CARTAGENA. La Región de Murcia es, junto a La Rioja, la comunidad donde es más sencillo comprar una vivienda. Así lo revela el último informe de Sociedad de Tasación ‘Tendencias del Sector Inmobiliario’ del cuarto trimestre de 2022. Así, según el índice de Accesibilidad publicado en el citado informe (el ratio que determina el equilibrio entre el precio medio de la vivienda y la capacidad de endeudamiento para comprarla), la Región de Murcia obtiene 147 puntos, mientras que La Rioja registra 149. En el cálculo del índice de Accesibilidad se toma como base los ingresos brutos anuales publicados por el INE en su encuesta anual de estructura salarial. Como el dato publicado cuenta con un periodo de decalaje de 3 años, se estiman los ingresos brutos anuales, para cada periodo analizado, aplicando como corrector el IPC correspondiente. En este caso, conviene tener en cuenta que, con la subida de tipos de interés, la financiación se ha encarecido y, por consiguiente, la vivienda se ha vuelto menos accesible.
Aunque la Región presenta mejores perspectivas respecto a otras zonas de España, como Madrid (88), Cataluña (79) o incluso la vecina Valencia (118), el horizonte ha empeorado respecto al año pasado. Por estas mismas fechas, en el cuarto trimestre de 2021, la Región obtenía 170 puntos en el índice de accesibilidad, un 13,5% más que actualmente. La comparativa es peor aún para el sector inmobiliario de la Región si tomamos como referencia el primer trimestre del recién acabado 2022. Entonces, la Región obtenía 179 puntos, un 18% más que el último dato registrado.
Pese a que la calidad de vida en la Región sigue entre las más altas del panorama nacional en lo relativo a comprar una vivienda, lo cierto es que tampoco la comunidad de la Costa Cálida es ajena a los difíciles momentos económicos de la sociedad. Una coyuntura que afecta especialmente a la población joven, la que más interés tiene generalmente en acceder a una vivienda. Según un estudio sobre la demanda de la vivienda en la Región, elaborado por la Consejería de Fomento junto con la Universidad de Murcia, los jóvenes entre 18 y 29 años son quienes en menor medida tienen acceso a una vivienda propia: el 41,9% afirma vivir en casa de sus padres y un 12,4% declara que comparte piso. Unas cifras que refleja la tendencia social dominante en España de emancipación tardía de los jóvenes. Sin embargo, conforme aumentan los segmentos de edad también lo hacen las posibilidades de acceder a su propia vivienda, bien sea comprada o en alquiler, y es que 8 de cada 10 encuestados (79,5%) se encuentran en esta situación, llegando a alcanzar el valor más alto entre los mayores de 65 años (93,1%). En cuanto al estado civil, la residencia en una casa propia se concentra entre aquellos que se encuentran casados, alcanzando una proporción del 94%. Este porcentaje desciende hasta el 63,6% en el resto situaciones (soltero/a, viudo/a, separado/a o divorciado/a). Subyace a estos resultados una lógica que vincula el matrimonio y la familia a la estabilidad habitacional y domiciliaria.
El dato del tipo de residencia habitual se ve complementado con las condiciones en las que se encuentra dicha vivienda, variable que cobra especial importancia a la hora de plantear la necesidad de políticas de rehabilitación de vivienda o de conocer el estado de conservación del parque vivienda. Así, cuando los entrevistados valoran las condiciones de la vivienda en la que residen, un 89,3% considera que dichas condiciones son buenas o muy buenas, mientras que sólo un 8,6% opina que el estado de conservación de su vivienda es regular, y un 2% que es malo o muy malo.
En la última feria inmobiliaria de la Región, 'Reside', el consejero de Fomento de la Región mencionó uno de los grandes retos a los que se enfrentan las instituciones en materia de vivienda. "Debemos poner en marcha medidas para facilitar el acceso a este sector de población, que es el más demandante de vivienda, ya que son los jóvenes los que suelen lanzarse a la compra de vivienda para empezar su proyecto de vida", manifestó José Ramón Díez de Revenga. Los problemas para acceder a una vivienda para los jóvenes de la Región, tanto en alquiler como de compra, conforman una tormenta perfecta: salarios bajos, escasez de oferta inmobiliaria y precios desorbitados.