BRUSELAS. La Unión Europea (UE) ha demostrado una vez más no ser un actor político ni militar en el conflicto armado que se cierne sobre su territorio y que ya ha cruzado las fronteras entre Rusia y Ucrania. El paquete de sanciones comerciales aprobado por el Consejo Europeo y por el Consejo de ministros de Exteriores de la Unión Europea llegará tarde y mal. El resultado sólo ser verá a medio y largo plazo, mientras se intensifica el fuego en ambos lados. Y además no ha alcanzado el aislamiento financiero de Rusia, a la que se pretendía echar del sistema Swifft de transacciones internacionales.
Desde la anexión rusa de Crimea en 2014, se ha demostrado que los embargos de productos son un arma de doble filo que ha repercutido negativamente en la economía europea por igual, perjudicando en especial el mercado hortofrutícola y el de cítricos valencianos, en particular. En esta ocasión, además, se ha dejado fuera algunos productos tan interesantes como los diseños de lujo italianos, que tanto agradan a los oligarcas rusos, principales clientes, y el mercado de diamantes holandés. Ambos países defendieron su economía durante la reunión del Consejo negándose a que entre en la lista de productos que dejarán de exportarse a Rusia.
Distinta ha sido la reacción de Alemania, que ha renunciado desde un primer momento al gasoducto de la rusa Gazprom, el NordStream II, recién terminado y cuya puesta en marcha se suspendió en diciembre. Este proyecto, que permitiría abastecer a media Europa de gas, directamente dese Rusia hasta Alemania, provocará un aumento en los precios de la energía, al romper con el máximo proveedor energético para la UE. Ni siquiera con la oferta estadounidense de traer el gas desde Wisconsin o las remesas anunciadas por Qatar, tras una negociación con Estados Unidos, será suficiente.
El Consejo celebrado el jueves acordó un primer paquete de sanciones en respuesta al reconocimiento por parte de Rusia de las zonas de las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk, no controladas por el Gobierno ucraniano como entidades independientes, y la consiguiente decisión de enviar tropas rusas a esas zonas.
El paquete aprobado incluye sanciones contra los 351 miembros del Parlamento ruso que votaron a favor del reconocimiento; sanciones contra 27 personas y entidades por sus actos contra la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania; restricciones a las relaciones económicas con las zonas de las provincias de Donetsk y Luhansk no controladas por el gobierno de Ucrania, y restricciones al acceso de Rusia a los mercados financieros y de capitales de la UE.
Estas medidas ya se habían acordado en febrero, incluyendo sanciones en el sector financiero, los sectores de la energía y el transporte, el control y la financiación de las exportaciones, la política de visados, y otras sanciones adicionales contra nacionales rusos con nuevos criterios de inclusión en las listas.
Desde marzo de 2014, la UE ha ido imponiendo de manera progresiva medidas restrictivas en respuesta a la anexión ilegal de Crimea, la decisión de Rusia de reconocer como entidades independientes las zonas de las provincias de Donetsk y Luhansk no controladas por el Gobierno, y la desestabilización deliberada de Ucrania. La UE ha impuesto diferentes tipos de medidas restrictivas: medidas diplomáticas, medidas restrictivas individuales (inmovilización de bienes y restricciones de viaje), restricciones a las relaciones económicas con Crimea y Sebastopol, sanciones económicas, restricciones a la cooperación económica.
Tras condenar la agresión militar de Rusia a Ucrania y exigir el fin inmediato de sus acciones militares, la campaña de desinformación y los ciberataques, el Consejo Europeo demostró poca capacidad de acción y, de nuevo, una nula interlocución con su vecino comercial más importante. De nuevo, se limita a imponer unas medidas restrictivas, que califica “con consecuencias graves e incalculables para Rusia”, pero que se limitan a anunciar restricciones en visados y embargos comerciales, cuyos resultados perjudiciales en la economía rusa tardarán en producirse.
Las sanciones, en general, abarcan “el sector financiero, los sectores de la energía y el transporte, los productos de doble uso, así como el control y la financiación de las exportaciones, la política de visados, nuevas inclusiones de nacionales rusos en las listas y nuevos criterios de inclusión en ellas”.
Entre las nuevas sanciones figuran las de 27 personas y entidades de alto nivel, como responsables políticos y miembros del Gobierno; bancos y empresarios u oligarcas que prestan asistencia financiera o material a las operaciones de Rusia en los territorios de Donetsk y Luhansk, o que se benefician de ellas; oficiales militares de alto rango que han participado en las acciones de invasión o desestabilización, y personas responsables de llevar a cabo una guerra de desinformación contra Ucrania.
Otro sanciones comerciales establecen la prohibición de importación de bienes de las zonas de las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk no controladas por el Gobierno, restricciones a las actividades comerciales y a las inversiones relacionadas con determinados sectores económicos, y la prohibición de prestar servicios turísticos y de exportar determinados bienes y tecnologías.
No obstante, no se ha adoptado de forma inmediata la anunciada exclusión de Rusia del sistema financiero internacional Swisft, que facilita las transacciones bancarias. En su lugar, el Consejo ha decidido introducir una prohibición sectorial relativa a la financiación de la Federación de Rusia, de su Gobierno y de su Banco Central. Al limitar la capacidad del Estado y del Gobierno rusos para acceder a los mercados y servicios financieros y de capitales de la UE, ésta pretende limitar la financiación de medidas agresivas y que aumenten las tensiones.
Estas medidas restrictivas prevén, además, la inmovilización de bienes y la prohibición de poner fondos a disposición de las personas y entidades que figuran en la lista. Además, una prohibición de viajar aplicable a las personas incluidas en la lista les impide entrar al territorio de la UE o transitar por él.
Además, hay nuevas medidas que se dirigen a la actividad comercial entre las dos provincias no controladas por Ucrania y la UE, para garantizar que las personas responsables de las acciones ilegales y agresivas sufran claramente las consecuencias económicas de dicha actuación. En particular, se establece una prohibición de importación de bienes de las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk no controladas, restricciones a las actividades comerciales y a las inversiones relacionadas con determinados sectores económicos, y la prohibición de prestar servicios turísticos y de exportar determinados bienes y tecnologías. Las medidas restrictivas relativas a las violaciones de la integridad territorial de Ucrania se aplicarán a un total de 555 personas y 52 entidades.