La reforma permite descargar papeletas, habilita más centros para votar en urna y da más tiempo de votación y para el recuento
Hasta el momento Pedro Sánchez ha podido con todos. Algunos ya no están y él sigue manteniéndose, aunque a duras penas en La Moncloa con geometría variable o con lo que sea menester. De todos modos, aunque sea una obviedad, en política nunca pasa nada hasta que pasa. Y de esto Sánchez sabe un rato. Se quedó solo en su coche recorriendo las Españas y ya cumple cuatro años al frente del Gobierno.
Esa parece que es la voz de guerra de todos los que se presentan hoy a las elecciones de Castilla y León. El PP, lleno de incertidumbres y dudas; el PSOE, sin ser consciente de sus posibilidades; Ciudadanos, esperando la gestión de la debacle; Vox, a confirmar su poderío; y los partidos de la España vaciada/vacía, con muchas expectativas
A veces da la sensación que unos y otros tiran de un hilo muy fino para jugar con el adelanto electoral. Pasa en algunas autonomías como Andalucía, Castilla y León o incluso en la Comunidad Valenciana. Y no digamos si pensamos en elecciones generales. La cuestión es ver quién da el primer paso. Si alguien lo hace volveremos a estar en bucle electoral otros dos años.
De otra manera no se entiende el momento que estamos viviendo. Se supone que hasta 2023 no hay convocatoria electoral pero estamos en plena oferta de ofrecimientos, pactos, acuerdos, bonos y demás cesiones o concesiones a sectores varios y partidos varios… ¿para qué?