MURCIA. La imaginación no tiene límites. Al menos la del artista aguileño Javier Espinosa, quien ha creado toda una colección de seres imposibles combinando la morfología de diferentes animales. Una cebra convertida en caballito de mar, una liebre con pelaje y cola de leopardo, un rinoceronte medio pez, una gamba con alas de mariposa... Todos estos seres fantásticos y muchos otros se pueden contemplar en la exposición Zoología imaginaria: la belleza de lo absurdo, que ilumina con su creatividad y colorido los Faros de la Comicteca de la Biblioteca Regional de Murcia (BRMU) hasta el 15 de noviembre.
"Ni Darwin en sus elucubraciones más desatadas, ni el doctor Moreau en sus enfermizas fantasías, ni tan siquiera El Bosco hubieran imaginado seres como los creados por Espinosa", señalaba en sus redes la BRMU sobre esta muestra, que es resultado de una metodología de entrenamiento para el desarrollo de la creatividad que el artista ha aplicado tanto para sí mismo como de forma experimental con alumnos de diferentes colegios (American School of Murcia, CPI Urci y CP Mediterráneo en Águilas). Estos estudiantes aportaron ideas a Espinosa, haciendo uso de collages y juegos de palabras, cuyos resultados pueden verse en algunas de las obras expuestas.
Se trata de una forma de alimentar la imaginación con una estrategia divertida y casi infantil -señalan desde la BRMU-, que utilizando como base la ilustración científica y los conocimientos de morfología animal, combinados con la creatividad de los más pequeño, da forma a un mundo onírico, lleno de fantasía y belleza.
Y es que todo tipo de seres fantásticos -muchos de ellos relacionados con el mar- son los que habitan en Espinosaland, el universo que ha creado con su arte el aguileño, quien se considera "un pintor anfibio". No en vano, se crió en una escuela de submarinismo propiedad de su familia, llegando a ser bucear algo tan natural para él como andar. Asimismo, recuerda que su padre le enseñó primero a nadar que a caminar. Es por ello que desde pequeño sintió una gran curiosidad por los seres marinos que se encontraba en sus inmersiones, a los que estudiaba y dibujaba.
Graduado en Bellas Artes, en el inicio de su trabajo Javier Espinosa centra su temática en la transformación de elementos marinos, creando composiciones complejas de naturaleza abstracta dispuestas en un espacio. En su evolución comienza a interesarse por la figuración desde la ilustración. Empieza entonces crear seres, personajes y figuras que se convierten en las primeras criaturas de su mundo onírico. El encargo de un conjunto mural en el puerto de Águilas tras su estancia en Atenas en 2014 hace que la proyección de su obra cambie y comience a trasladar su universo a grandes superficies en espacios públicos.
En 2017 fue seleccionado para pintar un mural, homenaje al escritor Gabriel García Márquez en el 25 aniversario de Casa de América, Madrid, por lo que tiene que descentralizar su temática y es aquí donde su obra da un gran paso tomando protagonismo la estética de sus creaciones, personificando e impregnando su identidad en los elementos con los que construye las figuras. Finalmente, al sintetizar tanto su obra consigue un estilo característico que utiliza para construir y materializar sus ideas, abriendo su campo a cualquier temática, pero siempre cargado de elementos y símbolos que lo identifican, naciendo así Espinosaland.
Espinosa cree que un artista tiene la capacidad de procesar una información y transformarla a su antojo, su cabeza es como un filtro creador de imágenes u objetos nuevos e interesantes. Por lo tanto, piensa que no se trata solo de cómo ve un artista, sino de cómo reconfigura su entorno. "Hay un término que me gusta mucho, el de 'invadir' un espacio, llevo mi mundo a cualquier lugar y lo impregno de mi esencia. A lo mejor por eso soy un invasor", señala.