CARTAGENA. El comercio local sigue luchando por sobrevivir en un contexto que sigue sin ser favorable para su recuperación. Al duro golpe que ha supuesto la pandemia, teniendo que cerrar muchos negocios por ser imposible seguir en pie, se suma ahora una subida de la luz galopante y que no parece tener techo. La subida de la luz, más que a los particulares golpea de lleno a unos negocios que supone un importante porcentaje del tejido empresarial del país. “Estamos tirando como podemos. No hemos salido de una y estamos en otra. Llevamos una racha buena”, afirma con resignación Carmen Piñero, presidenta de Coremur, la patronal regional del pequeño comercio.
Como ejemplo del impacto de la subida de la luz, la empresaria cartagenera Paloma Jáudenes, responsable de la firma Pequeña Moma, mostró las cifras de sus facturas recientemente en el diario El Español. “Una es de 800 y pico euros y la otra de más de 700, Me quedan otras seis facturas de los otros locales. Solo con éstas casi supero la suma de lo que pagaba de luz por todas ellas, en torno a los 2.000 euros”, afirmó. “En julio, y con respecto al año anterior, con el mismo horario, el mismo consumo, la diferencia es de 1.301,81 euros", añadía con indignación.
“No es normal. Después de un año con la pandemia ahora nos llega esto. La subida de la luz a nosotros nos golpea directamente porque tenemos la tarifa más alta. Es tremendo. No sé de aquí a diciembre como va a ir la cosa. Suerte que ahora se están moviendo un poco más las ventas, pero está siendo un hándicap importante”, cuenta Piñero, resignada a seguir remando después de casi dos años de lucha diaria por mantener vivo su propio negocio y ayudar, desde Coremur, a los asociados a la patronal. “Tengo un negocio que está de liquidación, aunque venía un poco de atrás. La subida de la luz ha sido la puntilla. Pero de aquí a diciembre vamos a ver como llegamos”, añade.
Desde el pequeño comercio no entienden como la tarifa de la luz penaliza de forma dramática a los pequeños empresarios, que son más del 90% del tejido empresarial de España. "Está hecha con los pies. No puede ser que nuestra franja sea la más cara. ¿Así es como pretenden que la gente abra negocios y trabaje?", sostiene Piñero. "Estamos en contacto con el Gobierno regional y Croem, pero no pueden hacer nada. Las competencias son de Moncloa", afirma la presidenta de la patronal de la Región. Por el momento, al pequeño comercio le toca seguir remando contracorriente.
