MURCIA. Si bien la pandemia ha estirado la capacidad de adaptación de las empresas murcianas incluso por encima de sus posibilidades, lo cierto es que precisamente en esta época de crisis es cuando más reluce la perseverancia de aquellas dirigidas de manera familiar. En concreto, estas compañías en la que gestión y propiedad coinciden destacan sobre las demás por su especial capacidad de resiliencia ante las adversidades, pues donde las empresas con un componente menos cercano se doblegarían estas tienden a resistir para conseguir su objetivo principal: continuar en el mercado.
Del total de las pequeñas y medianas empresas de la Región, aquellas entre 6 y 249 empleados, se consideran familiares un 70%. Asimismo, la Comunidad murciana destaca por tener un tamaño medio superior entre sus pymes familiares con 27 trabajadores frente a los 22 del conjunto de la nación. Por sectores, la construcción y el comercio son los que registran una mayor concentración de este tipo de compañías, tal y como señala el "Informe de la Pyme familiar 2021" realizado por el Colegio de Economistas de la Región y la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum.
En específico, destaca la presencia entre las compañías con un tamaño que incluye entre 6 y 10 trabajadores, así como aquellas con entre 50 y 249, pues en ellas existe una concentración del 76% de empresas familiares. No obstante, entre las que registran entre 10 y 49 empleados las sociedades familiares solo representan el 65% en la Región. Asimismo, la Comunidad murciana destaca por tener un tamaño medio superior entre sus pymes familiares con 27 trabajadores frente a los 22 del conjunto de la nación y por presentar una antigüedad mayor (28 años frente a 24).
En cuanto a las claves que destaca la actitud de estas empresas en su lucha contra la pandemia, destaca por encima de todo la agilidad que demostraron a la hora de adaptar la gestión y la dirección, pues al unir propiedad y dirección consiguieron optimizar estos procesos y, de esta forma, resistir mejor la crisis.
También en su apuesta por las nuevas tecnologías se posiciona en cabeza este tipo de compañías, pues el 14,3% han recurrido a la venta online por la pandemia frente a las pymes no familiares que solo apostaron por este sistema en el 8,7% de los casos. En cualquier caso, 6 de cada 10 planean aumentar sus ventas online próximamente.
Por su parte, solo el 11% de los empleados llegaron a trabajar de manera telemática, unas cifras similares a las no familiares. Sin embargo, solo 1 de cada 10 empresas pretende continuar con este sistema de organización.
También a la hora de romper el famoso techo de cristal llevan las pymes familiares una ligera ventaja, pues el puesto de gerente está ocupado en un 16% por mujeres frente al 12% de las no lo son. No obstante, la formación universitaria es considerablemente superior entre las mujeres que ocupan estos cargos que en los hombres (60% frente a 33% en las compañías familiares).
No obstante, haber resistido con mayor fortaleza no significa que hayan salido indemnes, pues el 45% han visto descender sus ventas en el año 2020. En cualquier caso, el 60% de las pymes familiares murcianas ha conseguido mantener el número de empleados y un 20% incluso se ha permitido aumentarlo.
Más relevantes aún son los datos de empleo si tenemos en cuenta que hasta un 25% de las empresas murcianas no familiares se ha permitido aumentar la plantilla, mientras que solo un 15% la han reducido. Ángel Meroño, director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum, explica que esto se debe a que este tipo de sociedades no tienen la persistencia de las familiares por persistir a pesar de todo, por lo que ante la adversidad han cerrado en mayor proporción.