MURCIA (EUROPA PRESS). La psicóloga y especialista universitaria en adicciones, terapeuta y supervisora clínica del Matrix Institute, María Dolores Oñate, ha instado a los padres a preocuparse cuando los jóvenes y adolescentes dan prioridad a los videojuegos sobre el resto de actividades. "Lo que termina por alertar a los padres es la ira que experimentan cuando intentamos limitar el tiempo de juego en forma de gritos, llanto y agresividad", ha afirmado.
Oñate ha hecho estas declaraciones a Europa Press coincidiendo con su impartición del curso online sobre 'Manejo de adolescentes adictos a las nuevas tecnologías: videojuegos y redes sociales' y que se imparte en dos sesiones, la celebrada el 24 de septiembre y la que tendrá lugar el próximo 1 de octubre.
Este curso ha sido organizado por el grupo de trabajo de Adicciones del Colegio Oficial de Psicólogos de Murcia, con el objeto de cubrir una demanda creciente por parte de los profesionales, ante una demanda masiva en las consultas.
Al ser preguntada por el caso reciente de un joven de Castellón que tuvo que ser ingresado y tratado por psiquiatras por su adicción a un videojuego, Oñate ha aclarado que la mayoría de los niños y adolescentes "dedican muchas horas a la semana a los videojuegos". No obstante, esta psicóloga ha explicado que, "pero como en cualquier otra conducta adictiva, "la cantidad no es suficiente para diagnosticar una adicción como tal".
"Como padres, deberíamos preocuparnos cuando esta actividad adquiere prioridad sobre todas las demás: rechazan pasar tiempo con sus iguales haciendo cualquier otra actividad (ir al parque, hacer deporte...) y también con la familia", según Oñate, quien ha explicado que los jóvenes que desarrollan una adicción "comienzan a aislarse".
Así, advierte que, "cuando jugar a videojuegos se ha convertido en un problema, el rendimiento académico se resiente: bajan las calificaciones, dejan de hacer los deberes, ocultan fechas de exámenes o presentación de trabajos".
Al ser preguntada por lo que pueden hacer los padres o tutores ante este problema, Oñate ha emplazado a "limitar el tiempo con que dedican a jugar y garantizar que realicen otras actividades de ocio, es esencial".
"Cuando se vean incapaces de hacerlo o estos cambios generen un malestar evidente en los niños, es el momento de acudir a un especialista", según Oñate, que precisa que "la convivencia familiar nunca debe convertirse en un infierno, ni girar en torno a si accedemos o no a sus exigencias de jugar".
Respecto a si esta adicción es un fenómeno al alza, esta especialista ha señalado que los videojuegos clásicos "activan los centros de la recompensa del cerebro, especialmente sensibles desde los 10-12 años y hasta el final de la adolescencia".
Además, explica que los nuevos videojuegos "incorporan a los clásicos el componente social: juegan en grupos o clanes en el que el factor competitividad y liderazgo dentro del grupo, multiplica su poder adictivo".
En cuanto al perfil del adicto a los videojuegos, Oñate ha explicado que se corresponde con el de un chico de entre 10 y 22 años, "sin importar el nivel socioeconómico familiar". Y es que el cerebro adolescente "es especialmente vulnerable a desarrollar cualquier adicción", por eso los adultos "se enganchan" menos, tal y como especifica esta psicóloga.
"Tampoco podemos obviar que el cerebro de niños y niñas son distintos y maduran de forma diferente, es una cuestión biológica", matiza. Así, Oñate destaca que los niños "muestran más interés por actividades que tienen que ver con la competitividad, como deportes o videojuegos y las niñas por gustar y ser aceptadas socialmente, por eso se inclinan más por las redes sociales".
Oñate también se ha referido al hecho de que el Gobierno murciano ha anunciado recientemente que incorpora la adicción a los videojuegos al Plan Regional sobre Adicciones 2021-2026 y que será tratado como un problema de salud mental.
Al ser preguntada por esta iniciativa, Oñate ha respondido que el Ejecutivo murciano, "sin duda, llega tarde". "Ahora anuncian actuaciones en materia de prevención, cuando ya tenemos un porcentaje de adictos considerable y el uso de las redes sociales está causando estragos en la salud mental de la población preadolescente (ansiedad, depresión, bulling, etc)".
A su juicio, la administración "está obviando el tratamiento de los adolescentes en materia de adicciones, cuando los profesionales sabemos que es el momento de intervenir y prevenir problemas mayores".
"La prevención es necesaria pero no infalible y los padres llevan años pidiendo dispositivos donde puedan atender a sus adolescentes en materia de alcohol, cannabis, videojuegos y redes sociales y los docentes solicitando formación para poder intervenir desde su posición", tal y como ha recordado Oñate.
En este sentido, ha lamentado que "la realidad es que esos dispositivos no existen y las familias se encuentran solas con los problemas de sus hijos. Deberían exigir una solución real y accesible".