CARTAGENA. La efectividad de las medidas implantadas en la Región después de que la Navidad acelerara la llegada de la tercera ola cuando todavía no se había terminado de enterrar la segunda ola ha logrado que el virus se haya contenido de forma drástica. Y es que, tras la Navidad, la aparición de nuevas mutaciones en la cepa del coronavirus junto a una excesiva relajación de las medidas que habían logrado contener el virus obligó a tomar medidas drásticas para el Gobierno regional. Cierre completo de la hostelería y toque de queda a las diez fueron algunas de las medidas establecidas desde entonces. Todo ello, además, unido a un cierre de los municipios en los que se limitaba al mínimo la movilidad entre los municipios de la Región.
Después de 40 días, la incidencia en la Región se ha desplomado drásticamente. De los 2.000 positivos que se llegaron a registrar en el pico de la llamada tercera ola, hemos pasado a los 88 del último balance de este viernes. Un dato que, si ponemos la lupa únicamente en Cartagena, es todavía más positivo. La incidencia en el municipio ha caído hasta los 73 positivos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, 26,5 en la última semana. Por barrios, llama la atención que el Casco Antiguo, uno de los que más movimientos tiene por ser centro neurálgico de la ciudad, apenas ha tenido 6 positivos en las últimas dos semanas. Un dato que cae a la mitad en la última semana. Otras zonas del municipio, como Molinos Marfagones o Los Barreros, no han registrado ningún positivo en la última semana. San Antón, que fue uno de los barrios con mayor incidencia, apenas registra un caso en la última semana y 12 en los 14 días anteriores.
Unos registros que suponen un respiro para la ciudadanía después de casi dos meses en los que se ha notado el desgaste de casi un año con medidas restrictivas. La apertura de las terrazas alivia mentalmente a la población cartagenera. Sin embargo, la sociedad parece entender que no hay que bajar la guardia ante el temor de que una nueva ola vuelva a obligar al ‘cierre’ completo de la ciudad, con el consiguiente varapalo para la hostelería y el ocio de la ciudad.
Las instituciones sanitarias ya alertan de los peligros de relajar el comportamiento ante la llegada de una cuarta ola, con nuevas mutaciones, cada vez más agresiva que sus predecesoras. El consejero de Salud de la Región de Murcia, Juan José Pedreño, anunció esta semana que pedirá el cierre perimetral de la Región de cara a Semana Santa, de forma que no se vuelva a incurrir en el error cometido en Navidad. Por el momento, Cartagena recupera la vida con la esperanza de no tener que volver a echar el ‘cierre’.