CARTAGENA. Las cuentas, aplazadas, las inversiones, estancadas y el servicio levanta quejas. Lhicarsa se ha puesto en el punto de mira y la empresa de FCC, de la que el Ayuntamiento tiene una participación del 10%, ha visto cómo le sacaban los colores en el último consejo de administración. Las cuentas presentadas por la empresa se han aplazado.
Al parecer,"las cuentas podrían no reflejar la realidad", dicen desde el Ayuntamiento de Cartagena, en una nota informativa que demuestra la desconfianza que tiene el equipo de Gobierno sobre el trabajo de Lhicarsa. La empresa ha decidido retirarlas para aclarar y subsanar todas las cuestiones que generan dudas.
"Hasta que no se resuelvan estas discrepancias, no podemos debatir la formulación de las cuentas", explicaba la alcaldesa de la ciudad, Ana Belén Castejón, para argumentar la decisión.
Tanto la Auditoría encargada por la propia empresa como el informe de los técnicos municipales responsables del contrato, que llevan varios meses analizando toda la documentación, así como las actuaciones de Lhicarsa coinciden en que los números no salen.
El contrato de Lhicarsa -la concesión de los servicios de limpieza viaria y tratamiento de residuos- supone un gasto de unos 37 millones de euros anuales.
Por otro lado, FCC ha pedido prolongar la concesión de su contrato, que caduca en 2030, a cambio de mejorar la tecnología en los equipos de trabajo. Sin embargo, la compañía ya anunció a finales del pasado mes de diciembre una profunda reconversión de sus equipos, al invertir dos millones de euros, enmarcados en el compromiso que adquirió la empresa concesionaria de invertir un total de 12 millones de euros a lo largo del próximo 2020.
La compra de este nuevo material iría con cargo al plan de inversiones previsto para la década 2020-2030, aunque ahora, dicen desde el Ayuntamiento, esa inversión la pretende usar como moneda de cambio para prorrogar su contrato. "El Gobierno rechazó las propuestas de la empresa en las que se vinculaba la inversión en nueva maquinaria a ampliaciones del contrato y ha pedido que se ejecute la inversión prevista inicialmente", añade desde el Ayuntamiento.
La alcaldesa también explicó que en los últimos años son muchas las quejas recibidas por la gestión de Lhicarsa en la limpieza del municipio, que se han trasladado a la misma durante los diferentes consejos de administración que se han celebrado.
"Las soluciones aportadas hasta el momento no han sido satisfactorias. Se pusieron en marcha planes de choque, que fueron coyunturales pero no dieron una respuesta estructural al problema. Además, la propia empresa reconoció que faltaba personal, pero no lo ha resuelto. Son muchas las cuestiones que la empresa debe resolver y así se lo hemos exigido. Como nos comprometimos al inicio de la legislatura, estamos siendo muy rigurosos en el seguimiento de las concesionarias”, apostilló Castejón.