MURCIA. A los pies de la Catedral del Cante, el Café Cantante se volverá a convertir en el punto de encuentro de aficionados, artistas y público en general durante la 63ª edición del Festival Internacional del Cante de las Minas. Este establecimiento, que hasta ahora ha protagonizado una gran carpa blanca, este año se convierte en un lugar impregnado por el modernismo gracias a la artista unionense Antonia Esther Martínez, encargada de engalanar este espacio para rememorar aquellos cafés cantantes que existían en la ciudad como 'El Habanero'.
La artista ha trabajado en estos meses para decorar la portada, las barras, las sillas y mesas del establecimiento. El espacio tendrá tres columnas turquesas con motivos rosas de dos metros y medio de altura, tres arcos gigantes macizos donde aparece "el nombre de 'Café Cantante' muy lujoso, con una serie de telas que van adornando como si fuese la época de los 1900 más pomposa y lujosa de los cafés", explica. Alrededor de todo el espacio aparecerán varios elementos donde la artista homenajea a Asensio Sáez con su estilo propio y anuncios antiguos como al Tío Pepe o al 'Coñac Fundador' de las Bodegas Pedro Domecq, entre otras.
Este espacio, que acogerá este año varias 'madrugás' flamencas durante el Festival. También lucirá telas, imitando un escenario del modernismo, con mantones de manila y colores siguiendo la misma temática de la fachada y de las barras. Para Antonia Esther, decorar el Café Cantante es ver cumplidos sus sueños, esperando que se convierta "en un referente dentro de la Plaza Joaquín Costa".
El Café Cantante es uno de los símbolos del Festival Internacional del Cante de las Minas. "Son ya casi tres décadas las que lleva a los pies de nuestra Catedral y creíamos que era el momento de darle un nuevo aire, que en realidad supone, en cierto modo, volver al origen de decoración modernista, con sello de artista unionense", ha declarado el presidente de la Fundación cante de las Minas, Joaquín Za