MURCIA. Ya en el siglo XIX el entorno de la Catedral de Murcia era considerado como el mejor emplazamiento para alojarse en Murcia. Así se lo debieron contar al escritor danés Hans Christian Andersen, quien durante su viaje por España, en 1862, se alojó en la fonda de Juan de la Cruz, en la entonces Plaza de San Leandro, actualmente de Los Apóstoles. El emblemático edificio San Leandro de Murcia, que conserva su espléndida portada barroca, vuelve más de un siglo después a alojar huéspedes con la apertura del alojamiento 'premium' Catedral Plaza que, en breve, abrirá sus puertas en el corazón de la ciudad.
Se trata de una iniciativa de Privanzas Sibaritas, que abre así su primer alojamiento en el centro de Murcia, en un enclave donde, consideran, reside "el alma más cosmopolita y genuina de la ciudad". "Premium, elegante y vanguardista" son los tres calificativos que le otorgan a esta residencia turística, ubicada en uno de los pisos del edificio, que podrá albergar en total, en las tres habitaciones que se ofertan, hasta siete huéspedes. Destacan que aquellos que se alojen en ellas podrán disfrutar de una insuperable ubicación -con vistas a la Catedral de Murcia, "auténtico emblema de la ciudad", y su entorno-, además de "confortables instalaciones y servicios de primera categoría", ya sea en viajes de placer o de negocios.
Señala Isabel Escribano (directora ejecutiva de la gestora de alojamientos premium y jurista) que con esta iniciativa se quiere "recuperar esta actividad reforzándola con el atributo superior Sibaritas". La idea, añade, surgió nada más ver las estancias por dentro y las inmejorables vistas a la plaza de los Apóstoles, con sus fachadas ostentosas de aires palaciegos que huyen del simple funcionalismo, la impresionante torre renacentista de la Catedral de Murcia y la girola que forma la célebre Capilla de los Vélez. "Vanguardismo, lujo, eclecticismo e ilusión" son algunos de los atributos que subraya Isabel Escribano sobre este nuevo proyecto turístico en Murcia.
El alojamiento tiene previsto abrir sus puertas para año nuevo, aunque puede que lo adelante unos días ya que la demanda creciente de turismo en la Región, procedente de todas partes del globo, ha hecho posible que ya cuente con una cartera de reservas de huéspedes de varias nacionalidades. Demanda que ha aumentado desde que el alojamiento Catedral Plaza se oferta a través de la plataforma Booking.
La construcción del edificio San Leandro se remonta al año 1770, siendo auspiciada por el cardenal Belluga y acogiendo en un primer momento el colegio del mismo nombre, donde se impartían estudios de gramática y, sobre todo, de música y canto (subvencionado por el Cabildo Catedralicio). En la actualidad el único elemento original que se conserva es la antigua portada barroca.
En el siglo XIX esta casa pasó a desempeñar las labores de fonda o pensión. Y al parecer fue uno de los mejores sitios para hospedarse en la Murcia de antaño. Uno de los huéspedes más famosos que albergó fue al escritor danés Hans Christian Andersen (autor de cuentos infantiles como La Sirenita, El patito feo, Pulgarcita, El soldadito de plomo o El traje nuevo del Emperador, entre otros muchos). Desde el mismo balcón que da a la Plaza de los Apóstoles, Andersen presenció la única procesión que vio en España.
Andersen, según diarios de la época, se hospedó en un principio en la posada del Malecón, de la que criticaría la suciedad, por lo que se trasladó a la fonda de Juan de la Cruz, en la Plaza de Los Apóstoles. El escritor halagó la exquisita gastronomía de Murcia -"la cual nos habían descrito como una ciudad de lo más interesante, donde encontraríamos vestigios árabes, veríamos gitanos y también los atuendos más pintorescos de toda España"-. También dejaría escrito: "Vivíamos en la plaza, justamente detrás de la magnífica Catedral; hasta nosotros llegaban la música del órgano y los cánticos gregorianos".
No sería el único huésped ilustre de esta fonda, que veinte años antes que a Andersen también alojo al ilustre escritor de viajes estadounidense Richard Ford, quien habló de un lugar "donde el agua es deseada, es casi un desierto", y donde, sin embargo, "las Huertas y las porciones irrigadas lo compensan por su prodigiosa fertilidad". Se refirió también a la "devota rivalidad" entre las ciudades de Murcia y Cartagena por el traslado de la sede de la Diócesis, deteniéndose especialmente en describir la Catedral que tuvo tan cerca de su residencia en el Edificio San Leandro.