CARTAGENA. La concejalía de Urbanismo ha informado al Grupo Unión de la necesaria y urgente obra de reforma de la Casa Maestre -un emblemático edificio modernista ubicado en la Plaza San Francisco-, tras haberse observado ciertas deficiencias en el inmueble, que podrían agravarse en el caso de que no se acometan de forma inmediata. La empresa ha sido comunicada de que tiene un plazo de dos semanas para iniciar las mismas o en el caso de que no lo haga será el propio Ayuntamiento quien actúe.
Los técnicos de urbanismo han observado que la finca padece tres patologías diferentes. Por un lado se aprecia que se ha podido producir un movimiento en el asentamiento junto al edificio colindante. Se ha observado la presencia de unas grietas en la fachada y falsos techos. Por otro lado, en la cubierta existen cuerpos superpuestos (trasteros, depósitos, bancadas) que no son de la construcción original y que están muy deteriorados, lo que ha supuesto una filtración de agua. Además, en los elementos metálicos, tras las filtraciones de agua, se aprecia una oxidación incipiente.
Ante esta situación, los técnicos del Ayuntamiento de Cartagena han indicado que es necesario que se revise la estanqueidad de la cubierta, un correcto funcionamiento de desagües y bajantes. Además, en el caso de que haya goteras y filtraciones, deben ser impermeabilizados dichos elementos, cambiar las tejas y los cerramientos. Deberá acometerse, además, un picado y saneado de bajantes, chimeneas y antepechos ubicados en la cubierta para evitar riesgos de desprendimiento. Como medida cautelar, para controlar la fisura apreciada en el edificio vecino, se han de colocar testigos para saber si es un movimiento puntual o si es algo más grave.
La empresa ha sido notificada este mes de julio y tiene quince días para acometer las obras. En el caso de que hiciera caso omiso, será el propio Ayuntamiento quien actúe y pase la factura a los propietarios del inmueble.
"En el equipo de gobierno queremos no sólo ayudar a quien quiera construir en el casco, no sólo queremos movilizar el suelo del propio ayuntamiento, sino que es prioritario intensificar las tareas de inspección en edificios y solares para evitar el deterioro en edificios", indicaba para Murcia Plaza Ana Belén Castejón, vicealcaldesa y concejala de Urbanismo. Por ello "caso de que los propietarios no actúen según las recomendaciones de los técnicos, actuaremos de manera subsidiaria pasando después la factura a los propietarios", subrayó la edil.
El minero y terrateniente José Maestre, encargó, en 1906, al arquitecto catalán Marcelino Coquillat Llofríu, los planos de su nueva mansión, con la intención de superar en originalidad a las mansiones de los Aguirre y los Cervantes. El edificio de los Maestre, aunque proyectado por Coquillat, fue dirigido por Beltrí, quien lo hizo con exactitud sin modificar el proyecto original.
El sitio que eligió fue la plaza de San Francisco. La fachada del edificio, única parte conservada tal como se proyectó, está inspirada en la casa Calvet de Gaudí, que a su vez tiene claras reminiscencias barrocas. Coquillat introdujo en varias partes de la fachada rocalla y motivos rococó. La fachada es axial y sugiere un movimiento ondulante en el tercer piso, que se proyecta al sistema recortado de los remates.
El edificio sugiere una composición musical reducible a una fórmula matemática, con un sistema de correspondencia referido al tres. Tanto el eje como cada una de las partes definidas en el conjunto remiten a la fórmula a-b-a en distintas posibilidades de ritmo ternario.
La casa Maestre tuvo un impacto muy fuerte en la arquitectura de Cartagena y, más concretamente, en Beltrí, de quien se puede establecer una nueva fase a partir de la dirección de este edificio. Todos los detalles del edificio son de un buen acabado, pero en especial sobresalen los trabajos de la puerta de entrada de estilo neo-rococó y con unos llamadores y tiradores que son auténticas filigranas de la orfebrería modernista.
Uno de sus propietarios, José Maestre, fue jefe del partido conservador, alcalde de La Unión, presidente de la Junta de Obras del Puerto y ministro en algunas legislaturas. Tras la Guerra Civil el edificio pasó a manos de la empresa minera Peñarroya. El Grupo Unión se hizo con el inmueble a finales del siglo pasado.