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proyecto de la arquitecta murciana Laura Ortín

La casa de playa en Torre de la Horadada que quiso ser diferente y se coronó con un trozo de cielo

5/11/2023 - 

MURCIA. Esta reforma para ampliar una casa de playa en Torre de la Horadada no es reciente, pero la arquitecta murciana Laura Ortín la ha recordado estos días en sus redes por ser una propuesta arriesgada y disruptiva, de desobediencia estética, que fue publicada en numerosos medios especializados (como Elle Decor) y que seis años después sigue llamando la atención.

Esta residencia vacacional situada en un pueblo alicantino del Mediterráneo -otrora de pescadores y actualmente lugar de veraneo para muchos murcianos- se le había quedado pequeña a sus propietarios, por lo que decidieron acometer una ampliación. Laura Ortín les dio la solución: crear un nuevo nivel, que no solo aumentase los metros cuadrados, sino que además transformase una casa tradicional en una residencia muy actual.

El proyecto -según explica la arquitecta en la memoria del mismo- se desarrolló en la cubierta plana de la vivienda, una de tantas de unas manzanas de calles que en un principio eran todas iguales, conformando una urbanización sencilla de "casas de playa". No obstante, con el tiempo se han ido acometiendo diferentes reformas, como también ha ocurrido con las casas de pescadores. "Ya no queda rastro de lo que fueron", apunta la arquitecta.

En este sentido, explica que la zona no plantea otros recursos arquitectónicos más allá de los límites urbanísticos de altura, ocupación y lindes. Por ello, "los vecinos han ido construyendo en las cubiertas de sus casas de una manera espontánea y propia. En general han seguido la estética de la planta baja, que en la mayoría de los casos previamente fue modificada, por lo que el resultado es de un eclecticismo sin control y sin retorno", continúa explicando Laura Ortín, quien con su propuesta planteó "un nuevo código, una suerte de desobediencia estética y funcional que en este contexto específico se posiciona con una visión provocativa de ruptura necesaria".

Una arquitectura volatil integrada en el paisaje celeste

Así, la profesional murciana propuso una arquitectura volátil, que se integrase en el paisaje celeste, que se fundiese con el cielo. "Una ampliación sencilla, práctica y directa, para que su ejecución fuera ágil y su interpretación inmediata. Unos acabados elementales para que los costos fueran reducidos. En definitiva, una arquitectura que se define con nuestro tiempo y con nuestros recursos", añade.

"El volumen ligero se gira de la alineación (y alienación) para mirar a la torre vigía símbolo del pueblo y cuya orientación es la idónea en esta costa levantina. Se realizó con estructura metálica que apoya en los muros de carga de la vivienda de abajo y se utilizó el sistema SATE en fachada cuyo color está inspirado en los aerogeneradores de la energía eólica. Camuflaje celeste y ligereza", informa Ortín.

Así, en pocos metros se consiguió "una vivienda completa, amplia y cómoda". Cuenta con un gran volumen interior en vertical que amplia las vistas hacia el altillo y modula térmicamente; y las estancias fluyen hacia el exterior gracias a dos amplias terrazas de uso constante. 

Además, se recuperó ciertos materiales en desuso como el terrazo para suelos, diseñado por el estudio; y la madera del techo, tableros fenólicos de embalaje de objetos de los containers marítimos. Son "materiales que resultan atractivos y únicos para este espacio", que se transformó de una casa de playa tradicional estándar en una vivienda moderna y que aprovecha el espacio sin olvidar sus orígenes, a la vez que resulta fresca, acogedora y luminosa. "Cualidades esenciales para descansar en vacaciones", apunta Laura Ortín.

    

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