MURCIA. Que nadie espere un espectáculo de flamenco tradicional en El Salto, que la compañía de Jesús Carmona presenta este viernes en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia, enmarcado en el ciclo danzAuditorio. "Váis a ver a un Jesús Carmona al que no estáis acostumbrados", adelanta el Premio Nacional de Danza 2020, quien mantiene "una relación muy especial" con la Región; no hay que olvidar que el artista fue premio Desplante del Cante de las Minas allá por el 2012. Porque, desde sus comienzos, el catalán se ha seguido "nutriendo y aprendiendo -nunca se deja de hacerlo-, tanto en el flamenco como en otras danzas" y el espectáculo que trae a Murcia es una prueba de ello. "Me he abierto y he encontrado nuevos movimientos y nuevas formas de entender el flamenco y la danza", explica el que fuera bailarín principal del Ballet Nacional de España sobre su deseo de "hacer un poco más grande nuestro arte y llevarlo a otros terrenos".
El Salto es un espectáculo rabiosamente contemporáneo, donde la tecnología está muy presente con proyecciones y una iluminación que manejan los propios bailarines. "Es un espectáculo vivo y actual; no podemos obviar lo que nos rodea, lo que nos ayuda a crear mundos mucho más oníricos", explica Carmona, quien destaca que no solo se van a escuchar otras música y ver otros movimientos que no son los tradicionales del flamenco, también se van a abordar diferentes estilos; "todos ellos relacionados con la masculinidad, porque El Salto aborda cómo es el hombre del siglo XXI, sus miedos y sus virtudes, sus claros y sus oscuros".
"Para mí era muy interesante acercarme a danzas de otras culturas tradicionalmente bailadas por hombres y descubrir por qué las crearon. En este espectáculo hemos recogido las energías de esas manifestaciones y las hemos transportado a mi forma de entender el baile. No vamos a ver un derviche o un haka como tal, pero sí su esencia", explica el bailarín, quien utiliza el lenguaje de la danza "para curar, para mostrar, para dolerse... pasamos por todas las fases". Para ello, recurre a una puesta en escena muy teatral, con un mensaje que se trabaja con líneas rectas y curvas (en representación de lo masculino y lo femenino), mostrando cómo, en un momento dado, "esa línea recta se rompe y se convierte en curva - y viceversa- para poder jugar con esa ambigüedad".
El hombre del siglo XXI es el que no tiene miedo de crear su propia masculinidad, defenderla y sentirse cómodo y orgulloso de ella
Porque, ante todo, ese hombre del siglo XXI que quiere mostrar Jesús Carmona en su espectáculo "es libre para elegir cómo quiere ser. Lo importante es no etiquetar, no catalogar. Los géneros se están quedando casi en desuso, abocados a desaparecer, y así lo espero, porque son términos que nos encorsetan y nos encasillan en patrones establecidos, con los que a lo mejor no estamos al cien por cien de acuerdo", señala el artista. "Tenemos que crear nuestras propias masculinidades. Y creo que ese es el hombre del siglo XXI, el que no tiene miedo de crear su masculinidad, defenderla y sentirse cómodo y orgulloso de ella", añade.
Jesús Carmona ha querido mostrar para escenificar esa nueva masculinidad, entre otras facetas, "la robotización de algunas gesticulaciones que tenemos los hombres, que están instauradas ancestralmente en nuestra sociedad y realizamos de una forma inconsciente, pero que a lo mejor rechazas si te das cuenta de ellas. He querido romper con todos esos movimientos con los que puedes no estar cómodo".
El bailarín de danza española es el más completo que existe en el mundo
Para poder representar un espectáculo como El Salto, donde confluyen escuela bolera, flamenco, movimientos contemporáneos, funk... son necesarios artistas que bailen todos los estilos y, en este sentido, Carmona tiene claro que "el bailarín de danza española es el más completo que existe en el mundo", al tiempo que destaca la polivalencia y nivel de los profesionales que forman parte de su compañía, que a pesar de los tiempos que corren ha logrado plantarle cara a la pandemia.
"No me puedo quejar, porque dentro de la situación tan mala que estamos pasando estoy pudiendo representar el espectáculo por toda España, aunque es verdad que en el escenario internacional estamos muertos. Ahora mismo es imposible hacer giras en el extranjero", asegura Jesús Carmona. Por eso valora aún más cada vez que se reencuentra con el público. "Si ya antes de esta pandemia era un regalo subir a un escenario, poder sacar todos tus sentimiento y quedarte vacío, en blanco, ahora muchísimo más", asegura el bailarín, quien considera que "no se está cuidando lo suficiente la cultura" en estos tiempos.
En este sentido, opina -como lo hizo Antonio Najarro, quien también participó en este ciclo- que los aforos de los teatros no deberían ser tan reducidos. "Es una locura", señala el Premio Nacional de Danza, quien apunta que "vivo en el hoy, en la ciudad, y veo cómo están los centros comerciales, las terrazas, el transporte público... Después de un año en el que se ha demostrado que somos 'la empresa' que más rigurosamente está cumpliendo con todas las medidas de seguridad y durante el cual no se conoce ningún contagio en este ámbito, no se entiende que no haya más aforo". A pesar de todo, Jesús Carmona es "un tío positivo" y está convencido de que todo va a mejorar... porque peor, dice, ya sería difícil.