CARTAGENA. El pasado mes de noviembre, la mesa de Contratación de la Autoridad Portuaria de Cartagena, daba el visto bueno a la unión temporal de empresas creada por las constructoras ASCH y SBA para levantar el nuevo Puesto de Control Fronterizo en la dársena de Cartagena. Pero todo quedó en suspenso tras el recurso que presentaba la constructora alicantina CHM en diciembre. Y es que la mercantil había quedado fuera de la carrera tras detectarse que había perdido una de las clasificaciones exigidas. La mesa entendió que la firma no pudo acreditar la integración de clasificación con posterioridad al haber presentado declaración en fase administrativa, por lo que decidió recurrir el procedimiento.
Pero a comienzos de febrero, ya con Pedro Pablo Fernández como presidente de la APC en funciones, se levantaba la suspensión temporal de dicho procedimiento, por lo que, el siguiente paso, era retomar los trámites para la adjudicación definitiva. Esta llegó solo unos días más tarde, el 23 de febrero y en la misma se decidió adjudicar la ejecución de las obras incluidas dentro del proyecto denominado 'Nuevo puesto de control fronterizo de la dársena de Cartagena' a la unión temporal de empresas ASCH Infraestructuras y SBA Infraestructuras, por un presupuesto de adjudicación de 6.093.782,82 euros, iva incluido y por un plazo de ejecución máximo de 18 meses. A partir del próximo 13 de abril y en un periodo de diez días debe procederse a la formalización y firma del contrato.
Recordemos que en el objetivo de la Autoridad Portuaria de Cartagena con esta nueva instalación era unificar en un edificio los dos puestos de inspección fronteriza (PIF) que estaban en el Muelle de santa Lucía y en el de San Pedro (Sanidad Vegetal). En este nuevo edificio que se pondrá en marcha en breve se unen para desarrollar en el mismo toda la actividad de control de mercancías.
Los organismos que realizarán las actividades de control e inspección de mercancías en el nuevo puesto de control fronterizo (PCF) serán: Sanidad Animal, Sanidad Vegetal, Sanidad Exterior, Soivre (Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación del Comercio Exterior) y Aduanas.
Durante su ejecución, seguirá en funcionamiento el actual PIF Santa Lucía para mantener los servicios que ofrece, sin que se vean afectados en ningún momento.
Los Puestos de Control Fronterizos son lugares designados por un estado para la realización de los controles oficiales de los productos procedentes del comercio exterior e interior. Las mercancías que se transportan, antes de abandonar el puerto hacia su destino final, deben ser despachadas por el servicio aduanero.
En el caso de determinados productos, es necesaria, además, la intervención previa de los Servicios de Inspección en Frontera (SIF), organismos de la Administración General del Estado, consistentes en el control e inspección de los productos que se importan y exportan, con el fin de asegurar que reúnen adecuadas condiciones higiénico-sanitarias y de calidad comercial y seguridad industrial.
Cartagena es un importante punto de exportación de ganado vivo hacia países árabes. Con un incremento superior al 30% respecto a la actividad de años anteriores. La labor de vigilancia permanente que realizan los PIF registró en 2019 un total de 482.079 controles sanitarios en partidas procedentes de otros países, siendo la labor de estos servicios necesaria para evitar riesgos sanitarios en el abastecimiento de mercancías de consumo de primera necesidad y de materias primas imprescindibles para la actividad del sector primario, como son las materias primas para la alimentación animal o para los medicamentos.
Los servicios de inspección sanitaria en frontera son los responsables de controlar que las mercancías que llegan a nuestros puertos y aeropuertos procedentes de terceros países cumplen con todas las garantías necesarias para evitar posibles riesgos sanitarios y fitosanitarios. Están integrados por equipos de inspección especializados en el control de productos destinados al consumo humano para preservar la salud pública, en el control de productos farmacéuticos para garantizar su eficacia, calidad y seguridad, en el control de animales vivos y de productos que puedan afectar a la sanidad animal, y en el control de posibles plagas que puedan afectar a los productos vegetales.
Además de su actuación en controles sanitarios de entrada de mercancías, estos servicios de inspección son los encargados de emitir también los certificados sanitarios necesarios en la exportación de productos agrícolas y ganaderos y productos farmacéuticos, prestando una atención esencial a un sector que tiene un peso destacado en muchas comunidades autónomas.
En base al programa de necesidades y según el pliego de condiciones, se propone la construcción de un edificio que combine los dos usos principales para los que va a estar destinado, por un lado, el propio Puesto de Control Fronterizo, con toda la zona de operaciones y servicios adyacentes, y por otro, la parte administrativa relacionada con el mismo.
Se opta por una construcción industrializada que agilice los plazos y permita en un futuro reutilizar la mayor parte de materiales y sistemas constructivos empleados. Contará con una superficie construida de 3.209,46 metros cuadrados.
El edificio contará con dos alturas que separarán funcionalmente estos dos usos, quedando este aspecto reflejado también en volumen y en materialidad exterior.
Para la comunicación interior entre estas dos áreas principales se proyectan dos núcleos de comunicación. La composición de este edificio se realiza con una planta baja sobreelevada a 1,20 de la cota del suelo que permita la correcta ejecución de los muelles de carga, y una planta primera donde se ubican los departamentos de los servicios.