Fotos: Ayto. Cartagena
CARTAGENA. Hay casas que tienen vida propia, precisamente por todo lo que se ha vivido en ellas. Eso ocurre con muchas de las antiguas viviendas de pueblo que se encuentran en Cabo de Palos, escenarios cada verano del reencuentro de familias numerosas, de baños interminables, de juegos infatiles, de cenas en el porche, de risas compartidas, de partidas de cartas... La pintora María Treviño Portela, consciente de todo eso, ha querido rendir un homenaje a sus veranos en Cabo de Palos con la exposición autobiográfica La casa junto al mar, que hasta el 15 de octubre se puede visitar en la sala de exposiciones municipal Dora Catarineu de Cartagena.
"Entre las altas y desconchadas paredes de esa casa el tiempo se ralentiza mientras la vida familiar se intensifica, los niños nos enseñan cómo exprimir cada segundo, las continuas risas nos sanan, los primos se convierten en mejores amigos, las costumbres de cada año se repiten, las conversaciones se llenan de recuerdos y echamos de menos a los que ya no están. Es un período diferente, abandonamos nuestras rutinas y el mar se convierte en el núcleo de nuestros días", señala la artista sobre las vivencias en su casa de Cabo de Palos que ella ha trasladado a la pintura.
En este homenaje a "la casa de mis queridos y añorados abuelos, donde he pasado gran parte de los veranos de mi vida", está lleno de escenas cotidianas del estío, con el mar siempre como nexo de unión; de hecho, muchas de ellas son subacuáticas. Los protagonistas de sus pinturas son "personas presentes en mi vida e importantes para mí", con un especial protagonismo de los niños, que son -apunta- "los que más juego dan y los que más se dejan fotografiar".
"Con esta exposición he querido compartir instantáneas de mis vivencias estivales. Cada óleo sobre lienzo refleja un momento, un lugar en el que he estado o he compartido con alguien. Son escenas que hablan de mí, de mis circunstancias durante esos días, porque al final toda esta exposición es un trabajo autobiográfico", ha explicado María Treviño, quien en su creación pictórica da tanta importancia "al estudio del comportamiento de la luz como el tratamiento del color. Ambos juegan un papel predominante en mi trabajo. Son la base en la que me apoyo para construir la materia y las texturas con las que creo los espacios cotidianos de mis pinturas".
Así, explica que "en las imágenes acuáticas trato de fijar la fugacidad para reflexionar sobre lo efímero. Además, el agua añade movimiento a la composición, lo que me ayuda a experimentar con la abstracción en determinadas zonas. Por el contrario, con los paisajes hay una cierta intención de ralentizar el tiempo abriendo así espacios para la reflexión. A la hora de acercarme a la figura procuro hacerlo con sencillez y espiritualidad, mostrarla envuelta en su entorno, sin artificios".
Durante la presentación de la exposición, la artista de corazón cabopalero explicó que pasa mucho tiempo en su estudio, en su habitación propia, donde también suele escuchar música, que para ella es fundamental. Es por ello, que decidió nombrar cada uno de los cuadros de esta exposición con títulos de algunas de las canciones que le han acompañado en este proceso.
Y no solo eso, también ha realizado una lista en Spotify que se llama La casa junto al mar para que la gente que quiera escuchar las canciones pueda acceder a ellas. Encontrarán temas de cantautores como Quique González o Pedro Guerra y grupos como Viva Suecia.
María Treviño Portela recuerda que a la hora de elegir la temática de esta exposición tuvo mucho que ver la lectura de Las Olas, de Virginia Woolf, con sus descripciones poéticas desde una casa frente al mar: "[…] y siento que las olas de mi vida se alzan y rompen a mi alrededor estando yo enraizada" o "[…] la vida surge del mar jadeante".