MURCIA. Decía Kennedy que "la guerra es el fracaso de la política". Antes que él, Clausewitz decía que "la guerra es la continuación de la política por otros medios". ¿Quién tenía razón? Seguramente cada uno tenía su parte.
En el peligroso contrapeso que supuso el siglo XX, dos potencias nucleares enfrentadas consiguieron una paz silenciosa – pero una guerra fría. En ella, Rusia y Estados Unidos se caracterizaron por tres puntos:
¿Y qué tiene esto que ver con la situación actual? Todo, me atrevería a decir.
La guerra por la hegemonía global es más clara que nunca, pero esta vez tiene a China como cara visible del 'otro lado'. Entender el conflicto global real es la mejor hoja de ruta para nosotros como inversores, y a veces una imagen vale más que mil palabras:
Invertir sin entender las fuerzas que están alineándose para nuestro futuro próximo es ir a ciegas, por eso vamos a intentar hacer una cronología (incompleta) de los acontecimientos que la han ido puntuando:
Por eso pensamos que la situación es análoga a la guerra fría. Volvamos a los tres puntos del inicio y comparemos:
1) La competencia por la influencia global y la propagación de ideologías opuestas.
China firma un contrato social: Alineaos con el Estado y el Estado os dará prosperidad. Occidente firma otro: La voluntad emana del pueblo. Esta es la teoría, pero la práctica en las últimas décadas pone en cuestión la superioridad de nuestro modelo democrático. Esto ocurre tanto económicamente (China dobla en crecimiento a Occidente) como socialmente: ¿Somos una democracia, en un mundo donde las decisiones las toman organismos supranacionales a los que nadie vota? El cierre de Occidente ha sido claro:
2) El foco en la tecnología para ganar la posición.
Estados Unidos y China compiten por el acceso y control de tecnologías clave, incluyendo la inteligencia artificial y la 5G. Se hace por la fuerza y sin contemplaciones: ya no basta con estar ligeramente por delante, EEUU puede verse sobrepasada si no bloquea a sus competidores. Esto no es una interpretación (informe completo aquí):
3) Tensión militar y riesgo de conflicto armado constantes.
Actualmente, las tensiones militares entre Estados Unidos y China en el Mar del Sur de China y Taiwán aumentan el riesgo de un conflicto armado. Es la zona más caliente del planeta.
¿Qué supone esto para nosotros como inversores?
La guerra implica incertidumbre y miedo. El miedo implica menor apertura. Y menor apertura implica inflación. Si además añadimos una inyección monetaria sin precedentes, a nadie debería sorprender el entorno en el que estamos.
En esta situación, la incertidumbre ha invertido la curva de tipos de interés. En otras palabras, se paga más por pedir prestado a corto plazo que a largo, algo que ocurre pocas veces por razones obvias y que suele preceder recesiones:
Cada vez que la línea azul se ha vuelto negativa se ha pagado menos a 10 años que a 2 años. En el gráfico la verán por debajo de la línea negra (el cero, cuando pagan igual) y precediendo columnas grises (las recesiones).
Esto no es necesariamente catastrófico, aunque no es muy positivo. Las conclusiones para la parte líquida de nuestra cartera son tres:
Pero, ¿y la parte ilíquida? Nuestro patrimonio no sólo son cifras en una pantalla. La parte empresarial y la inmobiliaria deberían ser dos pilares de nuestra inversión, pensamos. Este es el enfoque que nos gusta:
Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office
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