Las multinacionales adoran al directivo de la Región: todos continúan tras las macrooperaciones

MURCIA. Con cuatro macrooperaciones en el sector de la logística en los últimos meses, las multinacionales han declarado su afecto por la empresa de la Región de Murcia. No obstante, un punto en común que comparten todas ellas también demuestra que el interés no reside tan solo en estas compañías, sino también en las personas que las dirigen. Y es que todos directivos se mantienen en sus puestos tras las adquisiciones.

Esta continuidad resultaba evidente en el primer gran movimiento anunciado este año, pues la venta del 49% de Primafrio obedecía precisamente a la intención de los hermanos Conesa de mantener el control de la mayoría del accionariado. De hecho, antes de dar luz verde a la entrada de Apollo a su capital, la compañía anticipó una salida a bolsa que nunca llegó a realizarse, pues también le permitía poner a la venta una participación minoritaria que mantuviera la empresa como familiar y la estrategia de crecimiento invariable.

Por el contrario, El Mosca sí renunció a una participación mayoritaria cuando vendió el 60% de la compañía a Logista, con la intención de completar la operación con el 40% restante en los próximos tres años. En cualquier caso, la búsqueda de estabilidad y de una transición apacible ha supuesto que José Antonio Hernández y Pedro José Hernández continúen al frente de la compañía como director general y consejero delegado respectivamente por lo menos hasta que se haga efectiva la adquisición del total del accionariado.

También la familia Fuentes se mantendrá a la cabeza del Grupo tras su venta a Lineage, pues así quedó establecido tras la entrada al capital del holding americano. De hecho, su participación trascenderá la que hasta ahora era su compañía y se involucrarán desde distintos cargos en la expansión de Lineage por toda Europa.

Finalmente, la entrada al accionariado de ESP Solutions de dos grandes fondos de inversión internacionales tampoco supondrá un movimiento en la dirección de la empresa alhameña. De hecho, el actual CEO, Pedro Campillo, mantiene una participación relevante -aunque se desconocen los porcentajes exactos- y continuará como máximo ejecutivo.

No obstante, más allá de las empresas de transporte también se han producido otros movimientos recientes en la empresa regional que mantienen la tendencia de continuar sin cambios en la dirección, como fue el caso de Probelte tras su venta a Magnum Capital a finales de 2021. En aquel caso, Arturo Lizón se había incorporado como CEO tan solo un año antes de esta operación como un perfil profesional que hiciera despegar el potencial de la compañía, y su actuación durante este breve periodo de tiempo ya logró seducir a este fondo de inversión con sede en Madrid para permitirle desarrollar la estrategia de crecimiento basada en tres pilares que había comenzado a implementar.

La importancia del arraigo local

"Cuando te unes a una compañía hay una experiencia que quieres potenciar e integrar. Nosotros aún no somos expertos en abrir mercado en el sector del transporte por carretera, pero la familia Fuentes sí tiene ese conocimiento. Han llegado adonde están gracias a su capacidad. Ya me gustaría a mí haber logrado hacer crecer una empresa hasta ese punto empezando tan solo con dos camiones", sostiene en conversaciones con Murcia Plaza el vicepresidente de Lineage en el sur de Europa, Raúl Fores. 

Y es que este holding americano, al igual que en el resto de las operaciones mantiene en alta estima no solo el talento directivo, sino también ese componente de empresa familiar que se encuentra apegada a una cultura de cercanía y asociada a la tierra que la vio crecer, es decir, un arraigo local que supone un gran valor para cualquier compañía.

Precisamente este tipo de valores resultan representativos para las operaciones antes mencionadas, pues tanto El Mosca como ESP Solutions mantienen una filosofía de empresa familiar que perdurará tras las adquisiciones de capital llevadas a cabo. Asimismo, otros aspectos destacados como el conocimiento del sector, la búsqueda de estabilidad o las relaciones comerciales que se han generado con el paso del tiempo resultan claves a la hora de mantener la presencia del antiguo directivo como apuesta segura no solo para liderar una transición amable, sino para encabezar toda una nueva etapa.

En cualquier caso, también cabe destacar que la continuidad de estos ejecutivos no significa que vayan a gozar de la misma libertad de actuación que mantenían antes de la venta. Al fin y al cabo, aunque el equipo directivo no sufra variaciones sí existe un consejo de administración al que responder con la potestad de sustituir algunos cargos si así lo consideran: "Cuando Lineage integra otra compañía el equipo directivo sigue, pero tendrá unas reglas para participar. La organización pasa a ser más grande y existen unos parámetros de decisión que se deben respetar", explica Fores.

El valor del directivo murciano 

"Los fondos de inversión y las multinacionales se han dado cuenta que estas compañías murcianas, a menudo posicionadas en sectores tradicionales, funcionan gracias a un modelo de dirección muy eficiente, con empresarios ejecutivos y directivos muy involucrados en el día a día, generando una cultura empresarial propia, para que el resto del equipo y la maquinaria funcionen como un reloj suizo", explica el presidente de Adimur, Antonio López Noguera, en conversaciones con Murcia Plaza.

De hecho, según sostienen desde la Asociación de Directivos de la Región de Murcia, en muchas ocasiones los compradores exigen al vendedor que el equipo directivo permanezca en la empresa entre 2 y 5 años después de la adquisición para apuntalar la transición y afianzar la nueva etapa.

En este sentido, destaca López que la ventaja competitiva de estos ejecutivos reside en la combinación de su "conocimiento práctico multidisciplinar" que les permite conocer al detalle todas las áreas de la empresa con una formación de primer nivel. No obstante, aquello que anhelan desde las multinacionales -además del conocimiento de la empresa- es el estilo de liderazgo: "Esta cultura interna no se puede aprender por un nuevo directivo que llegue, en solo unos meses, sino que lleva algún año que otro, con el riesgo de costes ocultos al no hacer bien esa transferencia de conocimiento", relata.