in memoriam / OPINIÓN

Adiós a Carlos Alberola Gómez-Escolar, un hombre bueno de la política

Carlos Alberola Gómez-Escolar, que falleció en febrero, fue consejero de Sanidad y diputado del PSOE en la Asamblea Regional en los ochenta

6/03/2021 - 

MURCIA. El 10 febrero falleció Carlos Alberola Gómez-Escolar debido a varias complicaciones de salud, aunque fue finalmente una neumonía la que se lo llevó. Exconsejero de Sanidad y exdirector provincial del Insalud, fue clave en la puesta en marcha de la red de Atención Primaria de la Región de Murcia, fue jefe de servicio de Hematología del hospital Santa Maria del Rosell... Toda una carrera profesional dedicada a la gente.

Nació en Lorca el año 1943 y tras estudiar Medicina en la universidad de Navarra, donde conoció a una de las mujeres más maravillosas del mundo (su esposa), volvió a su tierra. No es casualidad que su madre, doña Carmen Gómez-Escolar, perteneciera a la primera promoción de mujeres que estudió Farmacia en España. La ciencia ya formaba parte de esa casa y de esa familia mucho antes de que Carlos llegara al mundo. No es de extrañar tampoco que él siguiera ese mismo camino... Y esto, acompañado de su enorme corazón, le llevó a ser un gran médico que dedicó su vida a hacer de este mundo un mundo mejor, del Sistema de Salud Murciano un sistema mejor. Pero ante todo, Carlos Alberola Gómez-Escolar era un gran amigo (y para mí fue incluso más que eso: fue como un padre).

Poco tiempo después de que mis padres y mis tres hermanas llegáramos a Murcia desde Valladolid conocí a la familia Alberola. Familias vecinas y de polos opuestos; cojeábamos cada una de un pie, pero nunca sentí el más mínimo reproche o crítica hacia mis principios. Muy al contrario, pronto fui como un hijo más (hija, en este caso). Y pronto también aprendí que la educación es un idioma universal, y que es más que suficiente siempre que haya detrás un corazón bueno.

Y Carlos Alberola Gómez-Escolar era ante todo una buena persona; tenía con nosotros una paciencia infinita, hasta el punto de que aceptaba en su casa a todos los invitados extravagantes que le traían sus hijos (o le traíamos). Una vez invitamos a un vagabundo a comer y bien sabe Dios que Carlos padre (C. Alberola Gómez-Escolar) le trató como a un miembro más de la familia. Después le dijo a su hijo Carlos aparte:

—Hijo, no se irá a quedar muchos días, ¿verdad?

Yo entré un buen día por la puerta y me quedé para siempre.

No había pasado un año y celebraba feliz con ambas familias mis 18 primaveras. ¡Qué lejos queda ya aquel cumpleaños! Y qué lejos aquel mundo, aquellas costumbres y aquellos dos hombres como la copa de un pino que me hicieron el honor de acompañarme en tan señalado día.

Hoy no se concibe que dos cabezas tan contrarias convivan con tanta elegancia en una celebración. Quizá porque se trataba de mí, que fui una niña favorita para ambos, quizá porque eran otros tiempos...

Pero mi abuelo (un teniente coronel del ejército de tierra) y Carlos Alberola Gómez-Escolar (exdiputado socialista) vinieron a celebrar mi 18 cumpleaños, tan amables el uno con el otro, tan entrañables, como si de amigos de toda la vida se tratara.

Hoy nos alejan cada vez más a unos de otros políticamente hablando, a dos extremos también cada vez más radicalizados. Hoy no puedes estar en un lado y comulgar en parte con el otro... Porque las redes sociales, los medios de comunicación y nuestro propio entorno nos azuzan como a gallos de pelea. Y lo que es peor, apenas nos percatamos.

Pero justo hoy más que nunca quiero hacer una oda a Carlos Alberola Gómez-Escolar recientemente fallecido.

Quiero invitar al mundo a seguir su ejemplo, a recordar que siempre tendremos algún motivo común por el que sentirnos hermanos, o aunque sea amigos o como mínimo humanos. Aquel día (hace muchos, muchos años) fui yo la afortunada. Que en un futuro sea otro el objeto de amor, pero que siempre sea el amor el objetivo común de todo ser humano. Y sobre todo que no olvidemos que lo necesitamos, que necesitamos estar juntos, seguir codo con codo. Con diferentes ideas, pero con respeto y sin perder la amistad. Como mis mejores amigos, sus hijos Carlos y Pablo, siempre han hecho (tal y como su padre les enseñó).

Descanse en paz, Carlos Alberola Gómez-Escolar. Siempre te llevaré en mi corazón.

Roseta Rodríguez es portavoz del partido Valores

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