MURCIA. Ha costado, pero al final ha sido posible lograr una imagen de unidad. PP y PSOE -o lo que es casi lo mismo: Joaquín Segado y Diego Conesa-, han protagonizado sonoras broncas en la Asamblea Regional en el primer año de la legislatura, especialmente exacerbadas en los últimos días, con duros ataques en el debate del estado de la Región y con reproches mutuos en el pleno del pasado miércoles. El enfrentamiento político también se ha visto entre socialistas y liberales, pues Juan José Molina y el líder del PSRM se han lanzado severas reprimendas sobre el atril de la Cámara. Pero la unidad, tan reclamada por muchos sectores de la sociedad, se ha producido finalmente y además se consigue en un capítulo especialmente sensible y que todavía no dicho todo lo que tenía que decir: el Mar Menor. Los tres portavoces parlamentarios han escenificado -simbólicamente- un apretón de manos al registrar este martes su propuesta conjunta de enmiendas para el proyecto de ley de Protección Integral de la laguna, que se debatirá el 22 de julio.
Hace menos de tres semanas, durante el debate del estado de la Región, Conesa cargaba sin concesiones contra el Gobierno regional que preside López Miras, al que calificaba de "humo" y tildaba a Ciudadanos de ejercer como su "comparsa". E incluso acusaba al PP de "empezar a matar el Mar Menor en 2001, torpedeando las leyes que lo protegían". El alhameño recriminaba además a la formación naranja que "había abandonado la regeneración política". Molina, interpelado, respondió pidiéndole madurez y criticando que le diera "patadas en la cara" antes de tenderle la mano. También reaccionó Segado, que culpó al secretario general del PSRM de ser "el gran obstáculo" para cerrar un gran acuerdo político. Al final, los socialistas saldaron el debate con sólo una propuesta aprobada de las quince que presentaron.
En el caso de Segado y Conesa, se trata de un duelo marcado casi desde el principio de la legislatura. El choque político se enconó sobre todo en el mes de abril, cuando ambas fuerzas políticas buscaron sacar conjuntamente los Presupuestos. El pacto, pese a los intentos y las renuncias de ambos, no cuajó y derivó en el enésimo reparto mutuo de las culpas. "Conesa debe pasar de las palabras a los hechos: el objetivo es un acuerdo, no dialogar", dijo el portavoz popular en una entrevista con Murcia Plaza. Las diferencias en la política de impuestos, en gran medida, impidieron el apretón de manos.
El primer acercamiento por el Mar Menor, sin embargo, se daba en medio de una bronca. Sucedió el pasado miércoles. Conesa, que no tenía previsto intervenir, pidió la palabra para responder a la diputada del PP Maruja Peleigrín, que le había acusado de ir "de víctima". El dirigente devolvía las críticas lamentando "las faltas de respeto" de la bancada popular. Segado no se quedó atrás y solicitó la palabra para señalar al presidente de la Cámara que debió haber retirado la palabra a Conesa. Sin embargo, el día que públicamente parecía ahondar en la fractura entre Gobierno y oposición se destapó, a la postre, como el primer paso para reconducir la relación: populares y liberales daban su apoyo a las dos propuestas del PSOE. Las conversaciones para sacar el texto de las enmiendas del Mar Menor cambiaban de talante y los contactos mejoraron a lo largo de la semana. Ya el viernes, el acuerdo estaba muy cerca. Finalmente, este lunes rubricaban el último retoque y anunciaban que firmarían conjuntamente el 75% de las enmiendas de la ley (66 de las 90 presentadas).
Con todo, este capítulo del Mar Menor, que comenzó con una discrepancia en el seno del Gobierno -Ciudadanos decidió tramitar el decreto como un proyecto de ley- aún no ha pronunciado su última palabra. Aunque las tres formaciones han acordado establecer la franja en 1.500 metros, cada uno de ellos tiene sus matices a la hora de redactar el artículo que aborda esta cuestión. Seguirán, por tanto, las negociaciones para delimitar la actividad en el área más próxima a la laguna. Además, las diferencias persisten. Sirva como ejemplo que el PSOE no ha aceptado unirse a PP y Ciudadanos en la reclamación de los populares de crear la figura de un Alto Comisionado para la albufera.
El blindaje del Mar Menor estaba considerado -hasta la irrupción de la pandemia- como la ley más importante de esta legislatura. La sintonía de las tres principales fuerzas políticas de la Asamblea invita a pensar que verá la luz con un amplio consenso. Falta por saber la respuesta de Vox y Podemos, con los que también se busca el acuerdo. Si se logra, sería el gran triunfo de la política, tan falta ella de éxitos así. Pero aun así, quedaría otra gran asignatura pendiente: el gran acuerdo político para afrontar la crisis del coronavirus, del que hasta ahora todos los intentos han acabado en fracaso. El último tuvo lugar este fin de semana, a propósito de la Estrategia Reactiva 2020 creada por el Gobierno y que finalmente vio la luz sin el plácet del PSOE a pesar de las reuniones de última hora con el Ejecutivo.