CARTAGENA. Es una dulzura y luz desbordante la que desprende la voz de Bely Basarte. La compositora madrileña ha cimentado su carrera en las redes, con ese potente altavoz que es Youtube para dar a conocer el talento escondido a miles de personas. Con cuidadas covers, fue ganando seguidores de su música hasta que llegó su primer disco, firmado con Universal Music, y se instaló definitivamente entre las voces femeninas referentes del panorama musical español. Con un sonido pop, más desgarrador en su última obra ( El camino que no me llevó a Roma ), ha conquistado a miles de seguidores cantando al amor, al desamor...En definitiva, a los sentimientos de esta joven artista que visita este viernes Cartagena en formato acústico. El miso día en el que presenta su nuevo EP, Psicotropical.
- Pasó de ser una cantante de versiones en Youtube a participar en una superproducción de Disney cantando una de sus canciones más icónicas. Por el medio, por supuesto, fue consolidando su carrera. ¿Cómo logra asimilar todo eso? Pasar del anonimato a ser conocida, con un altavoz tan fuerte como las redes sociales no debe ser fácil.
- Mi crecimiento en redes fue exponencial, no ocurrió de la noche a la mañana. Para cuando llegó la propuesta de Disney, ya llevaba tres años exponiéndome al público, compartiendo mis versiones, mis canciones propias y cosechando hasta medio millón de seguidores en algunas plataformas. Desde el principio me ha seguido una comunidad muy cariñosa que, igual que ha compartido conmigo los éxitos que han ido llegando, ha respetado mi intimidad y mi privacidad cuando lo he necesitado.
- ¿Conforme es más conocida se ha vuelto más antisocial, más desconfiada de la gente que conoce por primera vez?
- Siempre he sido igual de antisocial. Mis cosas me las suelo guardar para mí y las cuento, a mi círculo y al resto del mundo, en forma de canción.
- En su música, es característico el cuidado que le da a las melodías. Mi impresión personal es que le presta una especial atención. ¿Es algo premeditado o le sale de forma natural?
- Me gusta estar presente en cada fase del proceso de creación de una canción; la composición, la producción… Eso me permite cuidar cada detalle, la melodía también, claro.
- ¿Su música es una forma de catarsis emocional, una necesidad, o es más una afición de contar historias que no necesariamente le han sucedido?
- Es cierto que algunas de mis canciones no cuentan historias según han ocurrido, más bien me he inspirado en ciertas emociones; sin embargo, la mayoría sí que han nacido de momentos por los que he pasado a lo largo de los últimos años. Es casi una necesidad lo de agarrar la guitarra y soltar mis sentimientos.
- ¿Le cuesta desconectar emocionalmente cuando interpreta las canciones? Imagino que emocionalmente necesita una energía importante.
No, tengo cierta facilidad a la hora de meterme en el papel de cada canción. Supongo que la música ayuda a entrar en el universo que pide cada letra.
- La forma de consumir música ha cambiado de forma radical. Ahora los artistas sacan de forma más o menos continua singles, y se ha perdido algo de ese punto romántico que tenía sacar un disco con 10 canciones que componen un todo. ¿Lo ve como algo positivo? ¿O, por el contrario, cree que se ‘queman’ antes las canciones, que tienen menos ‘vida’ digamos?
- Para ciertas cosas es positivo, para otras no. Creo que hay que verlo como algo que ha cambiado y adaptarse a ello, encontrar cómo adaptar el proyecto de uno mismo a las nuevas necesidades del público.
- Viene a Cartagena a tocar en acústico, en un concierto más íntimo que a los celebrados en grandes escenarios. ¿Qué diferencias siente un artista en escenarios más íntimos respecto a los grandes recintos?
- Son experiencias bastante diferentes. En un recinto grande, con un gran aforo, voy rodeada de mis músicos y técnicos, el show tiene una energía y una fuerza que te recarga las pilas por mucho tiempo. Los conciertos que tengo ahora mismo por delante son lo opuesto, voy sola con mis guitarras, una pedalera y mi libreta de poemas. En estos encuentros tan cercanos e íntimos se genera otro tipo de energía, el público tiene la posibilidad de escuchar mis canciones casi como han nacido en mi habitación. Cada formato tiene su magia.
- ¿Cómo es su relación con las redes sociales? ¿Le afectan los mensajes negativos que a veces se vierten ahí?
- Depende del momento. Hay temporadas en las que es muy buena y en otras no tanto. Son una herramienta que hay que saber utilizar responsablemente, tanto como quien consume como quien genera contenido. Los mensajes negativos no han sido un problema para mí porque a penas recibo, tengo una comunidad de seguidores muy sana que me apoya y está siempre ahí para acompañarme en este camino.
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