto plazo y es la gran verdad que los 'cisnes negros' de 2022 nos han traído. La realidad que nos golpea en la cara. Cuando las cosas son estables la realidad es estable, pero cuando las llevamos a los extremos los presupuestos cambian. Cuando la economía se mueven en términos razonables no pasa nada, pero cuando llevamos a la economía a los 'tipos cero' tanto tiempo se producen desajustes que cuando saltan destruyen todo a su paso.
Actualmente, ¿cuántas personas están preparadas para cambiar sus ideas mentales acerca de cualquier tema cuando los presupuestos cambian? En este caso, ¿cuántas están o estaban dispuestos a aceptar que la renta fija podía explosionar debido a estos desajustes, que no seria segura para siempre? Los sabios siempre lo han dicho. La única constante en la vida es el cambio. Heráclito, el filósofo presocrático, lo ejemplificaba diciendo que nunca nos bañamos en el mismo rio pues todo ha cambiado un segundo después de nuestro anterior baño.
Empresas y organizaciones deben transformarse y adaptarse para sobrevivir a los cambios igual que las personas. Sin embargo siempre buscamos ideas, preceptos, sistemas que nunca cambien y que nos sirvan cómo asideros para nuestros miedos. No existen. Nada permanece dice el 'cisne negro' nuevamente. Quizá en esta cualidad resida la verdadera maestría, en la cualidad de saber que todo cambia y en encontrar lo que permanece detrás de los cambios. La renta fija volverá a dar rentabilidad, pero muchos inversores conservadores nunca olvidarán este año y posiblemente nunca más inviertan negándose a sí mismos la oportunidad de recuperar las pérdidas. Ellos nunca olvidaran el paseo de los cisnes por el mercado.
Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets y presidente de Substrate AI