Un nuevo edificio de siete plantas impulsa la vivienda residencial en la plaza San Agustín

CARTAGENA. Un nuevo edificio de siete plantas impulsará la vivienda residencial en la plaza San Agustín, una pequeña calle del centro de Cartagena -entre la plaza José María Artés y la calle Real-, que tan sólo cuenta con un edificio de vecinos, pues el resto son para administraciones públicas (consejería de Sanidad) o edificios en desuso (antiguo colegio de Maristas). En estos momentos se está demoliendo la finca donde irá ubicado, que no estará acabada hasta como mínimo el mes de noviembre. Algunos restos (unos arcos en la planta baja) encontrados en el actual inmueble provocan que el derribo deba ser más lento y al detalle. 

Los promotores pensaron, en un primer instante, construir una residencia universitaria, aspecto que se desechó cuando la UPCT decidió impulsar la suya propia, que estará en funcionamiento a partir del próximo mes de septiembre en el antiguo edificio administrativo del Ayuntamiento de Cartagena (calle Sor Francisca Armendáriz). Tras descartar este uso, el siguiente paso fue pensar en un bloque para alojamientos turísticos, aunque la pandemia, el frenazo en el sector, las indecisiones y pocas certezas que se preveían en la recuperación del mismo derivaron en un nuevo descarte. 

Finalmente, los dueños del solar -Marunisu Inmobiliaria-  han decidido que se convierta en un edificio residencial, con seis plantas dedicadas a pisos de diferentes superficie. La nueva construcción tendrá cerca de 3.000 metros cuadrados, repartidos en zonas comerciales -planta baja-, una primera planta dedicada a aparcamientos y el resto -desde la segunda a la séptima- serán viviendas: dos en la segunda y la quinta planta, tres en la tercera y una vivienda en la sexta y la séptima planta, cada una de estas últimas con una superficie de 252 metros cuadrados.

Como se habrá podido leer el aparcamiento estará ubicado en la primera planta y no en el sótano, que no habrá, para evitar probablemente cualquier tipo de filtración de agua. Debido a la cercanía del mar es muy probable que un sótano hubiera provocado goteras con el consiguiente inconveniente, tanto para el promotor como para los propios usuarios del mismo. Además, una zona baja como ésta también podría ser objeto de inundaciones en el caso de lluvias torrenciales.

Aunque desde el Ayuntamiento tratan de agilizar toda la documentación para que la empresa que promueve el edificio residencial tenga cuanto antes la licencia de construcción, es probable que hasta finales de este año o el primer trimestre del siguiente no arranque la construcción, que, no estará concluida posiblemente hasta 2024.

Recordemos, que existe voluntad por parte de la administración local de agilizar al máximo todo tipo de trámites a los constructores y promotores en el casco antiguo. Se está elaborando un censo de solares, que suman más de 200 en la zona, su ficha urbanística y la propiedad. El objetivo es poner todas las herramientas  para que se construya en el casco antiguo y que se lleven a cabo rehabilitaciones de los inmuebles protegidos. Para conseguirlo, también "vamos a agilizar los trámites urbanísticos que dependen del Ayuntamiento y vamos a ayudar a los empresarios a realizar las gestiones pertinentes con otras administraciones", explicaba la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón.