Hoy es 26 de diciembre

CON LAS GAFAS DE CERCA / OPINIÓN

Entre dar un pez y enseñar a pescar

10/12/2021 - 

MURCIA. La Ley 43/2015 de 9 de octubre del Tercer Sector de Acción Social define a estas entidades como "aquellas organizaciones de carácter privado, surgidas de la iniciativa ciudadana o social, bajo diferentes modalidades, que responden a criterios de solidaridad y de participación social, con fines de interés general y ausencia de ánimo de lucro, que impulsan el reconocimiento y el ejercicio de los derechos civiles, así como de los derechos económicos, sociales o culturales de las personas y grupos que sufren condiciones de vulnerabilidad o que se encuentran en riesgo de exclusión social".

El voluntariado también es una de las características propias de estas entidades, de tal forma que garantiza la viabilidad y continuación de sus actividades.

El Tercer Sector de Acción Social es por tanto un sector económico muy importante en la cohesión social y, de hecho, como mero participante económico, que ronda el 1,5% del PIB nacional y un 3% del total de asalariados (datos de 2019).

"Cáritas representa mejor que nadie lo que es la Iglesia"

Lejos de los que asocian estas instituciones a "chiringuitos" y sufren de urticaria cuando escuchan la palabra "subvención" y lejos también de los que consideran que la Administración del Estado nos tiene que solventar todos nuestros problemas acudiendo a un dinero que no es de nadie, quiero reivindicar la magnífica labor que realizan los grupos de voluntarios que con iniciativa y esfuerzo privado y respaldo parcial público nos ayudan a vivir en un mundo más justo.

Sin entrar al detalle sobre un conjunto más amplio que supone la participación privada en el patrocinio de actividades más diversas, que se pueden recoger en un marco más amplio como el mecenazgo, me parece vital esta forma de participación donde el papel público debe ser el de palanca y no el de actor principal. Y, por supuesto, bajo dos principios claros: una organización privada que solo pervive de fondos públicos deja de ser de utilidad social por muy digna que sea su finalidad y toda aquella organización que recibe fondos públicos debe rendir cuentas ante las Administraciones públicas y ante los ciudadanos de su actividad y del destino de los mismos, condicionando la rendición a dichas aportaciones.

Entre estas instituciones pertenecientes al Tercer Sector Social, quiero destacar la labor de Cáritas, y más concretamente la de la Diócesis de Cartagena. Solo con observar las cifras que muestra su memoria del año 2020, nos podemos hacer una idea de la encomiable labor que realiza en nuestra Región: 95.000 beneficiarios, 45 municipios, 3.048 voluntarios, 18.266 donantes, 384 entidades solidarias, casi 11 millones de euros invertidos… Con respecto al año anterior, se ha incrementado el gasto en un 15,81%.

La enumeración de la amplia gama de actividades que realiza esta institución es impresionante. Desde la acogida y reparto de alimentos y comedores sociales, a los programas de formación e inserción, pasando por las actividades de refuerzo educativo, escuelas infantiles, viviendas tuteladas y centros de acogida, apoyo a migrantes y reclusos y exreclusos. En los siguientes cuadros podemos ver un resumen de las mismas, así como las fuentes de financiación recibida.

Cabe destacar la importancia de los fondos privados y hago el llamamiento a que en el año 2020 éstos bajaron. Se da la paradoja de que aumentó el número de socios y donantes, pero se redujo la cantidad ingresada.

Una de las actividades me llama especialmente la atención. La empresa de inserción social Eh Laboras, con sus 4 líneas de negocio en hostelería, reformas, textil y limpiezas. Esta empresa ha generado una facturación superior a los 475.000 euros y 23 puestos de trabajo, siendo, además, una plataforma de acceso al mercado laboral normalizado para personas en situación de pobreza y exclusión.

Para terminar, me quiero exceder en la exposición principal de este artículo, añadiendo una apreciación personal sobre el carácter religioso de la institución. Desde mi agnosticismo, Cáritas representa mejor que nadie lo que es la Iglesia. No lo que a mí me gusta entender como tal sino lo que realmente es, un espacio de servicio al prójimo. Como cualquier organización humana, caben críticas sobre personas concretas y sobre hechos concretos, pero la Iglesia es humanidad, es moralidad y, para los que crean, el camino a Cristo. Y eso se nota.

Noticias relacionadas

next