CARTAGENA. El cambio climático ha obligado a todos los sectores económicos, públicos y privados, a buscar con ahínco fórmulas para tratar de reducir la emisión de gases contaminantes. Entre las alternativas en la Región, la energía solar es una de las que cobra más fuerza para tratar de adaptarse a las sequías que avecinan el cambio climático. Este es uno de los puntos que ha centrado el debate en el Congreso Nacional de Riegos que se ha celebrado en Cartagena, donde se han expuesto las distintas medidas que se contemplan en toda Europa para lograr la resiliencia del regadío. “El objetivo es mantener los niveles de productividad y beneficio del sector agrícola”, explica Víctor Arqued, subdirector de Planificación Hidrológica del Ministerio de Transición Ecológica.
“En cada demarcación hidrográfica estudiaremos cómo adaptarnos al cambio climático en los terceros Planes Hidrológicos (PPHH), que organizarán la gestión de las aguas en los próximos seis años”, anticipa Arqued. “En la cuenca del Segura reforzaremos los recursos no convencionales, como la desalación y la reutilización, pero teniendo en cuenta el coste de la energía para que el precio del agua no sea disuasorio”, detalla. Arqued, además, ha avanzado la instalación de sistemas de energía fotovoltaica en las plantas fotovoltaicas utilizando los fondos del Plan de Recuperación de la Unión Europea.
El territorio regional se posiciona como uno de los enclaves más cotizados para la instalación de parques fotovoltaicos gracias a las 3.500 horas de sol al año que goza cada año. Por tanto, la instalación de grandes parques solares está comenzando a convertirse en algo habitual en la Región. En concreto, Jumilla o Mula son algunas de las localidades que cuentan con las megaplantas de mayor tamaño de la Región, mientras que Cartagena destaca por el número de parques que tiene instalados en su territorio. Para la creación de este tipo de proyectos se requieren grandes cantidades de dinero que luego serán rentabilizadas.
"La ventaja principal de las placas fotovoltaicas es que se trata de la fuente de energía más limpia, barata y la más competitiva. Su versatilidad además permite que se puedan realizar proyectos desde 3KW de autoconsumo a varios MW, lo que facilita la participación de todo tipo de actores y permite el desarrollo capilar económico y del empleo", afirma José Donoso, director general de UNEF (Unión Española Fotovoltaica).