Nadia Calviño. Foto: GABRIEL LUENGAS/EPMADRID (EFE). Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) debaten este lunes cómo deben afrontar la elaboración de sus presupuestos nacionales de 2024, un año que estará marcado por la vuelta de las reglas fiscales que limitan el déficit y la deuda públicos tras cuatro años suspendidas y cuya reforma todavía está en fase de negociación.
El punto de partida de la discusión, en la que participará la vicepresidenta española de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, será el documento de orientaciones presupuestarias que la Comisión Europea presentó el pasado miércoles, en el que la institución insta a los Estados miembros a proponer su propia senda de ajuste fiscal tras cuatro años con el grifo del gasto abierto.
"La Comisión nos dice (en ese texto) que el tiempo de los estímulos fiscales ha pasado y la política fiscal del año que viene se tiene que centrar en la sostenibilidad" de las finanzas públicas, resume un alto funcionario europeo de cara a un debate entre los veinte ministros de Finanzas que espera "animado".
Bruselas quiere que 2024 sea un "año de transición" entre el Pacto de Estabilidad vigente y las futuras reglas fiscales de la UE, cuyas líneas maestras serán acordadas a nivel de ministros el día siguiente en el Ecofin, salvo sorpresa, pero todavía están pendientes de la negociación con textos legislativos sobre la mesa.
Para España, este planteamiento supone pasar de "un escenario de acumulación de crisis" a una "progresiva normalización" en la que hay que "ajustar los escenarios fiscales", apuntan fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos, antes de recordar el "compromiso fuerte" del Gobierno con una "consolidación fiscal progresiva" y una política fiscal "prudente".
De esta forma, el planteamiento del Ejecutivo comunitario pasa por empezar a aplicar algunos de los nuevos elementos, como que sean los propios gobiernos los que planteen a las autoridades europeas una senda de ajuste fiscal para un periodo de cuatro años al final del cual cada uno tendrá que haber reducido el desfase de sus cuentas públicas por debajo del 3 % del PIB.
En la misma línea, Bruselas establecerá una trayectoria fiscal con objetivos "cuantitativos" diferenciados para cada socio del euro, aunque basados en una metodología común que garantice igualdad de trato, frente a las recomendaciones cualitativas que reinan en la etapa actual con las reglas suspendidas.
Así, la intención del presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, este lunes es pactar una declaración que "guíe a los Estados miembros en la preparación de sus programas de estabilidad y sus presupuestos", señalan las mismas fuentes.
Con respecto a la reforma del Pacto de Estabilidad propiamente dicha, los ministros de Finanzas de la zona euro abordarán únicamente aquellos aspectos que entran dentro de sus competencias, como las sanciones previstas para países con déficit o deuda excesivos, puesto que el grueso de la negociación corresponde al Ecofin, en el que están representados los veintisiete socios de la UE.
Más allá del intercambio sobre la política presupuestaria del futuro, el Eurogrupo pasará de nuevo revista a la situación económica, aunque reconociendo que "no hay muchas novedades" con respecto a su reunión de febrero.
La economía "sigue siendo sólida", el crecimiento permanece "débil" y la inflación sigue con su tendencia a la baja aunque la subyacente continúa subiendo, resumen fuentes comunitarias.
Otro punto en la agenda del encuentro será un debate estratégico sobre el futuro euro digital, un proyecto con una importante "dimensión política" sobre el que todavía reflexiona el Banco Central Europeo. En particular, reflexionarán sobre si los pequeños comercios estarían obligados a aceptar pagos con esta divisa si la iniciativa sale adelante.
